Luego de la firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno y las Farc, el posconflicto se convierte en una de las principales preocupaciones para los garantes de lo consignado en el histórico documento. Así como existen un sinnúmero de preocupaciones en aspectos como la seguridad, la educación, entre muchos otros, el medioambiente es uno de los factores que más ansiedades genera debido a que zonas que por décadas permanecieron intocables por el conflicto armado están siendo colonizadas por actores de toda índole. Además, el aumento de las cifras de deforestación en el país revela que se hace necesario un trabajo de educación ambiental con muchas comunidades para que el posconflicto no se convierta en una debacle ambiental.Por esta razón nace ‘Ambientes para la paz: vida digna y reconciliación’, el primer programa de reincorporación para comunidades locales y excombatientes de las Farc que tiene como principal objetivo desarrollar alternativas productivas y de conservación.El programa, que empezará en La Macarena (Meta), es financiado por el Gobierno de Noruega y será implementado por el Ministerio de Ambiente, el Consejo Noruego de Refugiados (NRC), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y las FARC-EP. Esta iniciativa beneficiará a 3.810 personas, 30% excombatientes de las FARC y 70% miembros de organizaciones locales como Juntas de Acción Comunal, comités, asociaciones, gremios y cooperativas. Mas adelante se implementará en Mesetas, en el Meta, y San Vicente del Caguán, en el Caquetá.Le puede interesar: Los dilemas de la cooperación internacional y el sector humanitario en el posconflicto“Con la dejación de armas, tanto excombatientes como comunidades locales, tendrán alternativas de generación de ingresos a través de la conservación, uso y manejo de los recursos naturales y el desarrollo sostenible”, aseguró el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo.El programa es uno de los primeros resultados palpables luego de la firma de la paz y su importancia radica en que su éxito puede llegar a convertirse en la piedra angular de una visión de Estado con un desarrollo y manejo sostenible de los territorios. “Noruega es un país muy comprometido con la conservación de los bosques y la mitigación del cambio climático, creemos que la paz dependerá de un manejo sostenible de los territorios y de los recursos naturales”, afirmó Hege Fisknes, ministra consejera de la Embajada de Noruega.Le puede interesar: El papel de los veedores ambientales después del Acuerdo de PazPor su parte, Pablo Ruiz Hiebra, director del PNUD en Colombia dijo que “lo interesante de este programa es su enfoque: por un lado, promueve un proceso de reincorporación comunitario y colectivo, lo que implica una activa participación no solo de la población de las FARC en tránsito a la vida civil, sino también de las comunidades de las zonas, especialmente mujeres y jóvenes”.En su primera fase, ‘Ambientes para la Paz’ construirá una visión de desarrollo sostenible con las poblaciones e instituciones participantes. Los principales focos de formación se enmarcarán en temas ambientales para el trabajo y la producción teniendo en cuenta a las nuevas tecnologías de información, la administración y el área financiera. Asimismo se hará hincapié en iniciativas ambientales productivas y de conservación, orientadas al control de la deforestación, la adaptación al cambio climático y a hacer más sostenibles los sistemas productivos actuales.Christian Visnes, director del Consejo Noruego para Refugiados aseguró que “la respuesta de la cooperación internacional se está adaptando para promover la transición hacia una paz duradera; hoy las comunidades locales inician un proceso para gestionar sus propios proyectos, donde además se promoverá la resolución pacífica de los conflictos locales y la cohesión social para crear ambientes seguros y de protección en comunidades que históricamente han sido afectadas por el conflicto. El compromiso del Estado para garantizar estas iniciativas locales será vital”.