Llegará el momento de analizar temas contractuales que pueden surgir luego del período de cuarentena, aparecerá un sentimiento extraño pero agradable de volver a ver compañeros físicamente, y sobre todo, habrá bastante expectativa por conocer las medidas que nuestras empresas han adoptado para protegernos de la covid-19.
Por esta razón, los propietarios de edificios y líderes de la industria inmobiliaria, quienes son encargados de administrar y diseñar los lugares de trabajo, se están anticipando al momento en el que las personas puedan volver a donde habitualmente trabajaban, y desde hace varias semanas vienen estructurando las oficinas de la era post covid-19. Las medidas decretadas por algunos Gobiernos y en general las recomendaciones de la comunidad científica determinan la necesidad de controlar la densidad de personas en los espacios, mejorar los sistemas de ventilación e implementar nuevos y estrictos protocolos de limpieza y desinfección. Si bien el distanciamiento físico será parte de la nueva normalidad, la colaboración y la conexión humana son hoy más importantes que nunca y contar con un espacio seguro para hacerlo será clave. Así pues, el teletrabajo ha sido una gran solución de ajuste y protección durante la pandemia, pero no es sostenible de manera permanente. La salud física y mental de los colaboradores está en juego, así como también la sana convivencia en los hogares, por lo tanto, todas las compañías deben organizarse internamente para retornar de manera segura a espacios de trabajo que fomenten tres fundamentales: la conexión humana, la productividad y la creatividad.
Esta crisis nos ha obligado a todos a responder rápidamente ante una nueva realidad que ha transformado nuestra vida personal y profesional y ha obligado a todos los actores del negocio de espacios de trabajo: no podemos solo reaccionar a corto plazo, sino también a aprender y reajustarse para enfrentar un futuro con nuevas dinámicas laborales. Algunas de las medidas que deberían tomarse en todos los lugares de trabajo para proteger a los colaboradores son las siguientes: Disminución de capacidad de zonas comunes: Adecuar estos espacios para aumentar la distancia entre asientos. Desde ahora, por ejemplo, un espacio que antes estaba destinado para cuatro personas, debería ser utilizado por dos personas. Aumento en las prácticas de higiene y limpieza: al igual que en todos los espacios físicos, en las oficinas será común ver dispensadores de jabón antibacterial que se activen sin contacto. Corredores unidireccionales: en las oficinas, especialmente las de trabajo colaborativo, los corredores tienen una gran importancia ya que allí se genera el networking que produce nuevos negocios o alianzas. Desde ahora, estos espacios tendrán que ser controlados, buscando que haya una única dirección de circulación. Pedagogía: este es un escenario completamente nuevo para todos y ante el alto flujo de información que ha habido en los últimos meses, es necesario que cada espacio de trabajo realice una robusta campaña pedagógica que indique las normas, recomendaciones y todo lo necesario para garantizar, tanto la salud, como la convivencia dentro de los espacios.
De esta manera, las compañías podrán garantizarle a todos sus colaboradores un lugar seguro para que realicen sus labores diarias. Si bien el teletrabajo se mantendrá de manera gradual, será necesario un lugar donde haya conexión humana, co-creación y se estimulen valores propios de cada compañía como el trabajo en equipo o el sentido de pertenencia. *Gerente de Asuntos Públicos de WeWork Latinoamérica Región Norte