NO HAY DUDA DE QUE SI ANA MILEna Munoz de Gaviria se hubiera quedado cruzada de brazos, nada de lo que le esta sucediendo en este momento le estaría sucediendo. Pero no sólo no se quedó cruzada de brazos, sino que se le ocurrió que sería conveniente para el país facilitarles a los colombianos la oportunidad de hacer estudios de especialización en el exterior, para lo cual decidió crear una fundación que canalizara donaciones del sector privado y aportes del sector público.Ahora el país se encuentra sumido en la controversia de qué también creada quedó la Fundación. Pero de paso, en esta controversia se ha arrastrado a la primera dama hacia un terreno de arenas movedizas en el que no le han faltado acusaciones de inmoralidad, ligereza, ambición y corrupción.A mí me parece que el tema de Colfuturo es una mezcla de buenos propósitos con equivocaciones procedimentales.Pero en el afán de caerle a la primera dama que tienen algunos precandidatos, nos hemos desviado del terreno jurídico, que es el único donde debe darse la controversia sobre Colfuturo, para pasarnos a uno moral, donde me parece que las insinuaciones, o acusaciones directas, en otros casos, contra la primera dama, constituyen una atrocidad.Para comenzar desde el principio, es difícil de entender por qué se creó Colfuturo, existiendo el Icetex. La respuesta que más comúnmente se da a este interrogante es la de que el Icetex, "Instituto Colombiano para Estudios en el Exterior" es cada vez más "Icetin", una entidad promotora de estudios en el interior del país, y sólo en una minima parte (menos de un 20 por ciento, me dicen) apoya a los estudiantes que desean especializarse en el exterior. Pero hay que admitir que el remedio, cuando una entidad estatal no cumple sus objetivos, no es crear una entidad para-estatal para llenar ese vacío. Los aportes del sector privado habrían podido canalizarse hacia el Icetex, que igualmente se hubiera reforzado presupuestalmente.Pero Colfuturo se creó, y arrancó, no hay duda de que impulsado por la tenacidad de la primera dama. Entre no tener nada, y tener en este momento a más de 70 colombianos haciendo estudios de posgrado en las mejores universidades del exterior, que de otra manera estarían varados en el país o manejando taxi en espera de un mejor empleo, pues francamente yo me quedo con Colfuturo, a pesar de su cuestionable y todavía no absuelto paralelismo con el Icetex.Además de los generosos aportes del sector privado,tres entidades estatales le aportaron cerca de 4.000 millones de pesos. La discusión ahora es si podían hacerlo o no, después de que la nueva Constitución prohibió la entrega de fondos públicos bajo cualquier denominación, a entidades privadas.El Gobierno dice que sí, porque Colfuturo es una Fundación mixta. Los demas dicen que no, porque si bien es mixta en cuanto a su composición y financiamiento, se rige por el dereeho privado, lo que la enmarca en la prohibición constitucional de recibir fondos públicos.De esta discusión jurídica pueden surgir dos conclusiones: o que los fondos de Colfuturo son inconstitucionales, o que no lo son. Pero la única conclusión que no puede sacarse, es que esos fondos se están usando mal, se los están robando, o están sirviendo para hacer política. Dicho en otras palabras, que alce la mano el primer colombiano que se atreva a pensar que Carlos Ardila Lulle, Luis Carlos Sarmiento y Augusto López están " partiendo" con la primera dama.Como puede apreciarse, este primer punto es un problema de ilegalidad, pero no de inmoralidad. Existe como antecedete que Telecom se negó a entregar sus aportes respectivos, mientras la FEN, Ecopetrol y la Presidencia de la Repúblia sí lo hicieron. En el caso de Telecom, una interpretacón jurídica acogida por su entonces presidente indicaba que esos aportes no podían hacerse. Pero otra interpretación jurídica acogida por las otras tres entidades hacia parecer legal lo que hoy parece que no lo es.La explicación del Procurador delegado a esta actitud es la de que estas tres entidades entregaron sus aportes "para complacer apresuradamente la solicitud formulada por el despacho de la primera dama de la nación".Aqui de lo único de lo que quizás no puede absolverse a Ana Milena es de ser una mujer ambiciosa, con deseos de protagonismo personal, y poco simpática para algunos sectores de la opinión. Pero estos pecados se disuelven cuando se concretan en empresas reales en beneficio de los demás, que fue de la coyuntura de la que surgió Ia empresa de Colfuturo.La posible ilegalidad sin dolo que hay en todo este asunto confunde indudablemente a la opinión, azuzada por una campaña política que ha encontrado en Ana Milena Munoz a una mujer lo sufieientemente fuerte atrapada en circunstancias lo suficienteínente débiles como para convertirla en caballito de batalla de una bandera anticorrupción.En resumen, Colfuturo se debate en este momento entre el problema de la interpretación jurídica de su financiación y los nobles fines que persigue. Sí paga, regunto, ¿tanta alharaca? -