La prensa británica no habla de otro tema: brexit al desayuno, brexit antes de dormir. ¿La razón? Prácticamente todas las semanas hay una noticia nueva sobre el largo proceso que la Cámara de los Comunes no ha logrado definir, por más presión que le imprima la primera ministra Theresa May. Sin embargo, entender seris puntos clave puede dar una idea general de en qué va el brexit y hacia donde apuntan los posibles desenlaces de uno de los procesos más determinantes de la historia británica reciente, uno que podría influir fuertemente en el futuro de la Unión Europea. ¿Cuál es el plazo máximo para aprobar el acuerdo de salida? El acuerdo negociado por Theresa May en Bruselas no ha obtenido las mayorías necesarias en los Comunes, por lo que en este momento no hay una decisión legislativa sobre la manera como el Reino Unido saldría de la Unión Europea (UE). Hasta el momento, ya cambiaron la primera fecha de salida: estaba programada para el 29 de marzo y quedó aplazada para el 12 de abril. A tres días de esa segunda fecha, Theresa May está hablando con líderes de las naciones europeas más influyentes (Francia y Alemania) al igual que con las principales figuras del Parlamento Europeo, pues se ha visto obligada a pedirles volver a cambiar la fecha para finales de junio. Esta semana, tanto la Cámara de los Comunes como los líderes europeos deberán decidir, a más tardar esta semana, si efectivamente amplían una vez más el plazo para que los británicos se pongan de acuerdo. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, incluso ha propuesto aumentar el plazo a un año, con la posibilidad de efectuar la salida del Reino Unido apenas lleguen a un acuerdo, lo que contemplaría una fecha hasta junio de 2020.  Le puede interesar: De plazo en plazo para dónde va el Brexit Los demás miembros del consejo (y el gobierno francés de Emmanuel Macron) no han recibido con entusiasmo la idea de Tusk. Por eso, lo más probable es que esta semana decidan ampliar el plazo, al menos hasta junio próximo.  ¿Por qué se ha rechazado tres veces el acuerdo de May? La primera ministra pasó cerca de dos años negociando la salida del Reino Unido con los negociadores europeos. De esas conversaciones surgió un acuerdo sobre dos puntos fundamentales: cómo saldrá su país de la UE y cómo serán las relaciones comerciales de ese momento en adelante. El Parlamento británico no le ha aprobado a May el primer punto: la salida. Las principales razones provienen de partidos radicalmente diferentes. Por un lado, algunos laboristas creen desde el comienzo que los líderes del brexit ganaron el referendo con mentiras y hoy en día muchos piden llevar a cabo una segunda votación popular. Por otro lado, brexiters radicales (muchos de ellos del partido conservador, más conocidos como tories) aseguran que el acuerdo que May negoció en Bruselas le hace demasiadas concesiones a la UE, y rechazan el actual plan de salida porque quieren que el Reino Unido salga del grupo de los 28 sin un rasguño, algo que el Parlamento europeo no va a permitir. Esta situación hace que May no tenga mayorías en Westminster para pasar su acuerdo. Ya lo han rechazado tres veces y nada parece indicar que los parlamentarios lo vayan a aprobar sin cambios.  La frontera de las dos Irlandas Una de las principales razones por las que Theresa May no ha obtenido las mayorías para aprobar su acuerdo tiene con la frontera entre Irlanda del Norte (integrante del Reino Unido) y la República de Irlanda.  Irlanda del Norte vivió durante gran parte del siglo XX una virtual guerra civil entre los católicos (que querían separarse del Reino Unido e integrarse a la República), y los protestantes unionistas. La región británica votó mayoritariamente a favor de permanecer en la Unión Europea, y que el Brexit implicaría volver a poner una frontera dura en la isla. Eliminar la barrera física en la frontera fue justamente uno de los puntos de los acuerdos del Viernes Santo que puso fin a las hostilidades.  Por eso May, siguiendo las recomendaciones de la UE y de la república de Irlanda, incluyó en el acuerdo una solución a medias: en vez de tener una barrera física, Irlanda del Norte se sometería a unos controles de seguridad por la UE. En últimas, el acuerdo actual también propone que Irlanda del Norte siga siendo parte de la unión aduanera y del mercado único, algo inaceptable para los conservadores e inviable en la práctica.  Los diez parlamentarios norirlandeses del Partido Unionista Democrático (PUD), liderado por Nigel Doods, se han opuesto rotundamente a esa fórmula. Argumentan que si se hace una excepción con Irlanda del Norte en ese punto, su relación con el resto del Reino Unido se deterioraría y perderían los privilegios que están buscando con el brexit. Hasta el momento, el  PUD no ha dado señal alguna que indique un cambio de postura. Exigen que se cambie el acuerdo o de lo contrario May no tendrá su respaldo.  ¿Qué pasa si llega la fecha límite y todavía no hay acuerdo? Esta pregunta tiene con los pelos de punta tanto a Reino Unido como a la UE. Ninguna de las dos partes quiere que ese escenario se vuelva realidad pues sería el caos total: no habría reglas claras de juego en cuanto a temas de movilización o comercio, por ejemplo. Ciertamente, tal incertidumbre también podría golpear fuertemente las finanzas de uno de los países más ricos del hemisferio occidental.  La UE ha sido clara: si llega la fecha de salida, el Reino Unido tiene que salir de la unión, sin importar que eso genere un caos nunca visto y con posibles repercusiones a todos los países del grupo: España, Portugal, Alemania, Francia, etcétera. ¿Por qué May se ha acercado a Jeremy Corbin? El brexit ha producido la improbable alianza entre Jeremy Corbyn y Theresa May. El líder de los laboristas ha atacado todo lo que ha hecho el actual gobierno: desde su negociación en Bruselas hasta el incumplimiento de políticas sociales en los campos educativos y de vivienda. Sin embargo, la semana pasada May dejó de lado las diferencias partidistas para hablar con Corbyn, pues éste, ante la falta de ambiente para un segundo referendo, coincide con ella en que es mucho mejor aprobar un acuerdo a lanzarse al agua sin uno. Le recomendamos también: La Unión Europea advierte "sanciones" si se actúa contra Guaidó en Venezuela La alianza ha resultado bastante débil. Corbyn ya comentó que por el lado del gobierno no hay un alto grado de "voluntad" para considerar otras opciones al acuerdo inicial. Según el líder laborista, es momento de replantear el acuerdo e incluir ciertas modificaciones para que logre pasar en el legislativo. De otra manera, no tiene sentido sentarse a discutir si el gobierno de May no acepta cambios de fondo en su plan de salida. ¿May se va o se queda? Antes de que el Parlamento le rechazara su acuerdo por tercera vez, la propia Theresa May ofreció su cabeza: si obtenía los votos, ella dimitiría inmediatamente. Sin embargo, antes de que eso ocurriera la Cámara decidió hacer a la primera ministra a un lado y votar por ocho alternativas a su acuerdo. Irónicamente, ni siquiera las propuestas propias de los miembros obtuvieron las mayorías y May tuvo que volver a impulsar su acuerdo para una tercera derrota. Aunque muchos políticos y ciudadanos exigen la renuncia de May, no es claro qué pasaría después. Podría, incluso, llegar al poder un conservador mucho más radical que apoye un brexit duro (como Boris Johnson), lo que también generaría un buen número de desencuentros con la UE. Por eso se ha puesto en duda la eficacia de una medida tan extrema, sobre todo porque no hay un solo político británico que pueda decir, con total seguridad,  solucionaría inmediatamente el brexit. Le sugerimos: ¿El caos del Brexit tumbará a Theresa May? Todo parece indicar que May seguirá en el cargo al menos hasta que se resuelva este primer acuerdo. La prensa británica no descarta que luego la Cámara escoja a un primer ministro de transición que cierre los últimos asuntos del acuerdo y luego dé paso a nuevas votaciones que alivien la creciente polarización del país.