El amor hace de las suyas en Managua, donde el presidente Arnoldo Alemán acaba de contraer matrimonio en medio del beneplácito de la población, que nunca había presenciado la boda de un gobernante en ejercicio. El primer mandatario, de 55 años, unió su vida con la de María Fernanda Flores, una profesora de 30 que vivía en Miami hasta que Cupido tocó a su puerta. Mientras se trata del primer matrimonio de ella, es el segundo de Alemán, quien enviudó cuando estaba preso durante los años del gobierno sandinista. Pero no todo es color de rosa. Muchos sostienen que María Fernanda está más enamorada de la presidencia que de su galán y se sabe que han surgido tensiones entre ella y María Dolores, la hija mayor del presidente, quien tiene sólo tres años menos que su flamante madrastra.