El tema de la radiación emitida por los teléfonos celulares y su posible vínculo con el cáncer y otras enfermedades volvió a saltar a la palestra. En este mes se discutirá en el estado de Maine, en Estados Unidos, una ley que obligaría a que estos aparatos tengan una etiqueta en la que se advierta sobre esos riesgos, al estilo de las cajetillas de cigarrillos. Aunque en los manuales que traen estos dispositivos ya se menciona este tema, sería la primera vez que los fabricantes tendrían que hacer la advertencia en el propio aparato. La iniciativa fue promovida por un grupo de activistas que conocieron estudios recientes en los que se asegura que el riesgo ha aumentado en la medida en que los celulares se han vuelto más complejos y la gente los usa por más tiempo. Uno de ellos, realizado por el National Institute for Working Life en 2006 mostró una correlación entre los tumores del cerebro y el uso prolongado del celular cuando éste se usa cerca al oído.Pese a lo anterior, muchos creen que la ley no pasará debido a que la evidencia no es contundente. "No se puede aplicar una ley basada en el sentido común. Tiene que haber evidencia concluyente", dijo un funcionario del estado. En efecto, entidades de gran prestigio como el Instituto Nacional de Cáncer (NCI por su sigla en inglés), han dicho que no hay un vínculo consistente entre el uso de celulares y el cáncer, pero sugieren que se investigue más antes de sacar conclusiones a la ligera. La Organización Mundial de la Salud hizo una declaración similar en 2005. Pero otros consideran que tampoco hay evidencia suficiente para declararlos totalmente seguros y exigen que se hagan más estudios independientes, es decir, que no sean financiados por la industria de teléfonos celulares. "Nunca se ha demostrado que son seguros, por lo tanto alertar es una obligación de los fabricantes", dice Andrea Boland, la representante que está detrás de esta iniciativa. Hasta el momento los fabricantes argumentan que la radiación de los celulares no tiene la fuerza para alterar las moléculas en el cuerpo humano. Si fuera cierto, aseguran, en los últimos 20 a 30 años, habría habido un incremento de este tipo de cáncer y las cifras no muestran eso. Según Rafael Hernández, experto en el tema, anteriormente, con los celulares más sencillos no había problema porque la onda era mucho más baja, pero los últimos modelos usan tres gigas, una frecuencia de onda más rápida y más cercana a la banda de microondas. "Me afecta, según cuánto me expongo y la distancia a la que uso el aparato", señala. Hernández recomienda a los adultos limitar su uso, hablar siempre con manos libres o alta voz y prohibirlo en niños menores de 14 años debido a que a esta edad el cráneo de ellos es más suave que el del adulto y las radiaciones podrían entrar más fácilmente. Dado que muy pocos fabricantes revelan el porcentaje de radiación de su equipo en el punto de venta, el grupo Environmental Work, publica cada año un reporte con la radiación de lo celulares (ver gráfico), para guiar a los consumidores. En el trabajo de este año confiesan estar "preocupados por recientes estudios en los que se ha encontrado un mayor riesgo de desarrollar tumores cerebrales y de la glándula salivar en personas que han usado celular por más de 10 años". Pero también sugieren que se haga más investigación para aclarar todas las dudas.Está pendiente un estudio extenso que será supervisado por la OMS y que promete resolver muchas dudas. Mientras tanto, y como dice Environmental Work, lo mejor es que los consumidores conozcan los niveles de radiación de cada aparato para que así sepan cuál modelo escoger.