Hoy, cuando se celebra el Día Mundial del Agua, se pone sobre la mesa qué está sucediendo con el consumo de este recurso en el país, quiénes son sus mayores consumidores y en qué regiones es donde más se demanda el preciado líquido. Las perspectivas no son alagadoras y el llamado es al ahorro, la reutilización y la investigación. Según los resultados de la séptima edición del Estudio Nacional de Agua (ENA), que se presentó hoy en Bogotá, la demanda total de este líquido en el país entre 2012 y 2016 registró un incrementó de 5 por ciento, al ascender a los 37.308 millones de metros cúbicos, siendo la agricultura el sector que mayor uso hace de los recursos hídricos. Esta actividad económica, una de las más importantes que se desarrolla en el país y que en 2018 aportó 4,28 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, consume el 43,1% del total de agua usada en Colombia, porcentaje que si bien es alto, también evidencia una reducción frente a hace una década cuando era superior al 50 por ciento. Lea también: Tatequieto a los derrochadores de agua en Colombia Los cultivos permanentes (que tienen un largo tiempo de edad productiva como café, banano, cacao, caña y naranja, entre otros), y los transitorios, que se cultivan en un ciclo corto y después de la cosecha deben volver a sembrarse para seguir produciendo, son los mayores usuarios del vital líquido, que cada vez es más escaso. Del total de agua que se requiere para satisfacer las necesidades hídricas de la agricultura, el 90 por ciento proviene de aguas lluvias y el 10% de riego, siendo la caña, palma, plátano y el arroz, los cultivos que más demandan esta última opción, lo que explica por qué el Valle del Cauca sea el departamento en donde más se riegan cultivos. La hidroenergía es la segunda actividad que más demanda agua. De hecho, entre 2012 y 2016 este sector registró un incremento de 24,3% en el uso, producto de la entrada en funcionamiento de proyectos como Hidrosogamoso y del incremento en la utilización de las hidroeléctricas, las cuales debieron responder a las necesidades de energía generadas por el fenómeno de El Niño. El sector pecuario se ubica en el tercer con 8,2% de participación. En lo referente a la huella azul, que permite identificar a los grandes usuarios del agua, donde el líquido que no retorna es alto, porque se evapora, incorpora o trasvasa, la agricultura también lidera la tabla al demandar el 52% del recurso hídrico, seguido en la segunda casilla por el sector de la contrucción, con un 33%, y en el tercer lugar por el pecuario, con un 32%. La minería se ubica cuarto, con 27%. El Estudio Nacional del Agua, elaborado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) y el Ministerio de Ambiente, además de otras 20 entidades, también identifica que los sectores con los más altos incrementos a 2022 serán el agrícola, con un aumento de 135,8%, seguido por el de los hidrocarburos, la piscicultura, la minería y la generación de energía.
El Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ricardo Lozano, realizó la presentación del Estudio Nacional de Agua 2108. Foto: Mauricio Ochoa. El informe, que comenzó a ser implementado en 2010 y cuyos reportes se han venido entregando cada cuatro años (2014 y 2018), destacó el hecho que el país pasara de tener 318 a 391 municipios susceptibles a sufrir desabastecimiento de agua potable, principalmente en departamentos como Santander, Cundinamarca, Tolima y Boyacá. Se estima que en al menos el 50% de las localidades de esas regiones existe el riesgo de quedarse sin acceso el vital líquido como consecuencia del déficit en la oferta natural, la reducción de las precipitaciones o la insuficiencia en la infraestructura de abastecimiento. Le puede interesar: 48 municipios se declararon en calamidad pública por desabastecimiento de agua En el estudio se identificó, además, que el país tiene 191.050 kilómetros cuadrados susceptibles a inundarse y que 3.200.000 personas podrían verse afectadas con las anegaciones. Al realizar un análisis por regiones, el informe evidencia que los departamentos que más volumen de agua requirieron en 2016 fueron Antioquia (11,3 por ciento), Huila (9,5 por ciento) y Santander (7,8 por ciento).
La caña es uno de los cultivos que más demanda agua. Foto: Archivo Semana Cuando se analiza el uso del agua al interior de cada departamento, resalta el de agricultura que supera el 20 por ciento en todos ellos, mientras que hidroenergía y termoeléctricas tienen porcentajes altos en Santander, Norte de Santander, Huila, Córdoba, Cundinamarca, Boyacá, Atlántico y Antioquia. Otros de los hallazgos obtenidos con el Estudio es que la aridez en el país se ha venido incrementando especialmente en la región Caribe y Andina, pero principalmente a lo largo de la cordillera Oriental. De igual forma, se determinó que la contaminación por mercurio en los afluentes se sigue registrando en aquellas zonas en donde se realizan actividades de minería ilegal de oro en departamentos como Chocó, Antioquia y Bolívar. También se evidencia un aumento en el nivel de sedimentos debido a fenómenos como la deforestación, lo que genera que aumenten las posibilidades de que se presenten eventos súbitos como avalanchas. Los departamentos con mayor potencial a la erosión hídrica en Colombia son Antioquia, Santander, Boyacá, Cundinamarca, Caldas, Risaralda, Quindío, Chocó, Tolima, Cauca y Nariño, puesto que se trata de las áreas en las que se concentra el desarrollo económico y social del país. Recomienda el estudio focalizar recursos y acciones tendientes al monitoreo y control de la erosión. La mayor cantidad de áreas criticas con sedimentación en Colombia se presentan en el área hidrográfica de Magdalena- Cauca. Le sugerimos: 10 datos acerca del agua que quizás usted no conoce El ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ricardo Lozano, llamó la atención sobre cómo se está acelerando la pérdida de los glaciares y precisó que con el fenómeno de El Niño, registrado entre 2015 y 2016, el glaciar de Santa Isabel perdió entre el 6 y 7 por ciento de su área y se estima que en 10 años ya no existirá. "Los glaciares son nuestra gran bodega de agua cuando tenemos eventos extremos de sequías, por eso a medida que desaparecen también crece la preocupación porque decrece el recurso hídrico para el abastecimiento de los ciudadanos y la industria nacional", afirmó. En su concepto, una de las principales amenazas para el agua es que la gente no sea consciente de su importancia. "Necesitamos formar a los colombianos en agua, ya que actualmente no existen carreras relacionadas con eso. La Universidad Nacional nos abrió sus puertas para crear carreras relacionadas con el recurso hídrico como, por ejemplo, hidrología y meteorología. De esta forma, comenzaremos el incremento del conocimiento en el país. Eso es lo que demandamos. Además, hay que seguir invirtiendo en investigación no solo desde lo público, también desde lo privado", dijo el ministro. Para el funcionario es claro que uno de los grandes vacíos es que no se tienen muchos datos para poder tomar decisiones e instó a la empresa privada a invertir en este tipo de análisis que le sirven a todas las partes. Los conocimientos sobre aguas subterráneas son un ejemplo de la falta de información existente en el país. el estudio más reciente sobre este aspecto es el ENA de 2014 en el que se identificaron y delimitaron 62 sistemas acuíferos en el territorio nacional, incluyendo cinco sistemas transfronterizos. Se requieren acciones Frente a esta realidad, la presidente de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Acodal), Maryluz Mejía, también fijó su posición. Dijo que los aumentos considerables en la demanda muestran que el país está en mora de actuar en consecuencia y de tomar las medidas para cubrir esa coyuntura, dado que el crecimiento de la población y el desarrollo económico se han concentrado en las regiones en las que la oferta hídrica es limitada. La directiva aseguró que es necesario adoptar cuanto antes políticas de gobernanza y medidas para controlar el consumo excesivo de agua en los sectores ya identificados, pues el acelerado aumento de la demanda, es un factor de riesgo para abastecer los acueductos que suministran el agua en las regiones más densamente pobladas. Puede leer: El planeta enfrentará un déficit de agua del 40 por ciento en 2030 Sobre el particular, José Luis Acero, viceministro de agua potable y saneamiento básico, indicó que la cobertura en agua potable a nivel urbano en el país este momento llegaba al 92%, mientras que en la zona rural se acercaba al 76%. "La meta durante este periodo de gobierno es llegar a casi a la universalización en los sectores urbanos (100%) y en acercarnos al 80% en las zonas rurales. Pero más allá de ampliar la cobertura, nos interesa que haya cantidad y continuidad en el servicio. Tenemos un déficit significativo de casi el 20% y estimamos que se requieren de unos 16 billones de pesos para suplir la demanda, por lo que nuestra tarea se basa ahora en buscar los recursos, no solo en el sector público, sino también en el privado para poder garantizar que vamos a cumplir los objetivos", apuntó. Para el funcionario también es fundamental trabajar en el saneamiento del recurso hídrico, pues actualmente en el país solo se tratan el 42% de las aguas residuales que se producen. "Nosotros tenemos una meta en este aspecto y es acercarnos al 55% durante este gobierno. Así mismo, le apuntamos a poder cumplir el 68% que está planteado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible a 2030. Estamos generando mecanismos difrerenciales para la financiación de este tipo de proyectos que son muy honerosos y requieren un costo muy alto, a partir de alianzas público-privadas que nos permitan avanzar mucho más rapido en el saneamiento de nuestras cuencas", expresó Acero. Colombia tiene el 5 por ciento de los recursos hídricos mundiales, un porcentaje bastante alto si se tiene en cuenta que Sudamérica tiene en total el 28 por ciento, por lo que se hace necesario cuidarlos. Es claro que se trata de recursos finitos que cada día se ven más afectados por diferentes factores, entre los que sobresalen, la deforestación y la descontrolada ampliación de la frontera agrícola.