Esta muchacha de 25 años, rubia, con los ojos muy verdes, los huesos largos y la boca sensual de su tía Sofía Loren, ha podido finalmente ganarle la pelea a quienes por razones políticas y familiares le habían impedido convertirse en la estrella de cine que siempre quiso ser.Alessandra Mussolini, nieta del Duce, ha conseguido su primer papel en una película llamada The Road to Ein Harod en la cual interpreta a una militar judía que se enamora de un periodista. Mientras filma una de las escenas en pleno desierto no puede creerlo todavía: cinco años atras tuvo que renunciar a un papel importante en la película "Los condenados de Asís" cuando familiares sobrevivientes de las víctimas de los fascistas italianos la señalaron como complice de Mussolini y sus ideas, solo por ser su nieta, y por tanto, inhabilitada para aparecer en una película basada en acontecimientos de la II Guerra.Hija mayor de Romano Mussolini, el hijo del dictador convertido en pianista de jazz, y María Scicolone, la hermana menor de Sofía Loren, Alessandra se crió en una casa muy pobre de Napoles porque todas las pertenencias de la familia habían sido confiscadas.Romano se ganaba la vida tocando en clubes nocturnos un jazz pegajoso y nostálgico y con frecuencia era entrevistado por periodistas extranjeros, fascinados por la figura del Duce. Cuando Alessandra tenía tres años, sus padres se divorciaron y más tarde la madre se casaría con un cardiólogo iraní: Magab Tamiz. Ni la niñez ni la adolescencia de la nueva actriz fueron fáciles porque, cuando descubría que alguien quería estar con ella sólo por su apellido famoso, lo rechazaba. Lo primero que le preguntan a Alessandra cuando la conocen es como era su abuelo, que sabe de ese hombre que arrastró a millones de italianos hacia la muerte y la locura. Ella dice: "Mi abuelo era un dictador pero jamás un tirano con los demás. Era muy humano, tierno. Un dictador mantiene control sobre su pueblo, encauza su destino y jamás toma algo en beneficio propio. Los recuerdos que tengo del abuelo son a través de mi padre, quien dice que era muy familiar, impulsivo, que a veces no pensaba lo que decía ni lo que hacía, un romántico, un mujeriego. Jamas lo juzgaré políticamente porque, al fin y al cabo, es mi abuelo".De la tía Sofía Loren la muchacha recuerda: "Cuando era niña, me iba al apartamento de Sofía y hacía las tareas en su dormitorio. A los 9 años mientras ella filmaba "Blanco, rojo y...", me escogieron para que la interpretara a ella cuando niña. Más tarde trabajaría en un papel pequeño en "Un día especial", con Sofía y Marcello Mastroianni". Es una ironía que la nieta del Duce apareciera en esa película porque la historia tiene que ver con la caída del fascismo.La madre de Alessandra impidió que siguiera haciendo películas, entró al colegio y más tarde estudió Medicina en Roma. Dentro de dos años acabará su carrera.Hace seis años le ofrecieron aparecer como simple elemento de decoración en un popular programa de televisión. Tenía que sonreír y mostrar su belleza y nada mas. Al principio la madre no quería aceptar, pero la tía Sofía llamó telefónicamente y dijo una frase sibilina: "Ya es tiempo que alguien siga mis huellas, por eso es conveniente que aparezcas en ese programa de TV".Hace un año hubo la posibilidad de hacer una nueva versión de la famosa y premiada "Dos mujeres", con la cual Sofía Loren se ganó el Oscar de la Academia, pero al final el productor, Carlo Ponti, escogió otra actriz.Las preocupaciones de Alessandra comenzaron en 1984 cuando todo estaba listo para filmar la película sobre los judios italianos que fueron escondidos en un convento de Asís. Era una superproducción y grupos de judios, que eran nietos de los personajes reales, se opusieron a que el apellido Mussolini apareciera en los creditos de una historia horrorosa como esa, donde varios de ellos fueron fusilados. Alessandra renunció a la película y se sintió frustrada. Ahora, con el rodaje de esta película en Israel, una mujer tan hermosa como esta, con un apellido que algunos consideran una maldición, ha encontrado finalmente su destino y, como dice ella misma, no habrá quién se lo impida. Quienes la conocen bien afirman que heredó del abuelo el mal genio y una dosis de terquedad suficiente para seguir adelante.-