A Berta Cáceres, una líder indígena del pueblo Lenca, la construcción de una hidroeléctrica le costó la vida. El 3 de marzo del año pasado, sicarios ingresaron a su casa en la localidad hondureña de Santa Bárbara y la asesinaron a tiros. A pesar de que las primeras informaciones policiales afirmaban que se trató de un robo, el motivo real se aclaró muy pronto: A Berta la mataron por oponerse a la represa Agua Zarca en el río Gualcarque, al occidente de ese país suramericano.Le recomendamos: Asesinan a la ambientalista indígena Berta CáceresSu lucha fue reconocida en 2015 con el premio Goldman Prize, algo así como el Nobel verde. Pero esta distinción no evitó el trágico desenlace de Cáceres. Y aunque su muerte sigue en la impunidad, esta semana se conoció una noticia que se puede interpretar como un triunfo póstumo de la ambientalista hondureña. A través de un comunicado de prensa, la corporación Desarrollo Energético Sociedad Anónima (DESA) informó la suspensión del proyecto Agua Zarca.Según DESA, además de que el Banco Holandés de Desarrollo (FMO) y el Fondo Finlandés para la Cooperación Industrial (FINNFUND) retiraron definitivamente su apoyo financiero a Agua Zarca, la decisión se tomó con el fin de contribuir a la reducción de conflictos en la zona donde se había fijado la base de este proyecto hidroeléctrico que produciría 21 megavatios de energía. Aun así, la empresa continuará con sus inversiones sociales en la región.Le puede interesar: Berta Cáceres, la indígena defensora de la naturaleza en HondurasLa líder ambientalista Berta Cáceres junto al Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) se opusieron férreamente a la implementación de éste proyecto debido a que amenazaba el patrimonio natural, cultural, económico y hábitat funcional del pueblo Lenca. Con la suspensión de Agua Zarca, Berta y su comunidad podrán encontrar un poco de paz y justicia aunque el precio haya sido demasiado alto.