Las alarmas están prendidas por los efectos que sobre la salud de los ciudadanos está generando la contaminación del aire. Por esta razón, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), decidió lanzar una campaña para generar conciencia sobre las consecuencias que ocasiona el material particulado que esparse a través del aire y que consumimos de forma permanente los humanos. El objetivo de la iniciativa es concientizar a las sociedades sobre el daño ambiental que está recibiendo el mundo como consecuencia de la quema de combustibles fósiles como el carbón para producir electricidad, o diésel y gasolina que son usados por vehículos de todo tipo. El panorama no es para nada alentador: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada media hora mueren 500 personas por culpa de esta problemática, debido a que el material particulado emitido por los buses de transporte público, las industrias y los vehículos de carga es cancerígeno. Esto ocasiona que la enfermedad se propague y que el número de personas fallecidas vaya en aumento. Le recomendamos: La contaminación del aire disminuye esperanza de vida de los niños El transporte público se ha convertido en una de las principales fuentes de emisiones de estas partículas, con un aporte superior al 60 por ciento, siendo los vehículos de carga pesada los que más impactan debido a la utilización de combustibles como el diésel. Por su parte, las fuentes fijas como es el caso de las chimeneas de las industrias, por ejemplo, aportan cerca del 40 por ciento. La campaña de WWF se suma otra lanzada recientemente por la OMS y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), denominada “Respira Vida”, dirigida a crear conciencia sobre los daños que genera contaminación del aire sobre la salud y el medio ambiente. Según la OMS esta problemática causa 1 de cada 9 muertes al año a nivel mundial además de ser un gran determinante de enfermedades cardiovasculares como los derrames cerebrales y los padecimientos cardiacos y el cáncer de pulmón. Diferentes análisis indican que el 92 por ciento de la población mundial sigue respirando aire contaminado, y que el 80 por ciento de las ciudades del mundo tiene niveles de contaminación que superan los límites establecidos de las directrices de la OMS. Problemática urbana El rápido crecimiento urbano está muy relacionado con esta situación, pues en muchas ciudades impacta de forma negativa la salud y el clima. La OMS precisa que el tráfico en las ciudades mal diseñadas, la falta de acceso a energías limpias, además de estilos sedentarios de vida, alimentan la pandemia mundial de enfermedades no transmisibles. Esto puede verse acentuado por la degradación de la calidad del agua y la falta de alcantarillado en zonas marginales de las zonas urbanas, en donde se facilita la propagación de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue y el zika, además de la diarrea que afecta a los niños. Le sugerimos: El mundo enfrenta la mayor contaminación del aire en 3 millones de años Un estudio científico publicado en la revista médica The Lancet reveló que un 16 por ciento de las muertes a nivel mundial están vinculadas con la contaminación. El informe indica que 9 millones de muertes prematuras registradas en 2015 estuvieron relacionadas con la polución, un dato que es tres veces mayor que las muertes causadas por VIH, tuberculosis o malaria juntas. La mayoría fueron a causa de enfermedades no infecciosas vinculadas a la contaminación, como problemas cardiovasculares, infartos y cáncer de pulmón. En Colombia, de acuerdo con datos del Observatorio Nacional de Salud (ONS), esta problemática causa al menos 17.500 muertes en el país cada año, producto del material particulado que se encuentra en el ambiente ocasionado en una gran parte por la combustión vehicular y la producción de residuos generados en los procesos industriales. Los impactos en la salud y las muertes ocasionadas como consecuencia de no respirar un aire limpio, y que afecta principalmente a adultos mayores y niños, también le pasa cuenta de cobro a la economía nacional. Medellín y Bogotá son dos de las ciudades con mayores problemas de contaminación por material particulado.