Las empresas familiares juegan un papel importante en la economía. Pero los dueños o líderes de estas enfrentan el desafío de lidiar con conflictos que afectan tanto el negocio como las relaciones personales. Algunos tienen constantes problemas de comunicación con sus familiares y no saben cómo exponer sus ideas o dar retroalimentación. En ocasiones los integrantes de la familia ven las situaciones desde perspectivas diferentes o tienen distintas expectativas y surgen conflictos de interés que les dificultan llegar a acuerdos. Otros no aprueban el estilo de liderazgo de sus familiares y, cuando manifiestan su desacuerdo, las discusiones se vuelven personales. También se da el caso de un familiar que no trabaja o su desempeño es malo, pero no es fácil despedirlo porque se trata de un ser querido. Estos son algunos aspectos que pueden contribuir a un buen funcionamiento de los negocios y un sano mantenimiento de las relaciones familiares. 1. Reglas, roles y límites claros La familia es un sistema compuesto por partes, de la misma forma que la empresa. Cuando no hay claridad de los roles y las responsabilidades de cada persona se producen los malos entendidos. Por eso, en una empresa familiar se debe definir y hablar con honestidad sobre cuál es el rol de cada persona en el negocio, cuáles son sus tareas y responsabilidades, y poner límites sobre en qué áreas tiene autonomía para decidir, en cuáles debe consultar y, especialmente, en cuáles no debe intervenir. Todo esto debe quedar por escrito para minimizar posibles conflictos y para que sirva de insumo en las evaluaciones de desempeño. Sí, una empresa familiar también debe realizar evaluación de desempeño formal.
2. Buena selección de personal Un problema común de estas empresas es que contratan familiares para que asuman cargos para los cuales no están preparados. Cuando esto sucede no solo se afecta el negocio, sino que genera conflictos y afecta la relación familiar. Y estas personas con bajo desempeño son las más difíciles de despedir, son un mal ejemplo y desmotivan a los demás miembros de la empresa. Por eso, desde un inicio la empresa debe establecer de manera profesional una descripción clara de los puestos de trabajo, especificando cuál es el perfil de la persona que puede ocupar cada rol, en términos de cualificaciones y competencias, con el fin de contratar el talento que realmente necesita la compañía. Las responsabilidades de cada rol deben quedar en el contrato firmado por escrito. O en caso de que decidan contratar a una persona de la familia que no cuenta con los conocimientos o habilidades necesarias, es fundamental garantizar que reciba el entrenamiento o acompañamiento necesario para que afronte con éxito su rol.
3. Líderes externos a la familia Algunas veces es difícil que en un negocio familiar sus miembros acepten el liderazgo de un externo, pero esto puede ser la solución para mitigar los conflictos y profesionalizar el negocio. La ventaja de un líder externo es que este no está contaminado por las dinámicas y conflictos familiares y su perspectiva imparcial puede ser refrescante y conveniente para tomar decisiones que beneficien el negocio. Así mismo si los empleados ven que los no familiares también tienen oportunidades en posiciones directivas, esto genera más motivación, pues transmite el mensaje de posibilidad de crecimiento en la empresa.
4. Planes y expectativas Como en toda empresa la planeación estratégica es fundamental. Esto incluye la construcción de la misión, la visión y los valores, así como una programación anual para definir los objetivos estratégicos del periodo, metas, indicadores de desempeño y planes de acción. Esto debe hacerse en un espacio y un ambiente tranquilos y sin interrupciones, que propicie la comunicación abierta y sincera. En las empresas familiares estos espacios también pueden aprovecharse para que las personas compartan con honestidad sus expectativas, aspiraciones y planes en relación con la empresa, y que comuniquen cómo se ven en el futuro a nivel personal y laboral. 5. La comunicación La mala comunicación es una de las principales causas de conflicto en las relaciones. En una empresa familiar se genera resentimiento cuando alguien es explosivo y no sabe comunicarse con asertividad. Otros sienten miedo a decir lo que piensan por temor a ocasionar conflicto. La familia necesita entrenarse y desarrollar habilidades de comunicación asertiva y protocolos de comunicación que les permitan manejar los conflictos de manera constructiva, llegar a acuerdos para impactar en forma positiva el negocio y sus relaciones.
6. Usar consultores externos Los espacios de entrenamiento, desarrollo de habilidades, construcción de planes de acción, toma de decisiones, comunicación asertiva y solución de conflictos, pueden abordarse de forma más efectiva si un externo imparcial los lidera y utiliza metodologías que se ajusten a las necesidades del negocio familiar. En varias empresas familiares, las personas están más dispuestas a escuchar a un externo, que a los familiares. Todos los asuntos familiares sin resolver se verán reflejados en el negocio y pueden afectar las relaciones, decisiones, el comportamiento y los resultados. Hay que resolverlos para que no contaminen el negocio.