En uno de los primeros diálogos del Hay Festival 2020, la periodista brasilera Ingrid Bejerman conversó con la actriz colombiana Maribel Abello y la escritora de Trinidad y Tobago Dionne Brand sobre las voces y espacios que atraviesan sus obras artísticas y literarias, partiendo de un tropo ampliamente discutido: el Caribe como lugar estético. La conocida afirmación de García Márquez sobre que el Caribe no es una región geográfica sino cultural es ampliada por Dionne Brand, para quien la construcción de las experiencias e identidades en nuestras geografías debe ampliarse a un tema de la experiencia de las Américas. Brand sitúa estas particularidades en la larga historia opresiva colonial que ha quedado como una herida en la historia americana, pero también como una herencia cultural –en constante definición- que marca los ritmos y las cadencias de la vida de quienes habitamos el continente y, por supuesto, de su literatura. Maribel Abello señala el lugar fundamental que para ella, como mujer del Caribe colombiano, ha tenido la herencia estética y simbólica de la cultura africana, que permite establecer hilos compartidos entre geografías tan distantes como Cartagena, Cuba o New Orleans. El hilo supera incluso la dimensión racial: “Hay un orgullo de la cultura africana más allá de la sangre; uno siente que pertenece”, dice. Pero en este proceso también se encuentran, mestizadas, la sangre indígena —en menor medida para ella— y el legado europeo, innegables después del proceso de colonización y exterminio que es América.  En este sentido, para Brand la identidad —a veces ilegible— de lo americano encuentra su huella en la larga duración de la esclavitud transatlántica. Esta ilegibilidad de la identidad se hace más nítida y comprensible en todo aquello que nos constituye, en medio de las contradicciones y heridas que ha significado la experiencia colonial y americana. Parte de esa experiencia, señaló la periodista a las invitadas, está atravesada por la lengua colonial que ha sido heredada. Abello menciona lo que significó estudiar en un colegio bilingüe, en donde gran parte de la formación educativa estaba dada en inglés y lo que implicó como una suerte de renuncia a lengua materna, especialmente como actriz, para quien el texto hablado y escrito adquiere una dimensión performática única, primeramente en español: la lengua es la musicalidad de los personajes. La lengua se expresa físicamente a través de la palabra, y esa conciencia de la práctica es fundamental para la actuación.  ‘Desierto sonoro‘, un fragmento de la novela de Valeria Luiselli

Para Dionne Brand la identidad —a veces ilegible— de lo americano encuentra su huella en la larga duración de la esclavitud transatlántica. Foto: Isaac Meneses. Brand cuenta que adora el español porque le enseña inglés al tomar conciencia sobre las palabras y sus significados, especialmente ante la riqueza semántica que contiene el español, que ella y Abello coinciden en señalar. Brand ama el español y lo habla con ciertas limitaciones; su abuela era de Venezuela, se crió en Trinidad en donde se habla el inglés con fuertes influencias del francés, el hindi —una lengua indo-caribeña—, y también el español, por lo que Brand se lee a sí misma como un lugar de mezcla de lenguajes y personas. Por ello, desde el ejercicio de su escritura le interesa que la sensibilidad que le viene del oído pueda transmitir en su escritura esa multiplicidad cultural y de ritmos que fueron sus experiencias con los lenguajes. Sobre el inglés, quizás en referencia a su vida en Canadá, dice “Dios me ayude a defender el inglés”, pues el más conocido lo señala como la lengua de la economía, del consumo, del comprar y vender: just do it. Ese tipo de inglés es la lengua del capitalismo. Pero como poeta apuesta por el otro inglés más cercano al de la gente en la vida cotidiana, el de la riqueza de significados por fuera del pragmatismo del inglés del consumo. Es decir, aquel que no le pertenece a la economía. Dentro de estas indagaciones por las geografías culturales, ellas hablaron sobre movilidad y migración. Maribel Abello señaló, primero, que su signo solar es Sagitario y que por ende viajar le está marcado en las estrellas. Recuerda su experiencia en la sección televisiva “La Bello de fiesta”, en donde asistió a numerosas fiestas, festivales y carnavales en Colombia, derivando la idea de que la movilidad en sí misma es secundaria, pues la experiencia de viajar va más allá de movimiento físico; implica el desplazamiento cultural experimentado por la la mente.  Dionne Brand respondió: “Yo soy Capricornio y por eso voy más hacia la pendiente, al escalar”. Recuerda personas de su familia migraron a Inglaterra a trabajar como enfermeras en el sistema de salud pública en los cuarenta y cinco, en un mundo en el que la migración tenía que ver con el trabajo y ganarse la vida. Para ella, ir a Canadá a los diecisiete fue vivir el auge económico de este país y experimentarlo desde el trabajo. Me parece, entonces, que sus lecturas sobre la migración como experiencia laboral responden completamente al arquetipo del Capricornio. Pero al igual que Abello, su viaje principal fue mental: perseguía, como mujer negra, el movimiento de Black Power de los Estados Unidos. Por eso migró, porque en su mente se figuraba conociendo al escritor afroestadounidense James Baldwin; es decir, en busca de la literatura y la liberación, porque “En los setenta todos quieren irse de casa porque la casa es opresiva”, señaló. Migrar fue un comienzo. Pero todo viaje, le figura, viene desde la imaginación. Quizás por eso le gusta escribir en transición, escribir en los aviones. “Uno escribe esos libros esperando que no se vuelvan realidad”: Margaret Atwood

Maribel Abello y Dionne Brand conversaron con Ingrid Bejerman en el Hay Festival 2020. Foto: Isaac Meneses. Finalmente, las invitadas hablaron de sus últimas obras literarias. Abello presentó su primer libro, Hasta ahora te creo, que esboza las biografías de mujeres del caribe colombiano que vivieron en distintas épocas, cuyas vidas estuvieron atravesadas por problemas estructurales compartidos: una vida pensada para casarse, ser bellas, y cumplir las expectativas que otros impusieron sobre sus cuerpos. En su libro, Maribel cuenta su propia vida y la de su madre, como un gesto de empatía y justicia con las mujeres que le contaron la suya. Por ello, dice, su relato está en primera persona, para crear esa empatía, y porque como escritora quiere pensar como actriz, es decir performar la vida que narra. Brand habló de sus dos libros recientes: como poeta, The Blue Clerk, una obra sobre la escritura en sí misma, que ella define como una negociación entre lo que escribe y lo que no se dice. Es una conversación entre la autora y alguien que dice lo que no se quiere oír, pues mientras la poeta busca la belleza, el oficinista (clerk) escribe en el registro de lo feo. Theory, de otro lado, es una novela sobre una persona de género no especificado, sus tres amores y lo que sucede mientras desarrolla su tesis académica. Cada vez que intenta escribir es interrumpida por uno de las amantes. Cada una es expresión de una manera posible en la que experimentamos el deseo: la muer bella, que trabaja por serlo sin conseguirlo del todo porque la belleza es una búsqueda, no un final; una activista comprometida políticamente, también siempre en proceso; y una mujer espiritual. La tesis se extravía por estar con ellas, mientras que en el proceso elabora unas páginas de algo: una suerte de teoría que el lector descubrirá. Dionne Brand estará en la Gala de poesía el 31 de enero a las 7:00pm junto a Ana Luísa Amaral, Gloria Susana Esquivel, William Ospina e Ida Vitale. Maribel Abello participará en un conversatorio el 31 de enero a las 10:00am, junto a Juan Leonel Giraldo y Vanessa de la Torre en conversación con Margarita Vidal.