La mala racha se debe a varios factores. El primero de ellos es la caída del precio del petróleo, la principal fuente de ingresos del Kremlin con el 68 por ciento. Por otro lado, el rublo sufrió esta semana una de las peores caídas de su historia y los economistas advierten que Rusia está al borde de una crisis bancaria, pues sus instituciones financieras son cada vez más frágiles. Y para terminar de completar, las sanciones que la Unión Europea y Estados Unidos le impusieron a Moscú por su responsabilidad en el conflicto de Ucrania ya tienen efectos negativos. Todo esto ha puesto en entredicho la popularidad y la credibilidad de Putin, que culpó a Occidente de estar detrás de una conspiración para debilitar a Rusia y prometió que en máximo dos años sacará al país de la crisis.