Los crecientes niveles de deforestación que enfrentan diversas regiones del territorio colombiano están obligando a algunas especies no solo a abandonar sus hábitats naturales, sino a modificar sus hábitos alimenticios y a poner su vida en riesgo. Esto es precisamente lo que sucede con el águila crestada (Spizaetus isidori), una de las aves depredadoras más grande del país y que se encuentra en la categoría de En peligro, de acuerdo con la lista de especies amenazadas de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). Se calcula que no hay más de mil ejemplares en el mundo. Este es un número muy pequeño y genera preocupación porque se trata de una especie de gran importancia ecosistémica que sirve de control biológico de algunas otras especies.  La salida de sus hábitats naturales ha comenzado a generar conflictos con el hombre, debido a que parte de su dieta alimenticia se basa en aves de corral, especialmente gallinas.  La pérdida de bosques primarios, la ampliación de la frontera agrícola y la cacería deportiva incrementan las amenazas sobre esta especie. Juan Sebastián Restrepo-Cardona, magíster en Conservación y Uso de Biodiversidad de la Pontificia Universidad Javeriana se ha dedicado en los últimos cuatro años a estudiar la especie y los factores que generan los conflictos entre esta águila y los campesinos. A su juicio, los conflictos de las personas que habitan en el campo no son solo con especies como el jaguar o el oso de anteojos que pueden comerse algunos de sus animales domésticos, también lo son con esta ave, que está en serio riesgo por cuenta de la persecución de la que está siendo víctima, producto de la caza de gallinas, pues los mamíferos arbóreos como perros de monte, micos, monos y zarigüeyas, entre otros, que han formado parte de su dieta, también han ido desapareciendo por la reducción del bosque.

El 27 por ciento de la dieta de las águilas se sustenta en gallinas. Foto: Erik Gaitán Restrepo-Cardona se ha dedicado a estudiar los nidos del águila crestada en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cundinamarca y Huila, con el propósito de analizar los factores socio-ecológicos que influyen en el conflicto entre los campesinos y el águila, y al mismo tiempo desarrollar un trabajo educativo con las comunidades, tendiente para lograr la conservación de esta especie.  Le recomendamos: Denuncian incremento de ataques a aves con armas de aire comprimido Una parte del proyecto consiste en identificar la ubicación geográfica de los nidos de esta especie con el fin de obtener información sobre las presas con las cuales los adultos alimentan a sus polluelos durante los periodos de crianza, para posteriormente cruzar esos datos con los cambios del paisaje del ecosistema de la región. La información recolectada permitió determinar, además, que por cuenta de la deforestación la especie ha perdido el 60,6 por ciento de su hábitat original en el país. Con este resultado, Restrepo-Cardona y las personas que han apoyado el desarrollo del proyecto, el año pasado publicaron el artículo Deforestation may trigger Black-and-chestnut Eagle predation on domestic fowl, en la revista Tropical Conservation Science.  Conflicto con los habitantes del campo Una segunda parte de esta iniciativa tiene que ver con investigar en los territorios reproductivos del águila cuál es la percepción que las comunidades locales tienen sobre este animal, para lo cual Restrepo-Cardona ha trabajado con la organización The Peregrine Fund y la Universidad Javeriana, en el desarrollo de 267 encuestas a personas mayores de 14 años en cuatro municipios elegidos para el estudio. Los análisis le permitieron determinar que los campesinos tenían una percepción negativa hacia el águila por factores socio-demográficos como el manejo dado a las gallinas en las fincas y el género. Normalmente son mujeres las que se encargan del cuidado de las aves de corral. "Hay muchas personas que no tienen intención de cazar un águila, pero este es un círculo vicioso en el que, por cuenta de la deforestación, estos animales buscan otras formas de alimento, cazando las gallinas, que en muchas oportunidades son el sustento de las familias campesinas, lo que hace que las personas reaccionen para que no se les sigan llevando sus aves", dice el investigador, para quien esto se convierte en una amenaza adicional para la especie. 

En el mundo hay menos de 1.000 ejemplares de águilas crestadas. Foto: Erik Gaitán De acuerdo con las investigaciones realizadas, entre 2014 y 2019 un total de 23 águilas crestadas fueron cazadas o capturadas en el país, un número que resulta significativo si se tiene en cuenta que de acuerdo con los datos presentados en el Libro de Aves de Colombia, se estima que en Colombia hay entre 160 y 360 parejas, distribuidas en la cordillera de los Andes y la Sierra Nevada de Santa Marta.  Depredación de gallinas, la principal causa de mortalidad En el desarrollo de la investigación, Restrepo-Cardona y sus colaboradores concluyeron que la persecución hacia el águila ocurre como una prevención o represalia ante la depredación de gallinas, siendo la principal causa de mortalidad para la especie en Colombia, además de enfrentarse a otras amenazas como la electrocución y el tráfico ilegal. El 27 por ciento de la dieta del águila corresponde a gallinas. Con base en los resultados obtenidos en el marco de la investigación, la revista PLOS ONE publicó en enero de 2020 el artículo Human-raptor conflict in rural settlements of Colombia, en el que está consignado el estudio. Le sugerimos: EN VIDEO: Así es el tesoro alado de Colombia "Se trata de una situación preocupante porque unas amenazas desencadenan en otras y esta es una especie muy importante y se sigue reduciendo terminará extinguiéndose", manifiesta Restrepo-Cardona, quien reconoció que hay algunos lugares puntuales del país en donde los campesinos coexisten con la especie y el objetivo es realizar análisis de estas experiencias particulares para que puedan replicarse en otras zonas.  El investigador participa en un proyecto internacional con el fin de lograr la conservación de la especie. Si bien aún no hay resultados concluyentes se presume que en países andinos como Ecuador y Perú, la especie se enfrenta a la misma problemática, al igual que en Argentina. Por esta razón erepresentantes de estos países están uniendo esfuerzos con el fin de buscar su protección. En esta iniciativa participan organizaciones como: Peregrine Fund y las Fundaciones Cóndor Andino Ecuador y Águila Crestada Colombia. En ese proyecto estudian la dieta, biología reproductiva y movimientos del águila, las percepciones de las personas hacia la especie y las amenazas que enfrenta en la región. 

La principal causa de muerte del águila crestada es la caza de gallinas. Foto: Erik Gaitán