la muerte se escribe solauna raya negra es una raya blancael sol es un agujero en el cielola plenitud del ojofatigado cabríoaprender a ver en el doblez entresaca espulga trillaestrella casa algamadre madera marse escriben solosen el hollín de la almohada trozo de pan en el zaguánabre la puerta baja la escalerael corazón se deshoja la pobre niña sigue encerradaen la torre de granizoel oro el violeta el azul enrejados no se borran no se borran no se borran * dolor de corazónobjeto negro que encierro en mi pechole crecen alassobrevuela la noche bombilla de azufresol miserableflotando en el cielo encaladoplanea parpadeaencandilaa quien yace bocarribafulminado * hoguera de silencioscrepitar de lamentospor el camino de la carnesangre en vilose llega al mundo así alumbra su blanco la tinieblaasí nace la interminable codaasí la mosca desova en el hilo de luz la tierra girael ojo de dios no se detiene qué haríamos preguntosin esta enorme oscuridad * incorpóreo paseo del sol a lo umbríoagua música en la sombra vivienteatravieso la afilada vaginaque me guía de la ceguera a la luz bajo la alta cúpula sonoraen este colosal simulacro de nidotoco el vientre marino con mi vientreregistro minuciosamente mi cuerpohurgo mis sentimientosestoy viva Diez poemas de la ‘Poesía vertical‘ de Roberto Juarroz * esta mañana soy otratoda la nocheel viento me dio alaspara caerla sin sombrala muertecomo una mala madreme tocó bajo los ojosentonces divididadando tumbosde lo oscuro a lo oscurogiré recién llegadaa la luz de esta líneaen pleno abismoabriéndosey cerrándose la líneasin músicapero llamandosin vozpero llamandosin palabrasllamando * a oscuras nace el solel fabuloso huevodispara rayos grisesen la esquina recóndita los ojos cerrados escuchanel mal paso en el aireadivinan el límitey el fondo en plena oscuridadel más puro alimentoasume su precisa formala sangre ennegreciendoaprende a brillarcomo un diosdespués se hace la luzrueda la araña * el animal que se revuelca en barroestá cantandoamor gruñe en su pechoy en sucia luz envueltose va de fiesta de allí que el mataderosea el arco triunfalde esta aventuray en astrosa aparienciase oculten la salud y la armoníay la negra avellanasepulta en el gargüerolance rayos azules a los vientos engastado en la mugrediamante singular astro en penumbraencuentra y pierde a diosen su pelambreconnubio de atragantada melodíay agonía gozosa se necesita el donpara entrar en la charca El silencio del corazón: Pizarnik, Storni, Woolf y Plath