Ecuador pasa por una crisis social por cuenta de las manifestaciones de miles de indígenas en contra de las decisiones económicas del presidente Lenín Moreno. El gobierno eliminó los subsidios al diésel y la gasolina, a partir de un acuerdo de crédito con el Fondo Monetario Internacional, y desde entonces, las protestas escalan a cada día. El balance de las acciones violentas ya deja varios manifestantes muertos, cientos de heridos y agresiones también contra la fuerza pública. Las partes intentan establecer un diálogo para salir de la crisis. En el entretanto, las autoridades han señalado a quienes estarían azuzando la discordia. Y los señalados son varios, desde el expresidente Rafael Correa, hasta el gobierno de Nicolás Maduro, una tesis que se refuerza con la captura de varios ciudadanos venezolanos en las protestas. Y ahora, según declaraciones del mandatario Moreno, también las disidencias de las Farc.
En una entrevista con el canal NTN24, el presidente ecuatoriano aseguró: “estamos teniendo ya las pruebas de que hay gente de las Farc inmersas. Casualmente la metodología que utilizan es casi igual”. También se refirió a posibles infiltrados del ELN en la protesta. No confirmó que miembros de esa guerrilla se hayan metido al movimiento, pero dijo que lo están investigando. Las manifestaciones tienen en ascuas al país. Bloqueo de carreteras, tomas de edificios públicos. La situación es tan crítica que el mismo gobierno cambió temporalmente su sede de despacho de Quito a Guayaquil. Los militares enfrentan a los manifestantes bajo el amparo del estado de excepción decretado por Moreno. Estos le responden a las autoridades con palos, piedras y bombas molotov. La situación tiene paralizado el transporte de petróleo por los oleoductos del país. Sin diálogo La principal organización indígena de Ecuador dio un portazo al diálogo abierto con el gobierno para resolver la violenta crisis por ajustes económicos, que en una semana deja cinco muertos y cientos de heridos en manifestaciones. "Nada de diálogo con un gobierno asesino", proclamó la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) en un comunicado firmado por su presidente, Jaime Vargas. El dirigente, que llamó a "radicalizar las acciones" mediante "bloqueos de vías y las tomas" de edificios públicos, habló también frente a los manifestantes que se concentran en un coliseo de Quito. "¡Vamos a radicalizar con más fuerza, compañeros, y si tiene que denunciar y si tiene que matarme que me maten!", dijo Vargas. El dirigente lanzó agua fría a la expectativa alimentada por el presidente Lenín Moreno frente a un posible arreglo con mediación de la Iglesia católica y Naciones Unidas. Ecuador quedó enfrentado a una nueva escalada de la crisis que, además de sumar víctimas, sumió en el caos a la militarizada Quito e interrumpió el transporte de crudo por el principal ducto del país.
La Defensoría del Pueblo cuenta cinco civiles muertos, incluido un dirigente indígena, desde el inicio de la protesta el 2 de octubre. Ocho policías también están en poder de militantes de la Conaie en el coliseo donde hierven los ánimos contra el jefe de Estado. De su parte, el gobierno dijo que detuvo a 17 extranjeros, la mayoría venezolanos, en el aeropuerto internacional de Quito con información sobre los desplazamientos de Moreno. Los arrestos confirman "todos los intereses que están detrás del caos en el país", escribió en Twitter la ministra de Interior, María Paula Romo, en alusión a las denuncias del presidente sobre un supuesto complot para derrocarlo y en el que involucra a su antecesor Rafael Correa y al mandatario venezolano Nicolás Maduro. Ambos líderes rechazan los señalamientos. *Con información de AFP