La pandemia de covid-19 no solo ha dejado un saldo enorme en vidas y en términos de la economía mundial. También ha generado una serie de cambios que muchos no saben si van a ser permanentes o pasajeros. Sea lo que fuere, lo cierto para muchos futurólogos es que el mundo después de la pandemia no será igual. Cuando acabe la pandemia, ya sea porque aparecieron una o varias vacunas o porque el virus ya no tiene a nadie nuevo que infectar, los problemas no cesarán. Por el contario, la gente que tuvo la fortuna (o el infortunio) de vivir en este tiempo deberá enfrentar desafíos en campos como la geopolítica, la economía y el medio ambiente. El más grande de todos es este último, porque no solo incluye la continua extinción de especies, sino también las fallidas soluciones para controlar el calentamiento global y el aumento de climas extremos que llevan a desastres naturales con pérdidas económicas y humanas incalculables.  Lea también: Empresas mantendrían trabajo en casa hasta tres días a la semana En esta categoría están, además, los desastres causados por el hombre. También hay otros temas no menos importantes: la crisis del agua, los ataques cibernéticos, el robo de identidad virtual y el fracaso de un gobernanza mundial, es decir, unas reglas de juego para un mundo más pacífico y justo. 

Según el Foro Económico Mundial, para poder hablar de un mundo mejor después de la pandemia hay que pasar del optimismo retórico a una acción: un cambio en la manera como la gente toma decisiones hoy. Y para eso también hay que tener ciertas habilidades, porque es claro que los acercamientos convencionales a esos temas no han tenido éxito. Por eso se requieren nuevas capacidades. Un grupo de alumnos de la Universidad de Trent, Italia, decidió ponerse a la tarea de encontrar cuáles eran esas habilidades a partir del impacto que había tenido la covid-19 en su país. Estas son: 1. Expertos en el futuro La idea es ser ilustrado en futurología y aquí la habilidad es alfabetizarse en ello, lo cual, a grandes rasgos, quiere decir poder escribir y leer de estos temas. Pero según el grupo de Trento en este caso se necesita mucho más que eso: leer y escribir sí, pero de una manera mucho más profunda y con un nuevo significado. El mundo de hoy va a pasos gigantes y tiene la característica de permitir más conexión entre las personas. Hay que aprovechar esos dos hechos para entender las consecuencias de esos cambios rápidos. Con esta habilidad la gente podrá imaginar mejor y entender el futuro, lo cual es importante porque esas imágenes son las que van a perfilar las expectativas, las frustraciones y la voluntad para invertir o cambiar. Imaginar el futuro es una habilidad que puede mejorar y algo que todos deben poder hacer, por lo que ya existen espacios en colegios y universidades, impulsados por la Unesco para enseñarla. El objetivo es integrar el futuro a todas las acciones y pensamientos que cada uno tiene hoy.  Lea también: Un bogotano, el primero con 6 meses de licencia de paternidad en Colombia 2. Pensamiento sistemático Todos los problemas del futuro están enmarcados en sistemas. Por eso la habilidad aquí es desarrollar una mentalidad para pensar, comunicar y aprender de los sistemas. Así será posible ver los patrones en estos sistemas complejos y mejorar o cambiar la manera de encararlos. Los académicos italianos hicieron un ejercicio durante la cuarentena que consistió en mirar el impacto de la pandemia en su país desde diferentes ángulos: social, tecnológico, ambiental, político y económico. Esto fue como una lupa que les permitió ver con claridad temas relevantes que necesitarían resolución en el futuro.

3. Anticipación El futuro manda señales al presente y, aunque no son muy evidentes, pueden convertirse en realidad si las circunstancias lo permiten. Por eso el grupo cree que el futuro está siempre en construcción, aunque no sea visible a todos. Para verlo se requiere anticipación, lo que consiste en reconocer las posibles características para tomar decisiones y acciones en el presente. Mucho de esto implica modificar hábitos y comportamientos para estar más preparados al cambio.  Lea también: ¿Cómo alivianar la carga laboral de los empleados que son papás? 4. Previsión estratégica Esta habilidad se relaciona con la pregunta de cómo aprovechar oportunidades en un mundo cambiante. La respuesta es qué tanto gobiernos, como compañías, instituciones y la sociedad en general deben entender dos conceptos: cambio y futuro, porque estaremos viviendo en un mundo que probablemente será significativamente diferente al de hoy. Gracias a esta habilidad, las personas podrán explorar futuros alternativos y así investigar cuáles podrían ser los más convenientes para todos. Las habilidades de memorizar, de administrar bienes físicos, controlar la calidad y el manejo de personal le están dando paso a nuevas aptitudes entre las que también está la inteligencia emocional, la solución de problemas complejos y mucha creatividad, imaginación e iniciativa. El grupo piensa que en definitiva lo que se necesita es un cambio cultural: pasar de una sociedad que es reactiva a una más anticipatoria. En este momento aún hay oportunidad de pensar que el mundo será mejor, pero no solo con el deseo sino con una serie de habilidades que ojalá todos desarrollen. Para mayor información el reporte completo se encuentra disponible en Italian Institute for the Future.