Con un tamaño aproximado a la población del departamento de Antioquia, según cifras del Dane, Nueva Zelanda tiene un PIB de US$ 169 billones, el cual equivale a casi el 40% del PIB colombiano (con el 9% de la población de Colombia). La agricultura en el país austral es el mayor empleador de su economía dando trabajo al 11% de su población laboral. Su sistema agrario es de los más eficientes del mundo según explica el enviado especial comercial agropecuario de Nueva Zelanda, Mike Petersen, ya que las exportaciones de bienes agrícolas en el país rondan los US$32 billones (66% de y exportaciones totales de bienes). La tecnificación del agro neozelandés es tan alta que en la actualidad a pesar de tener menos de 5 millones de habitantes produce suficiente comida para alimentar cerca de 40 millones de personas. Además, el sector lechero es la industria más grande de Nueva Zelanda, con exportaciones de casi US$12,7 billones representando el 27% del total de bienes exportados, según la Cámara de Comercio de Australia y Colombia, Auscom. ¿Cuál es su secreto? Un sector sin subsidios. Según Petersen, desde 1985, año en el que sucedió la reforma al sector agropecuario todos los subsidios fueron removidos. Esta decisión, que para Nueva Zelanda representó un “enorme desafío y gran conmoción”, fue la base para llegar a ser el que hoy en día es el sector menos subsidiado del mundo según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y promovió en gran medida la eficiencia y la innovación. Porcentaje de apoyo al productor en el sector agrícola  

Fuente: OCDE Un factor clave para remover los subsidios fue el fortalecimiento de un sector financiero que permitiera sostener las inversiones locales para fortalecer la industria explica Auscom. Incremento de la Productividad Agropecuaria en Nueva Zelanda 1983-2013  

Fuente: Auscom   Los beneficios para el sector pecuario son indiscutibles. La eliminación de los subsidios permitió que de 1990 al 2013 la producción lechera aumentara 117%, la producción de carne creciera 18% y se mitigara la reducción de corderos en -9% pero con 47% menos ovejas. Hoy en día Nueva Zelanda, según datos de Auscom, es el primer exportador a nivel  mundial de carne de oveja, el primer exportador  de leche (con el 3% de la producción global) y el segundo exportador de lana. En términos monetarios, ocupa el puesto número 15 entre los mayores exportadores de productos agrícolas. Un gobierno que respalda pero no financia El papel del gobierno neozelandés es garantizar el correcto funcionamiento de las políticas agropecuarias y permitir las decisiones de mercado, “no en dar un apoyo financiero directo”, explica Petersen.   Los éxitos del modelo se deben a que las decisiones de producción son dictadas por los mercados (tanto domésticos como internacionales) y no por el gobierno. Las ventas a su vez, dependen exclusivamente de conocer las expectativas de los clientes sobre el precio y la calidad de los productos. Gracias a estas decisiones, los aumentos en la productividad permitieron destinar la gran cantidad de excedentes al comercio exterior (85% de la producción se exporta) representando el 55% de las ganancias de las exportaciones totales. El modelo permitió que las granjas se redujeran en número pero aumentaran en tamaño. Las familias son aún propietarias de las granjas, sin embargo, el estado apoya con la administración profesional de los predios para una mayor productividad. Por ejemplo, el Ministerio de Industrias Primarias trabaja con socios internacionales para dar acceso exterior a los productores locales mientras que The New Zealand Trade and Enterprise ayuda a las compañías a crecer, operar y aumentar su producción en el ambiente extranjero. Enfoque en la innovación y el desarrollo Las políticas gubernamentales para el sector agropecuario se basan en permitirles a los productores acceso al mercado internacional y fomentar el comercio y las relaciones bilaterales. También, establecer fondos de aceleración de riego y  para la agricultura sostenible. La financiación para las actividades del sector proviene de la misma industria. Estos fondos son desarrollados por las organizaciones de la industria quienes acumulan e invierten en los mismos. Las universidades y las organizaciones de capacitación mejoran constantemente las habilidades y el conocimiento en las industrias del sector primario, “la relación de la academia con la industria es fundamental para el crecimiento de las empresas neozelandesas”, resalta Petersen.