La sabiduría y la pureza ancestral de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta son clave para afrontar estos momentos de confusión de valores.Por esa razón la Organización Ambiental de Biopolítica decidió entregarle el premio Bios a Gonawindua Tayrona, una organización que trabaja en beneficio de las comunidades kogui, arhuaca y arsario, las tres etnias que habitan este ecosistema estratégico de Colombia, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. No deja de ser relevante que, en una época convulsionada por los cambios climáticos y la crisis del agua, se premie a los habitantes de una región del planeta que basan sus prácticas económicas y su conocimiento en una comprensión global de los diferentes elementos que conforman su entorno natural.El premio Bios se instauró en 1996 y, desde entonces, lo han recibido personajes de la talla del explorador y divulgador francés Jacques Cousteau, el legendario chelista ruso Mstislav Rostropovich, la industrial y filántropa griega Kitty Kyricopoulos, el empresario surafricano Anton Rupert _defensor de la vida salvaje_ y el sueco Jakob von Uexhill, creador del premio por el Derecho a la Vida. Este año, el último de un siglo que termina en medio de la devastación irracional de la base natural del planeta, el premio no lo recibe un individuo sino una comunidad que nunca ha dejado de entender que el equilibrio del mundo depende del respeto por los bosques, los ríos, las lagunas, la fauna silvestre y el mar.