"Se comunicó con nosotros el presidente Trump, hablé con él y se llegó a un acuerdo de hacer una disminución de 100.000 barriles (diarios)", dijo el mandatario en su habitual conferencia de prensa matutina.  Agregó que, para compensar, "Estados Unidos se compromete a reducir, adicionalmente a lo que iba a entregar, 250.000 (barriles diarios)".  El anuncio se produce horas después de que los principales países productores de petróleo acordaran, sin México, reducir la producción mundial en 10 millones de barriles diarios en mayo y junio, ante el desplome de los precios. El grupo de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otras naciones productoras dijo que el acuerdo estaba condicionado al consentimiento de México.  López Obrador detalló que el convenio con Trump "ya es formal". "Es decir, ya cumplimos con este asunto", aclaró.

La reunión de países petroleros buscaba atender el desplome de los precios internacionales del crudo, golpeados por una menor demanda debido al confinamiento de la mitad de la población mundial para limitar la pandemia de COVID-19, y la consecuente desaceleración del transporte y baja de la producción industrial. México también se había visto afectado por el derrumbe en los precios. La cotización de la mezcla petrolera mexicana de exportación, que representa casi un quinto de los ingresos del Estado, se desplomó siguiendo a los referentes internacionales Brent y WTI hasta ubicarse alrededor de US$10 por barril a finales de marzo.  "Nos ha costado esfuerzo" López Obrador dijo que en la reunión de los países productores de petróleo, que se extendió por varias horas el jueves, México explicó que le era muy difícil reducir 400.000 barriles diarios, como se le pedía, por sus esfuerzos para elevar la producción. "Nos pedían una disminución como la de Arabia Saudita, como la de Rusia, del orden del 23% de la producción", dijo. "Nos sostuvimos hasta el final porque nos ha costado mucho esfuerzo aumentar la producción", agregó el mandatario. 

Según López Obrador, México ha dejado caer la producción petrolera por 14 años, por lo que culpó a la reforma energética del gobierno de su antecesor Enrique Peña Nieto, que abrió el sector a la iniciativa privada.  México ha tenido un declive en su producción petrolera en los últimos años, que pasó de 3,4 millones de barriles diarios en 2004 a 1,7 millones de barriles diarios en la actualidad.  El gobierno de López Obrador ha inyectado unos US$10.000 millones a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), a la que considera un baluarte de la soberanía nacional, para aliviar sus atribuladas finanzas y aumentar la producción.  Pese a ello, la empresa está en la mira de las calificadoras crediticias. A inicios de marzo, Fitch recortó su nota al señalar los problemas que tendrá la empresa para sortear la crisis en el sector petrolero por el desplome de precios.  Aunque el gobierno mexicano no ha cancelado la participación de inversionistas privados en la industria petrolera, su gobierno no ha dado nuevos contratos de exploración.