El anuncio de Fitch Ratings de mantener la calificación de grado de inversión para el país –que se une al reciente pronunciamiento en este mismo sentido de Standard and Poor’s– representa un espaldarazo a la sólida y estable trayectoria de políticas macroeconómicas del país, según destacó el Ministerio de Hacienda. Sin embargo, para la mayoría de analistas solo es un compás de espera y consideran que el riesgo de una reducción de la calificación durante el próximo año sigue latente. En particular, las calificadoras quedaron a la espera de una reforma fiscal que tendría que recaudar al menos 2% del PIB, algo que no ha hecho ninguna reforma tributaria, además en año preelectoral.
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