SEMANA: ¿Por qué es importante hablar del impacto de la migración en la educación? Aida Oliver: Los niños y niñas son ante todo eso, niños y niñas, sin importar la condición en que estén ni cuál sea su estatus migratorio. El reconocimiento de esto es muy importante para los estados, sobre todo aquellos que han sido signatarios de la Convención de los Derechos Humanos y de los Derechos del Niño. Quienes migran no pierden su derecho a la educación porque están en movimiento. Sin embargo, lo que sí sabemos es que si no tienen acceso a la educación se crea una brecha que no les va a permitir seguir adelante, pierden sus esperanzas y les estamos coartando sus oportunidades. SEMANA: ¿Cómo está el panorama en Colombia? A.O.: Colombia, como muchos países de la región, está enfrentando una de las crisis migratorias de mayor envergadura. De acuerdo con los datos de Migración Colombia, hay alrededor de 1,4 millones de migrantes y se estima que alrededor de 500 mil son niños, niñas y adolescentes menores de 17 años. Sabemos que muchas de estas personas vienen con vocación de permanecer en Colombia por un periodo de tiempo, otras que van en tránsito y otras que van y vienen. Esto ha creado una demanda al sector educativo, la salud y la protección que ha sobrepasado la capacidad que se tenía. Sin embargo, la buena noticia es que Colombia, con su política de puertas abiertas y hospitalidad a la migración proveniente de Venezuela, ha generado una respuesta en la que estamos trabajando varias organizaciones. Los datos que tenemos es que hay alrededor de 160 mil niños que ya están vinculados a una escuela. Esto es muy importante porque en las condiciones en que se da esta migración se convierte en un espacio habilitado para que los niños puedan acceder a protección, nutrición y salud. La demanda es mucho mayor a lo que se puede, pero se está trabajando en estrategias para lograr que cada vez más niños y niñas se vinculen al sistema educativo. Todo esto es un gran logro y un ejemplo para la región. Lea también: Financiamiento educativo basado en resultados: ¿de qué se trata? SEMANA: ¿Qué pasa con los demás niños que no están siendo atendidos? A.O.: Cualquier niño que debería estar en la escuela y no lo está, es un niño en riesgo. El asunto es que todavía hay un proceso de registro para saber dónde están los migrantes. Estamos trabajando con el Ministerio de Educación para establecer modelos de intervención. Algunos de estos niños vienen con rezagos por haber estado fuera de la escuela por unos periodos de tiempo y necesitan una nivelación. Es precisamente por eso que este tema requiere de respuestas flexibles, innovadoras y políticas dirigidas a la niñez migrante que puedan sincronizarse con las secretarías de educación a nivel de los territorios. Desde ya puedo decir que Colombia va a posicionar las buenas prácticas que está teniendo en este momento. SEMANA: En los últimos meses tuvimos noticias de niños que están siendo usados e incluso rentados para la mendicidad y el trabajo infantil. ¿Cómo abordar esta situación? A.O.: El acceso a la información para la población migrante es fundamental. Saber qué hacer, a dónde ir, etc. Es algo que estamos trabajando con el Gobierno y los cooperantes internacionales. Para prevenir cualquier riesgo de un niño migrante, ya sea vulnerabilidad por violencia, trata o utilización, el tema de la información es muy importante. Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en facilitar que el migrante sepa dónde están los centros de atención, protección o información. En los puntos fronterizos están estos centros y el gobierno está implementando una serie de medidas para que la información llegue al migrante. SEMANA: En Colombia, hemos visto un proceso en que los líderes políticos no se han cargado de discursos xenofóbicos. Sin embargo, cuando miramos los sondeos de opinión, ha ido aumentando el nivel de rechazo a la migración venezolana. ¿Cómo trabajar este tema desde el sector educativo?  A.O.: En primer lugar, Colombia ha dado una respuesta enormemente positiva y solidaria. Desde el punto de vista de la prevención de la xenofobia, es algo que estamos trabajando con el Ministerio y organizaciones comunitarias. Esto muchas veces se da por falta de información. Si nos ponemos a analizar, más de alguno en nuestra familia o en nuestro entorno, o somos migrantes o venimos de migrantes. Y todos nos hemos beneficiado de eso. Entonces puede haber estrategias pedagógicas que ayuden a ver esto y reconocernos sin discriminar. Por otro lado, en Barranquilla abrimos junto con la Secretaría de Educación unos espacios que se llaman Círculos de Aprendizaje y descubrimos que de la población que se encontraba fuera de la escuela aproximadamente un 60 por ciento de los niños son venezolanos y el otro 40 por ciento son colombianos. Entonces el abordaje con estas modalidades flexibles nos permite llegar no solamente al niño migrante sino también atender a la comunidad de acogida y atender esas necesidades que están allí. *Para conocer más sobre la Cumbre Líderes por la Educación, los conferencistas y panelistas, así como comprar sus boletas, ingrese a www.cumbrelideresporlaeducacion.com