Luna Mark Strand El hombre en la luna es un conejo en MéxicoLa luna es la hija olvidada del solUn fuego en la luna jamás es visibleLa luna añora la visita de los pájarosEl sueño de la luna termina en tinieblasLa luna es el ojo del eruditoDe costado la luna sigue siendo la lunaEn el cielo del invierno la luna tiemblaLas alas de la luna fueron arrojadas al marUn político en la luna - ¡qué triste!Vacía la luna y vacía tu corazónLa luna es una piedra que flotaLa luna duerme con el gorro puestoHace mucho tiempo la luna tuvo piernasPiero della Francesca nació en la lunaUn pavo real vive en la luna cuando puedeLos caballos de la luna tiene sólo tres piernasLas almohadas de la luna se han convertido en piedraOh, si la luna pudiera hablar sólo diría “Oh”El dinero es chatarra en la lunaLos mormones sueñan con más lunasEn la cama con la luna una mujer lloraEl museo de la luna está mal iluminadoLevemente la luna se desplazaSi cayera la luna por poco no acertaría en la tierraCuidado con las secretarias barbudas de la lunaEn un millón de años la luna cantará Traducción de Eduardo Chirinos La luna  Jorges Luis Borges A María Kodama Hay tanta soledad en ese oro.La luna de las noches no es la lunaque vio el primer Adán. Los largos siglosde la vigilia humana la han colmadode antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo. 1969 Adam Zagajewksi  Murió Gombrowicz; los americanos andaban por la luna,Saltando con cuidado, como temiendo que se hiciera añicosErbarme dich, mein Gott, cantaba una mujer negra en una iglesia.Fue un tórrido verano, el agua de los lagos dulce y caliente.Seguía la guerra fría, los rusos ocuparon Praga.Nos encontramos por primera vez ese año.Sólo la hierba, amarilla y cansada, era inmortal.Murió Gombrowicz. Los americanos andaban por la luna.Tiempo, ten piedad. Destrucción, ten piedad. Traducción de Xavier Farré  Para que veas que no te guardo rencor Nicanor Parra  te regalo la lunaseriamente -no creas que me estoy burlando de ti: te la regalo con todo cariño¡nada de puñaladas por la espalda! tú misma puedes pasar a buscarla tu tío que te quieretu mariposa de varios coloresdirectamente desde el Santo Sepulcro. “Esto” Jorie Graham Luna llena, y las ramas del árbol vacío—corrección—las ramasdel árbol,la exponen y rescatan, de repente, la dejan fluir y aumentar un poco, despuésla envuelven otra vez,tratándola como algo sin valor, ningún tesoro allí arriba se torna másazul e incandescente,cuando el viento agavilla las altas y extendidas ramas con in-teligenciaen su nerviosa continuidad—de este minuto, de aquel—Toda la luz de allítoca estas ramas como cuerdas hasta quepuedesescuchar lahelada ofrenda del invierno que es el viento entre los árboles que velan ydesvelan la luna, y hacefrío ydentro de la casa alguienmanda instrucciones. Alguien cree que la muerte se puedereparar.Dentro hay magia, las huellas de pisadas nunca se hacenvisibles. La luna extiende su fluido en este ir y venirhumano sin dejar ahí huella. La lunapor toda laidea de que ese “todo”podría ser (y a nadie le importaría) unjuego. Ruido, sacerdotes, provincias, códigos postales,se enroscan en la hierbaen torno a él. Los colectivostoman el poder. El honor existe. El castigo justo existe. El sonido deesclavos que noson liberados. A los que se dice: queda otra vez pospuesto. La esperanza talcomo ahora existe enellos. Los que una vez vivieron cómo no estánaquí en estaluz de luna, y cómo hay cosas en ella de las que uno se avergüenzaal instante, y también, al con-templarla, el sentimiento de una lengua materna en la boca—y cómo, al mirar más lejos, puedeshacer que esos árboles se apoyen, argentados, enla idea de lo universal—apoyarse realmente—los extremos de sus ramas intentanarañarla—Hasta que crepita en uno: cómo podría uno engendrar, es lo que dice elresplandor, y que no existen paíseslejanos, sí los enemigos, y como si buscases el gran manto deindividualidad (luminoso) y deinocencia y de fortuna—levanta tu mirada: el torturador bosteza esperando que terminesu día—se apoya enlos árboles para descansar, el instrumento destella, él levanta su mirada. Traducción de Rubén Martín  Versos a la luna Luis Carlos López ¡Oh luna, que hoy te asomas al tejadode la iglesia, en la calma tropical,para que te salude un trasnochadoy te ladren los perros de arrabal! ¡Oh luna… En tu silencio, te has burladode todo!... En tu silencio sideral,viste robar anoche, en despoblado,y el ladrón era el juez municipal… Mas tú ofreces, viajera saturnina,con qué elocuencia en los espacios mudos,consuelo al que la vida laceró, mientras te cantan en cualquier cantina,melancólicos bardos melenudosy piojosos, que juegan dominó… Le puede interesar: 11 poemas sobre fútbol Luna y panorama de los insectos (poema de amor) Federico García Lorca La luna en el mar riela,en la lona gime el vientoy alza en blando movimientoolas de plata y azul. Espronceda  Mi corazón tendría la forma de un zapatosi cada aldea tuviera una sirena.Pero la noche es interminable cuando se apoya en los enfermosy barcos que buscan ser mirados para poder hundirse tranquilos. Si el aire sopla blandamentemi corazón tiene la forma de una niña.Si el aire se niega a salir de los cañaveralesmi corazón tiene la forma de una milenaria boñiga de toro. Bogar, bogar, bogar, bogar,hacia el batallón de puntas desiguales,hacia un paisaje de acechos pulverizados.Noche igual de la nieve, de los sistemas suspendidos.Y la luna.¡La luna!Pero no la luna.La raposa de las tabernas,el gallo japonés que se comió los ojos,las hierbas masticadas. No nos salvan las solitarias en los vidrios,ni los herbolarios donde el metafísicoencuentra las otras vertientes del cielo.Son mentira las formas. Sólo existeel círculo de bocas del oxígeno.Y la luna.Pero no la luna.Los insectos,los muertos diminutos por las riberas,dolor en longitud,yodo en un punto,las muchedumbres en el alfiler,el desnudo que amasa la sangre de todos,y mi amor que no es un caballo ni una quemadura,criatura de pecho devorado.¡Mi amor! Ya cantan, gritan, gimen: Rostro. ¡Tu rostro! Rostro.Las manzanas son unas,las dalias son idénticas,la luz tiene un sabor de metal acabadoy el campo de todo un lustro cabrá en la mejilla de la moneda.Pero tu rostro cubre los cielos del banquete.¡Ya cantan!, ¡gritan!, ¡gimen!,¡cubren! ¡trepan! ¡espantan! Es necesario caminar, ¡de prisa!, por las ondas, por las ramas,por las calles deshabitadas de la edad media que bajan al río,por las tiendas de las pieles donde suena un cuerno de vaca herida,por las escalas, ¡sin miedo!, por las escalas.Hay un hombre descolorido que se está bañando en el mar;es tan tierno que los reflectores le comieron jugando el corazón.Y en el Perú viven mil mujeres, ¡oh insectos!, que noche y díahacen nocturnos y desfiles entrecruzando sus propias venas. Un diminuto guante corrosivo me detiene. ¡Basta!En mi pañuelo he sentido el trisde la primera vena que se rompe.Cuida tus pies, amor mío, ¡tus manos!,ya que yo tengo que entregar mi rostro,mi rostro, ¡mi rostro!, ¡ay, mi comido rostro! Este fuego casto para mi deseo,esta confusión por anhelo de equilibrio,este inocente dolor de pólvora en mis ojos,aliviará la angustia de otro corazóndevorado por las nebulosas. No nos salva la gente de las zapaterías,ni los paisajes que se hacen música al encontrar las llaves oxidadas.Son mentira los aires. Sólo existeuna cunita en el desvánque recuerda todas las cosas.Y la luna.Pero no la luna.Los insectos,los insectos solos.crepitantes, mordientes. estremecidos, agrupados,y la lunacon un guante de humo sentada en la puerta de sus derribos.¡¡La luna!! Cuando el verano… Sandro Penna Cuando el verano acaba, la lunaenternece -¡y cómo!- el cielo.Al negrísimo follaje de los árbolesda ternura. Traducción de Manuel Moya Luna abajo Ángel González Luna de abajo,en el fondo del pozo,blanca entre los charcos de la bocamina;inmóvilen las aguas del ríoque no puede llevarla-a ella, tan ligera-en su corriente. Luna,que no refleja al sol,sino a sí misma,igual un sueño que engendrase un sueño. Luna de abajo,luna por los suelospara los transeúntes de la noche,que vuelven a sus casas cabizbajos. Luna entre el barro, entre los juncos, entrelas barcas que dormitan en los puertos; lunaque es a la vez mil lunas y ninguna,evanescente, mentirosa luna,tan próxima a nosotros, y no obstanteaún más inalcanzable que la otra. Lea también: 12 poemas dedicados a los gatos