En esta esquina, Estados Unidos. En esta otra: el resto del mundo, pero dividido en diversos equipos, cada uno con una propuesta. Esa es más o menos la imagen que hay sobre la disputa por gobernar Internet, una auténtica 'batalla virtual', que saltó estos días a las primeras planas con motivo de la segunda y última etapa de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (Cmsi), el evento más grande de cuantos ha realizado Naciones Unidas en sus 60 años de existencia y que terminó el viernes en Túnez (Túnez), luego de tres jornadas en las que se reunieron unas 25.000 personas provenientes de todos los rincones del planeta. La batalla comenzó desde antes de la primera etapa de la Cmsi, realizada en Ginebra (Suiza) en diciembre de 2003. Se refiere a dos de los puntos más importantes para determinar el tráfico de datos en la red: la administración y la coordinación técnica de los recursos de Internet. Se trata de una lucha por establecer quién asigna lo que se podría considerar el número y el apellido del 'documento de identidad' de los computadores que se conectan a la red. Es decir, el Protocolo de Internet (IP) y los dominios (.com, .org, .net, .com.co, y el resto de los más de 250 existentes). Desde 1998, luego de que el gobierno de Estados Unidos se las cedió mediante un contrato, estas funciones son realizadas por la Corporación de Internet para Nombres y Números Asignados (Icann, por su sigla en inglés). Aunque el consejo directivo de la Icann cuenta con personalidades de los cinco continentes (un chileno y una brasileña, actualmente, por América Latina) y algunos de sus miembros vienen elegidos a través de votaciones por Internet (en el año 2000 llegó un alemán de 28 años famoso por su historial como hacker, un genio de la informática), esta entidad tiene sede en California, se rige por las normas de ese estado y sus decisiones están bajo la supervisión del gobierno de Estados Unidos. Por eso los equipos 'resto del mundo' comenzaron a clamar por una reforma y, aun cuando corrían el riesgo de ser derrotados rápidamente por nocaut, han decidido plantear cara al más potente de los Estados del mundo contemporáneo. Tras la Cmsi, gana la batalla Estados Unidos, pero por puntos y en tiempo suplementario pues, según el documento aprobado por los representantes de los 175 países asistentes, los dos bandos volverán a encontrarse en un 'foro internacional' con participantes, fecha y lugar todavía por establecer. Hay algunos indicios, sin embargo, sobre lo que puede ser dicho foro: una especie de continuación mejorada del grupo de trabajo sobre el gobierno de Internet (Wgig, por su sigla en inglés) formado por 40 expertos provenientes de la academia, la sociedad civil y las instituciones públicas y privadas que tienen que ver con la red de redes. El Wgig fue convocado en 2004 por el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, y en Túnez presentó cuatro modelos de reforma del gobierno de Internet, pues no hubo acuerdo entre sus miembros. El primero, los modelos, mantendría el sistema actual casi intacto. El segundo lo retocaría en la forma, pero no en la sustancia. El tercero sustituiría la Icann por un Consejo Internacional de Internet. Y el cuarto crearía tres organismos de gobierno: uno para dirigir los temas de política, otro para supervisar y un tercero para coordinar el desarrollo de Internet. ¿Cuál modelo será el adoptado? Nadie tiene la respuesta. En parte porque detrás de estas discusiones aparentemente sólo técnicas hay enormes intereses económicos (cada año se registran cerca de 150.000 nuevos dominios por los cuales se paga, en algunos casos, cifras exorbitantes) y políticos: las discusiones sobre el gobierno de Internet no se pueden leer separadamente del debate sobre la reforma de Naciones Unidas, vale decir, sobre el gobierno del mundo. En 2006, cuando vencerá el contrato entre la Icann y el gobierno estadounidense, la pelea será dura. Sin embargo, hay un pequeño detalle: se puede tratar de una pelea virtual, en el sentido de que sea sobre algo inexistente, pues por su propia naturaleza es muy difícil crear un órgano de 'gobierno' de Internet. En otros términos: Internet no es 'gobernable' como un todo, pues existen innumerables aspectos de la red que se discuten en distintos ámbitos y organizaciones y que están condicionados por las legislaciones locales. Para decirlo con las palabras de la ministra de Comunicaciones, Martha Pinto de De Hart, el gobierno de Internet también se refiere a "elementos esenciales de los Estados, como la soberanía, la seguridad, la estabilidad, la privacidad, la competencia, el acceso universal". Y este es el punto: quizá Estados Unidos y los países del equipo 'resto del mundo' decidieron apuntar las luces sobre una discusión llamativa, el gobierno técnico de Internet, pues de ese modo tendían una cortina de humo sobre dos temas que se tenía que discutir y definir durante la Cmsi: el Fondo de Solidaridad Digital y los debates sobre la libertad de expresión y de opinión. Sobre el primer punto, Estados Unidos y el resto de los países ricos parecían muy contentos con el hecho de que la batalla virtual por el control técnico de Internet hubiera eclipsado las discusiones sobre la necesidad de que los países con economías más fuertes apoyen, a través de donaciones e inversiones, a los países pobres para que estos ingresen y aprovechen los beneficios de la sociedad de la información. De ese modo, quedan pocas esperanzas de que cambie rápidamente el cuadro actual: el 80 por ciento de los 6.600 millones de habitantes del mundo no conoce ni usa las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (computadores, celulares, etc.) para mejorar sus condiciones de vida. Tras la Cmsi nadie quiere asumir la responsabilidad de pagar los miles de millones dólares que cuesta conectar a todos los habitantes del planeta a las nuevas tecnologías de la información. Y esto tiene consecuencias visibles: si hay un tsunami en Asia y las comunicaciones no sirven, mueren 200.000 personas. Si hay una inundación y fuertes huracanes en Estados Unidos, las comunicaciones funcionan y las víctimas son sólo 1.300 personas. Muchos del equipo 'resto del mundo' que más pidieron la reforma del gobierno técnico de Internet, también se congraciaron con que se hubiese volteado a mirar ese que se puede considerar un globo de distracción. Así, las discusiones sobre el tema fundamental de la sociedad de la información, la libertad de expresión y la libertad de opinión quedaron metidas entre un cajón y apenas se escucharon voces tímidas y con sordina sobre el tema. Era un espectáculo de pájaros disparando a las escopetas escuchar argumentos sobre la necesidad de una mayor democratización del gobierno de Internet de parte de los representantes de China, Cuba, Irán y Túnez, Estados que encabezan con creces el listado de países más represivos con los periodistas y los opositores a los regímenes que elaboran Reporteros sin Fronteras y Amnistía Internacional. Es muy temprano para ver los resultados de la Cmsi, donde a lo largo de los tres días de su segunda fase hubo cerca de 2.000 discursos, conferencias y ruedas de prensa. Sin embargo, no parece difícil apostar a que la publicitada batalla por el control de Internet es 'realmente' una 'batalla virtual', que sirvió para dejar en la sombra asuntos más importantes. Lo dijo fuerte y claro, en el discurso inaugural, el secretario Annan: "Aumenta el clima de la desinformación, a medida que se acerca la Cmsi". Falta ver cuál será el clima ahora que la Cumbre, la primera que da espacio a las empresas privadas y a la sociedad civil, ha dado a luz un documento de 22 páginas con más de 100 recomendaciones para extraer beneficios de la Sociedad de la Información.