El 22 de julio de 1976, Óscar Castro se convirtió en leyenda. Ese día, en el Festival Internacional de Biel, en Suiza, logró arrinconar en el tablero de ajedrez al excampeón mundial ruso Tigran Petrosian. Con una “danza de caballos blancos”, como lo diría luego un experto de ese deporte, Castro derrotó a uno de los ajedrecistas más importantes del mundo, archirival histórico de Victor Korchnoi. El trinfo de Castro tuvo tal resonancia, que Korchnoi, quien por esos días estaba en Amnsterdam compitiendo por Rusia, llamó a un amigo solo para que buscara a Castro y le diera un regalo de 100 dólares. Korchnoi, feliz, quería agredecerle el haberle dado el gusto de ver vencido a Petrosian, en una partida que aún hoy estudian las nuevas generaciones. Castro falleció este domingo como consecuencia de un paro cardiaco que le sobrevino cuando caminaba por la avenida La Playa, de Medellín. En un principio especularon que Castro había sido víctima de un atraco. Pero Norbey Rodríguez, director ejecutivo de la Liga de Ajedrez de Antioquia, dice que la confusión tuvo que ver con que el viernes anterior Castro había perdido su billetera. "Pero una cosa no tenía que ver con la otra", dice.
v Óscar Castro. Foto: Blog de Arbitraje de Ajedrez Este maestro del ajedrez era un nómada solitario, que andaba de competición en competición. El año pasado estuvo en el Continental de mayores, en Brasil, Y hace ocho días había regresado de un torneo en San Antero, Córdoba. A sus 61 años estaba vigente, clasificado y en competencia. Castro nunca hablaba de su familia. Tanto fue así, que su cadaver ingresó a Medicina Legal a eso de las 2:30 de la tarde del domingo, y soloel lunes a medio día sus amigos lograron, a través de los medios de comunicación, encontrar a una hermana. Y fue dificil ubicarla. La liga de Ajedrez estaba intentando, incluso, poder reclamar el cuerpo para hacerse cargo del sepelio. Pero Medicina Legal sólo podía autorizarle los trámites a un consanguíneo. No era que nadie se hubiese acercado al anfiteatro. La Federación Colombiana de Ajedrez, la Liga de Antioquia, deportistas y discipulos, estaban dispuestos a apersonarse de las gestiones de la velación y el entierro.
Óscar Castro. Foto: En Bola Comunicaciones El instructor Jeison Cardona dice que a Castro, campeón nacional más de seis veces, no le gustaba hablar de sus hazañas: en el tablero su sello era la inventiva y la prodigiosa creatividad. En lo personal era un tipo llevado de su parecer. Un terco. Norbey se atreve a decir que Castro era tal vez el ajedrecista más talentoso que ha tenido Colombia, por la chispa con la que enfrentaba cada juego. Pero era por otro lado, un desprendido de los bienes terrenales. Lo que se ganaba en torneos se lo gastaba o se lo donaba a algún habitante de la calle. Así sucedió, cuenta Norbey, una vez que se recibió un premio de 10 millones de pesos en una competición. Castro, como solía hacerlo siempre, invitó a todos sus compañeros a cenar. Cuando estaban en la mitad del agasajo, una mujer se acercó a pedir limosna. Castro no tuvo problema en quitarse la chaqueta y dársela. Pero sólo cuando ella se fue y se perdió por entre las calles, el maestro recordó que en un bolsillo de la prenda que había acabado de regalar estaban todos los fajos de billetes con los que incluso, iba a pagar la cuenta.
Oscar Castro Credito. Foto: Blog de Arbitraje de Ajedrez 2