El difunto William Roberts fue descrito como un hombre de una tenaz independencia, un artista prolífico que plasmó las jornadas laborales de las familias británicas y sus gustos de ocio en sus pinturas. Gran parte de su trabajo se almacena en el museo británico de la Tate, sumergido en un limbo legal debido a una simple omisión. El hijo de William, John, fue encontrado muerto en su casa en 1995. En la casa se halló una carta de su abogado animándole a hacer testamento. Pero nunca lo hizo. Sin parientes sanguíneos conocidos, la herencia de John –que incluye cientos de obras de su padre- es una de las miles que han acabado en los archivos de la británica Bona Vacantia, una sección del Departamento Jurídico del Gobierno. Bona Vacantia significa bienes vacantes y es el nombre dado a las propiedades sin dueño, que por ley pasan a la corona británica. Millones de dólares sin reclamar El Tesoro de la Nación es el que se encarga de administrar los bienes de la gente que muere sin testamento y sin parientes conocidos y, además, recoge los activos de sociedades disueltas y otros diversos bienes sin dueño en Inglaterra y Gales, informa Kevin Peachey, periodista de la BBC. En Irlanda del Norte y en Escocia hay dos departamentos propios para la misma tarea. Así, pues, la herencia de John se une a otras 15.000 propiedades no reclamadas que esperan a que alguien pueda demostrar una reclamación de herencia válida. Este departamento da un periodo de 30 años a los familiares para presentarse y demostrar su derecho a la herencia. Dentro de ese enorme cajón que parece no tener fondo se esconden fabulosas herencias perdidas en formas insospechadas, no siempre de bienes materiales. Se esconde por ejemplo la herencia de un actor que incluye derechos de autor por reposiciones del famoso Show de Benny Hill y de la serie de los 50 y 60 de la BBC Hancock’s Half Hour. Cerca de 2.000 herencias sin reclamar llegan cada año. "La herencia promedio vale menos de 4.000 libras (US$ 6.200). No se trata de sumas de dinero que cambien la vida. Pero son casi como ganar un pequeño premio en la lotería", dice Melanie Hooper, gerente de la sección de herencias de Bona Vacantia. "Pero que la herencia sea de 500 o de 500.000 poco importa. Es el derecho [de los que la reclamen], no la cantidad lo que importa", asegura. El valor estimado de los bienes sin reclamar en su sección es de US$28.000.000 y han pagado unos US$9.500.000. La industria de los cazadores de herederos ¿Cómo se sabe que alguien tiene derecho a una de esas herencias? Hasta no hace mucho cuando moría alguien y no dejaba herencia, se advertía de ello en el periódico The Times y algún medio local donde nació la persona. Ahora las propiedades se añaden a una lista en Internet. Se espera que en septiembre se complete con todas las herencias no reclamadas. Pueden reclamar personas con un parentesco de marido, esposa, pareja de hecho, tíos (directos o indirectos) y primos. Pero no siempre es fácil dar con ellos y en torno a esta actividad se ha originado un auténtico negocio de detectives, abogados, genealogistas y todo tipo de cazadores de herederos. Más de 100 empresas se dedican a esta actividad. Se ponen en contacto con personas que podrían tener derecho a reclamar y se quedan con una comisión si consiguen que cobren la herencia.