Los miembros del jurado, que han adoptado la decisión por "unanimidad", valoraron que "en un escenario cosmopolita y con recursos verbales magistrales, Elena Poniatowska construye una figura femenina turbadora en la que se encarnan los sueños y las pesadillas del siglo XX". En "Leonora", Poniatowska describe la vida de Carrington, pintora surrealista y escritora mexicana de origen inglés, que coincidió en el París de las vanguardias con Max Ernst, Joan Miró y André Breton, así como con otros pintores que acudían a las tertulias del Café Les Deux Magots, como Pablo Picasso o Salvador Dalí. Carrington, dijo hoy Poiniatowska, se hizo surrealista con Max Ernst, pero tuvo que abandonar París por la Segunda Guerra Mundial y "acabó enloqueciendo cuando Ernst, que era alemán, fue deportado a un campo de concentración". Tras dejar París, pasó un breve período en Santander (norte de España), Madrid y Lisboa hasta que aterrizó en México. "Leonora Carrington fue un ser muy solitario, que vivió en el miedo que significa estar internada en un centro psiquiátrico" y esa soledad se acrecentó "al llegar sola a un país, sin hablar su idioma y sabiendo que tenía que vivir de su pintura, pues su padre la había desheredado", comentó Poniatowska. EFE   ¿Quién es Elena Poniatowska? Nació en París en 1932 como princesa Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor, hija del heredero de la corona polaca, Jean Joseph Evremond Sperry Poniatowski (descendiente directo del rey Estanislao II de Polonia) y de la mexicana María de los Dolores Amor Escandón. Vivió en la capital francesa hasta los 9 años, hasta que la Segunda Guerra Mundial obligó a su madre a partir al sur de Francia junto con sus dos hijas, para luego establecerse en México mientras su padre luchaba con el Ejército francés y participaba en el desembarco de Normandía. Tras una formación inicial en lengua inglesa y castellana, en 1949 fue enviada a estudiar en un internado religioso de EEUU y al regresar a México en 1953 comenzó a trabajar en el periódico Excélsior, donde a través de una entrevista diaria retrató la realidad de su país en los años cincuenta. A partir de 1954, cuando publicó su primer libro, "Lilus Kikus", Poniatowska alternó su trabajo periodístico con su creación de ficción. Un año después del nacimiento de su primer hijo, Emmanuel, en Roma, escribió la obra teatral "Melés y Teléo: apuntes para una comedia". En 1959, su entrevista con el astrofísico mexicano Guillermo Haro sería determinante en su vida, ya que se casó nueve años después con él, el mismo año en que se produjo la masacre contra el movimiento estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas de México. Uno de sus libros más conocidos es "La noche de Tlatelolco: testimonios de historia oral", con el que ganó el premio literario Xavier Villaurrutia, galardón que rechazó. Otras obras ligadas al periodismo literario, el género que más ha cultivado, han sido recopiladas en los siete volúmenes de "Todo México (1991-1999); "Domingo siete" (1982) y "Palabras cruzadas" (1961). En otras ocasiones, Poniatowska escribe obras entre el reportaje, la crónica y el ensayo, como en "Las siete cabritas" (2000), o en "Querido Diego te abraza Quiela" (1976), "Tinísima" (1992), "Las soldaderas" (1999) o "La herida de Paulina: crónica del embarazo de una niña violada" (2000), en las habla de la condición femenina. Su carrera está jalonada de innumerables premios de prestigio como el Mazatlán por "Hasta no verte Jesús mío", el Nacional de Periodismo (1978), el Alfaguara de novela 2001 por "La piel del cielo" o el Rómulo Gallegos 2007 por "El tren pasa primero". Asimismo, es doctora Honoris Causa por varias universidades, entre ellas la Nacional Autónoma de México en 2001, la Autónoma de Sinaloa (1979), la New School of Social Research de Nueva York (1994), la Autónoma Metropolitana (2000) o la de Puerto Rico (2010). En 2007, el Gobierno de la Ciudad de México instauró el Premio Iberoamericano de novela que lleva su nombre, en reconocimiento a "su ambición literaria, la subversión y el talento infinito de esta gran dama de las letras", a la que muchos consideran ya "un clásico vivo". EFE