La farmacéutica Johnson & Johnson (J&J) enfrenta el pago de una indemnización por US$570 millones. Un juez de Oklahoma consideró que la compañía es responsable de la epidemia de adicción en ese estado. J&J se convirtió en la primera compañía farmacéutica en ir a juicio por la crisis estadounidense de adicción a los opioides, responsable de más de 70.000 muertes por sobredosis solo en 2017. El juez Thad Balkman dijo que los fiscales habían demostrado que J&J contribuyó al "perjuicio público" en su promoción engañosa de analgésicos de receta médica altamente adictivos. "Esas acciones comprometieron la salud y la seguridad de miles de personas de Oklahoma", dijo. El estado de Oklahoma acusó a la empresa de una "cínica, engañosa y multimillonaria campaña de lavado de cerebros" para vender opioides como si fueran "drogas mágicas". Lo recaudado por la indemnización permitirá al estado cubrir el costo de atender a una generación de adictos, a sus familias y a las comunidades afectadas por esta crisis. El resultado del juicio podría funcionar como termómetro para otras miles de denuncias presentadas en Estados Unidos, donde se produjo durante la década pasada y parte de esta lo que aparenta ser una descontrolada distribución de analgésicos altamente adictivos como oxicodona e hidrocodona. 

Otras dos compañías acusadas en este mismo juicio, la estadounidense Purdue Pharma y la israelí Teva, llegaron a un acuerdo y evitaron ir a juicio. Purdue, fabricante del opioide llamado Oxycontin, del que se registró un extendido abuso por parte de los usuarios, aceptó pagar US$270 millones en marzo. Teva negoció un acuerdo por US$85 millones. El juicio contra J&J se apoya en una ley estatal sobre daño al interés público. Según el estado de Oklahoma, unas 6.000 personas han muerto allí por sobredosis de opioides desde el año 2000. Oklahoma había pedido a la corte una indemnización de US$17.000 millones por daños a pagarse en 30 años y que se utilizarán para abordar la epidemia y sus consecuencias.

J&J argumentó que la ley se está aplicando de forma inapropiada y que sus productos, fabricados por su división farmacéutica Janssen, tuvieron un papel muy pequeño en la epidemia de adicción registrada en Oklahoma y el resto del país. Decenas de otros gobiernos locales y estatales en todo el país han llegado a acuerdos monetarios con las farmacéuticas que producen opiáceos para tratar el impacto de la epidemia en sus jurisdicciones.