La primera información que llegó de la masacre vino a través un profesor y un líder comunal de una veredita llamada Silencio Monos, en las montañas espesas del municipio de Amalfi. Un escena dantesca pasó por los ojos de estos dos hombres, cuando se percataron de los siete cuerpos que yacían dentro de una vivienda. El pequeño poblado queda a una hora y treinta minutos del casco urbano, si se accede en carro por una vía terciaria no pavimentada. Desde el momento en el que se supo la noticia, el secretario de Gobierno de ese municipio del nordeste antioqueño, Edison Ospina, comisionó a los bomberos para que corroboraran la información. En efecto, a eso del medio día del viernes, los hombres que se desplazaron a la zona confirmaron el hallazgo de siete cadáveres: dos niñas (una de ellas de 10 años de edad llamada Melissa); un joven de sexo masculino; dos adultos (un hombre y una señora); y otros dos sujetos que vestían de camuflado, según los primeros testimonios. Como en Silencio Monos no hay señal de celular, a los bomberos les fue informado a través de un radio que asumieran las veces de primer respondiente, para lo cual deberían acordonar la zona y no permitir que nadie alterase la escena del crimen. Según Santiago Londoño, secretario de Gobierno de Antioquia, todo parece indicar que las víctimas hacen parte de una misma familia de apellido Castrillón Herrera. Al lugar arribó personal de la Sijín de la Policía y Medicina Legal para adelantar la inspección técnica a los cadáveres. Tropas de la brigada XIV del Ejército prestan seguridad en los alrededores. Las primeras informaciones indican que varias de las víctimas eran familiares del exjefe paramilitar Daniel Rendón 'Don Mario'. En diálogo con Semana.com la abogada de este, Nury López, dijo que el exparamilitar teme por la vida de sus familiares. Según su información, se trataba de una prima hermana del narcotraficante (Margarita), su esposo (Adelmo) y dos de sus nietos. “Él está muy asustado y muy nervioso y teme por la vida de su familia directa, de sus hijos y su esposa”, dijo López. Sin embargo, la jurista asegura que no conocían de amenazas ni retaliaciones a sus familiares. “Estamos muy asustados porque no sabemos si esto tiene que ver con las vinculaciones que el señor Daniel Rendón Herrera hizo la semana pasada, en las que vinculó a muchas personas”. Según el testimonio de las dos primeras personas que llegaron a la casa, todo comenzó a eso de las 2:00 a. m. Un grupo armado que irrumpió en la vereda, se dirigió hasta la casa de los Castrillón Herrera y comenzaron a disparar. Cuando cesó la lluvia de balas, los campesinos se fueron acercando a la vivienda, donde, según ellos, había una bebé llorando, en medio de los cadáveres. Cuando esta versión llegó a la Alcaldía de Amalfi, de inmediato se comisionó a una ambulancia para que prestara la atención necesaria a la menor. Sin embargo, en tanto el vehículo llegó a la vereda, la niña ya no estaba. Según algunos habitantes, a la bebé se llevó su padre. Sin embargo, las autoridades no han proporcionado datos al respecto. Silencio Monos está incrustado en las estribaciones del cañón de El Mata, un corredor que conecta con Vegachí y Anorí; y por donde es posible acceder también al Bajo Cauca. En la zona hacen presencia el frente 'Capitán Mauricio', del ELN; el frente 36 de las FARC y el clan Úsuga. El 3 de diciembre pasado, el Ejército dio baja al tercer cabecilla financiero de esa facción del ELN, apodado la 'Chinga'. Se trata de una zona compleja e intrincada en la que los actores armados perversamente cumplen funciones distintas: las FARC enfrentan el Ejército, el ELN cuida campamentos de procesamiento de base de coca y el clan Úsuga comercializa, según informaciones de inteligencia.