La CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina, realizó una colocación de bonos samurái por US$160 millones (17.200 millones de yenes) a una tasa de 0,77% con un plazo de cinco años en el mercado japonés. Con esta emisión, la CAF reafirma su presencia en el mercado japonés, poco usual para emisores de América Latina, para diversificar sus fuentes de financiamiento y aprovechar la confianza de los inversionistas minoritarios, quienes lideraron esta emisión de bonos que tuvo como agente colocador a Daiwa Capital Markets. “Nos complace regresar al mercado Samurái luego de cuatro años y ratificar la confianza de los inversionistas en la solidez financiera de CAF y su rol catalítico al atraer fondos de otros mercados hacia América Latina, con el objetivo de generar mayor inversión y mejores condiciones de financiamiento para el desarrollo de la región en momentos en los que más se necesitan", afirmó Luis Carranza Ugarte, presidente ejecutivo de CAF. CAF lleva a cabo, desde hace más de dos décadas, una estrategia de diversificación de sus fuentes de financiamiento, a través de una presencia ininterrumpida en los mercados globales de capital, que lo han ubicado en una posición privilegiada internacionalmente. La multilateral promueve el desarrollo sostenible y la integración regional, mediante una eficiente movilización de recursos para la prestación oportuna de servicios financieros múltiples, de alto valor agregado, a clientes de los sectores públicos y privado de los países accionistas. Los bonos samurái concretamente son emitidos por entidades no japonesas en el mercado japonés y en yenes. Condición importante para que se le denomine así. Están sujetos a la regulación financiera japonesa. En general, los bonos samurái suelen ser emitidos por empresas que tienen sede o filial en Japón. Hay que recordar que la CAF anunció créditos por US$1.600 millones para las mipymes de la región, que serán coordinados con los bancos de desarrollo locales para impulsar su internacionalización, innovación e integración productiva y de esta manera promover el empleo formal y la recuperación económica de la región. Además, el Gobierno de Colombia recibió la autorización para tomar un crédito con el Banco de Desarrollo de América Latina por US$350 millones, que tendrá un plazo de 20 años con 29 amortizaciones pagadas cada seis meses. Le puede interesar: ¿Cómo afectará la "nueva normalidad" el bolsillo de los latinoamericanos?