Quibdó e Ibagué tuvieron una oportunidad de oro para mostrarle sus bondades al país con la realización de los Juegos Nacionales 2015. Sin embargo, parece que la desaprovecharon. Primero fue Ibagué. Coldeportes decidió despojarla como sede de cinco disciplinas deportivas (atletismo, squash, patinaje, bicicross y sóftbol) por los retrasos en las obras de los escenarios, que quedaron a medio hacer en el momento del inicio de las justas. Tanto que el periódico El Nuevo Día tituló: “Quedamos como un ‘zapato’ ante el país”. A Quibdó, sin embargo, Coldeportes le dio un voto de confianza para seguir como sede, aunque para ello, y a las carreras, la administración local tuvo que adecuar algunos escenarios existentes para así cumplir los compromisos. Uno de ellos fue el viejo coliseo cubierto de la capital, donde, de día y de noche, trabajaron a marchas forzadas para tenerlo a punto. Pero algo falló. Como en la capital chocoana la lluvia no da tregua, un aguacero dejó en evidencia los puntos débiles de la edificación, a la que se le han invertido unos recursos, no cuantificados, porque nadie da razón de ello en esa localidad. Se disputaban las primeras pruebas clasificatorias en levantamiento de pesas, uno de los deportes que más brillo le han traído al país, de hecho la primera medalla de oro de Colombia en los juegos olímpicos fue la de la pesista María Isabel Urrutia. Deportistas de 17 ligas, entre ellos los ocho mejores medallistas del país, se vieron sorprendidos cuando enormes goteras empezaron a caer cerca de la zona de levantamientos. Los jueces estaban sentados justo debajo de las goteras, y no tuvieron más remedio que refugiarse bajo paraguas. Miembros de la organización, algo avergonzados, le contaron a este portal que la lluvia entró por los baños, la zona mixta de la prensa, el sitio de masajes y la zona de precalentamiento. La vergüenza fue general con los invitados nacionales, pero no ha sido la única que han tenido que pasar los organizadores del evento. Como en la ciudad no hay capacidad hotelera para las delegaciones, cerca de 612 personas han sido alojadas por la organización en 12 torres de la Ciudadela Mía, un complejo de vivienda construido por el Gobierno dentro del programa de casas gratis a los pobres, que como no ha sido terminado, ha sido habilitado como hospedaje. La administración departamental ha quedado muy mal y los presentes juegos nacionales pasarán a la historia como unos de los más improvisados y desorganizados de los que se tenga noticia. Lo de las goteras es solo un pequeño ejemplo, que parece mínimo, dentro del cúmulo de inventos de última hora para poder llevar a cabo el evento.