SEMANA: ¿Por qué el Amazonas está en llamas? Dolors Armenteras: En toda la Amazonía hay temporadas secas y de lluvia. En el sur es en Agosto y septiembre y es cuando se dan los incendios en Brasil. En Colombia, que queda en el hemisferio norte, la temporada seca empieza en diciembre, enero y febrero. Por eso está en llamas principalmente la amazonia colombiana. Los incendios son provocados por la mano del hombre y suceden cuando hay condiciones secas. SEMANA: ¿Siempre es por actividad humana? D.A.: Hay cálculos de que un rayo puede caer en la amazonia una vez cada 500 años. Es una selva húmeda y no se dan las condiciones para que se prenda solo. Puede ocurrir pero es de muy baja probabilidad. Estos fuegos están relacionados a la presencia del hombre en la amazonia. Allí usan el fuego como herramienta de manejo y lo prenden cuando está más seco porque es cuando prende más fácil. Si no tendrían que hacer mucho esfuerzo. El clima da las condiciones, ¿Quién pone el fósforo? La mano humana. SEMANA: ¿Para qué se usa el fuego en esta zona? D.A.: Por mucho tiempo la amazonia tuvo baja densidad de población pero a medida que se expandió el hombre ha hecho prácticas agropecuarias y agrícolas allí. Para llegar a colonizar una selva tupida tradicionalmente se tumban los árboles pero quemar es mucho más económico. Además las cenizas te enriquecen temporalmente el suelo. Deja pasto para introducir ganadería y para la agricultura. Pero a largo plazo con la quema se pierden nutrientes y el suelo se degrada y se erosiona. Entonces, hay que quemar más selva. También se usa para quemar el pasto antes de la temporada de lluvia pues crece es más tierno para el ganado. Por eso se va avanzando la frontera. Es como resultado de la demanda de productos de allí. Es una demanda doméstica; no es el problema de Brasil en el que China le demanda soya. Nuestro Amazonas está más preservado que la de Brasil. 

SEMANA: ¿Qué tipos de incendio hay? D.A.:  Están los que tumban y queman, otros para que el pasto reviva y otros que se escapan, es decir, alguien quiere tumbar una hectárea, pero no tenía intención de quemar más, sin embargo, se les escapa porque está muy seco. Estos últimos producen los mega incendios, que todavía no hemos tenido en el Amazonas. SEMANA: ¿Qué cifras tiene de la deforestación del Amazonas? D.A.: Las últimas tres décadas la velocidad es 1 por ciento anual. La velocidad en Brasil fue mayor y esto va ligado al desarrollo de los países. Colombia viene detrás, luego Perú. Desde que hay monitoreo satelital hay cifras claras de deforestación muy alta en Brasil. En Colombia hacemos monitoreo pero no tan sofisticado. Sabemos que la deforestación ha sido regular y 250 mil hectáreas se talan en el Amazonas. Si no me equivoco allí hay 11 por ciento deforestación. 17 por ciento de los bosques de toda la cuenca ya no lo son y hay regiones de Brasil que están 20 por ciento deforestadas.  SEMANA: ¿Por qué la tala y quema es una catástrofe? D.A.:  Estos ecosistemas tienen mucho problema para recuperarse tanto de la tala como de la quema. Son años, siglos para que logre volver a sus condiciones de antes. Los suelos de allí son muy frágiles. La amazonia no es tierra productiva; no produce gran retorno de inversión agrícola, los suelos son pobres, el tipo de productos que se producen allí son limitados. Pero muchos campesinos sin tierras llegan allí a tenerlas.  SEMANA: ¿Cómo afecta este problema a alguien en Bogotá, Cali o Barranquilla? D.A.: Nos afecta a todos. Afecta la circulación del planeta. El 50 de los bosques húmedos del planeta están en el Amazonas y un solo árbol allí filtra 1.000 litros de agua y por eso tienen un rol importante en el ciclo del agua. El agua que circula en el planeta no llega de la nada, llega gracias al proceso que cumplen los árboles y la vegetación. Esto significa que si estos árboles dejan de filtrar agua y de circular y producir estas gotas que vuelven a la atmósfera y que crean nubes, podemos tener dificultades de agua en las ciudades andinas. Si esto deja de pasar se altera toda la circulación y cualquier patrón que conocemos se alterará más. Ni hablar de la biodiversidad de la amazonia. Si no hay árboles habrá erosión, sequías y ríos más sedimentados que afectarán a los peces. Esta quema importa a nivel planetario.

SEMANA: Frente a los de Australia y California,  ¿cómo se comparan con estos fuegos? ¿Son iguales de importantes? D.A.:  Hay ecosistemas que sí están adaptados a fuegos naturales pero lo que pasa en California y Australia es que se juntaron olas de extremo calor por calentamiento global y vientos. Eso hizo que no se pudiera detener el fuego una vez comenzó. Los gobiernos no habían previsto esto. También había más medios cubriendo el tema. En Amazonia solo cuando la nube pudo ocultar una ciudad como Sao Paulo empezamos a ver que lo que sucede allá nos puede afectar. Pero lo de la Amazonia es grave porque no es un ecosistema adaptado al fuego ni tienen resistencia al él. Y cuando ocurren catástrofes de este tipo no se van a poder recuperar. En Australia sí. La fauna es otro problema porque hay menos estudios sobre qué pasa con ella cuando hay incendios. Muchos animales se mueven ante el fuego, los de alta movilidad, pero no las tortugas y anfibios y otros animales a los que les destruyen el hábitat. Aquí no sabemos cuáles es la fauna más afectada. Queremos descifrar eso.  SEMANA: ¿Qué pasa si no se hace nada? D.A.:  Va a llegar a un punto de no retorno en el que el Amazonas no podrá continuar proporcionando el agua porque no podrá filtrar el agua ni crear las nubes. Ese punto se calculó hace muchos años y decía que para que esto sucediera habría que existir un 40 por ciento de la amazonia. Eso sin el cambio climático. Pero ahora, los científicos dicen que con solo 25 por ciento llegamos al punto de no retorno y se calcula que solo tenemos 10 años para llegar allá. En algunas regiones de Brasil ya existe esto y se ven alteraciones en el agua, en el clima, en la productividad. Lo triste es que no se podría volver a recuperar. La Amazonia no es un granero, es para mantenerse así, es nuestro productor de agua, de filtraje de agua del continente y del planeta.  SEMANA: ¿Y, los incendios de la Sierra Nevada? D.A.:  En todo el país hay incendios por esta época. En el caribe hay de estos fuegos para agricultura y otros para tortugas y cazar. El problema es que se salgan de control para quemar una zona. Es mal hacerlo en épocas cuando ya hay una sequía prolongada. Eso viene sucediendo desde que monitoreamos los fuegos en Colombia. En la sierra es menos área afectada porque este bosque ya está muy transformado,  pero hay que hacer mucha conciencia sobre no hacer fuego cuando ya hay mucha sequía. Si lo va a hacer, aunque no es legal, háganlo al principio para que no se escapen los fuegos. Hay que trabajar la educación ambiental y cuáles son las especies más inflamables y hacer cinturones verdes y cortafuegos. Se necesita ciencia porque en cada sistema es diferente.  SEMANA: ¿Qué puede hacer un ciudadano común para proteger el Amazonas? D.A.:  Como individuos podemos preguntar si la madera de los muebles que compramos es certificada o viene de vías ilegales del Amazonas. La promoción del uso y consumo de productos locales cercanos, pero también del Amazonas, de frutas que descubrimos y que no causan deforestación. Hay que pensar en el origen de la carne que comemos. Como ciudadanos podemos hacer veeduría de las decisiones y acuerdos que se toman.  SEMANA: ¿Y el gobierno qué puede hacer? D.A.: Colombia es un país complejo. Pero tiene mucho trabajo que hacer y un llamado en medio de la escasez de recursos es priorizar con base a diálogos entre científicos y diferentes actores en el tema en ciertos temas que deberían ser políticas de estado. Hay que ver que no hay bomberos en muchas de estas zonas. Entonces cómo avanzar en disminuir el riesgo de que ocurran incendios, que van a ocurrir con el cambio climático.