La historia de emprendimiento de David Vélez, en el proceso de fundación y crecimiento de Nubank, es la demostración de que es posible emprender y hasta revolucionar una industria con trabajo arduo y visión a futuro.  David Vélez nació en Medellín y desde pequeño sintió un llamado hacia el emprendimiento, pues era lo que veía en su familia. Sus tíos son referencia de emprendimiento colombiano, en empresas conocidas como Bosi, Herrajes industriales Creatum, las marcas de ropa deportiva Enjoy y Saffeti, y las carteras Malletier.  La violencia en Colombia en la década de los 80 llevó a que la familia de David se mudara a Costa Rica, donde él terminó de cursar su bachillerato, para luego ir a Estados Unidos a hacer un pregrado en ingeniería en la Universidad de Stanford.  Al culminar sus estudios, Vélez ganó experiencia laboral en la banca de inversión estadounidense, cuando trabajó en empresas como Goldman Sachs, Morgan Stanley y General Atlantic. 

En General Atlantic tuvo la oportunidad de empezar lo que él conoce como su primera experiencia en el emprendimiento, pues la compañía lo escogió para abrir una oficina en América Latina, específicamente en São Paulo. Estando en Brasil, Vélez conoció de primera mano lo que él mismo llamó como “la pesadilla bancaria”, pues era toda una odisea abrir una cuenta bancaria en ese país, que implicaba filas de más de 20 minutos, visitas presenciales, llamadas telefónicas y mucho papeleo.  Vélez ya había detectado un problema y necesidad que no estaba siendo satisfecha en el mercado brasileño y, con esta idea en mente, decide renunciar a su trabajo y volver a la Universidad de Stanford a cursar un MBA.  Luego, David Vélez comenzó a trabajar con uno de los fondos más grandes del sector tecnológico, Sequoia Capital, donde seguía con la misma idea en mente: buscar oportunidades de inversión en América Latina. 

Para ese entonces, Vélez ya tenía en sus planes fundar un banco digital en Brasil, uno que no tuviera sucursales físicas, sin tanta burocracia y sin filas, que se dedicara a brindar un servicio más directo y económico. Junto a dos socios, Cristina Junqueira y Edward Wible, fundó Nubank en mayo de 2013, un banco cuyo principal valor agregado era la innovación tecnológica que hacía viable la democratización de los servicios financieros y la rapidez en la prestación de los servicios bancarios. En ese año Brasil pasaba por un panorama económico incierto y era cada vez más complicado conseguir capital de inversión para su negocio. Muchos inversionistas lo tildaron como loco por buscar capital para un proyecto que desafiaba cambiar una industria tan tradicional como la bancaria.  Sin embargo, consiguieron 2 millones de dólares de inversionistas como Sequoia Capital y Kaszek, para seguir en el proyecto.  Hoy, ese emprendimiento que empezó con 12 colaboradores, cuenta con más de 1500 empleados de 25 nacionalidades diferentes; fue catalogado como el mejor banco en Brasil por la Revista Forbes; es el unicornio con la mayor valoración de toda Latinoamérica, alcanzando los 10.000 millones de dólares según el Wall Street Journal; y tiene presencia en Brasil, México, Argentina y, ahora, en Colombia. 

¿Cómo funciona? Nubank llegó a Colombia bajo el nombre de Nu, tendrá respaldo de Mastercard y todos los servicios financieros se podrán manejar a través de una aplicación móvil, se podrán ver saldos, gastos y plazos.  Ya la compañía tiene una lista de espera en su portal web, en la que los usuarios se pueden inscribir para tener acceso a la tarjeta de crédito morada de Nu. El trámite de la tarjeta de crédito se hace directamente desde la aplicación.  El usuario debe descargar la aplicación a su celular, tomarse una selfie y llenar los campos. La aprobación tarda entre 2 y 3 días y luego podrá hacer todo por internet, así, sin tanto papeleo ni horas de espera. 

Lecciones de emprendimiento La historia de la fundación de Nubank deja ciertas lecciones de emprendimiento que pueden ser útiles para aquellos que están pensando en crear su propio negocio. Estas son algunas de ellas. Esté atento al mercado y sus necesidades cambiantes. Puede que haya problemas en un sistema, producto o servicio ya establecido, o que exista alguna necesidad de los consumidores que aún no esté satisfecha y en la que usted puede emprender.  Las revoluciones y los cambios no pasan porque sí. A pesar de que haya personas que no crean en sus ideas porque “lo establecido ya está bien”, siga sus ideas e intente innovar, eso es lo único que genera una mejora y un cambio. Recuerde que no porque sea algo tradicional y ya establecido es lo mejor, si así fuera, seguiríamos creyendo que la tierra es plana. Escuche a los clientes: ¿cómo hacer para que tengan el mejor servicio posible? ¿qué les hace falta?  Recurra a todas las fuentes de financiación que pueda, muchos dirán que sus ideas son locas, pero puede haber otros inversionistas a los que les parezcan novedosas y quieran invertir en su proyecto.  La educación y la experiencia son importantes. Cuando se educa conoce los conceptos básicos que lo pueden ayudar a innovar y la experiencia no sólo le ayuda a tener una red de contactos, sino que le permite conocer la industria de primera mano y le ayuda a hacerse una idea de lo que funciona y lo que no.