“El objetivo de 1,5 °C” está “todavía al alcance”, pero existen “muchos desafíos”, advirtió el director de la AIE, Fatih Birol, durante una reunión internacional sobre clima y energía organizada en Madrid dos meses antes de la COP28.
Dentro de la lista de desafíos que debemos abordar, uno de los que destaca como “el más importante” es la “fragmentación geopolítica del mundo”. Esta cuestión se presenta como un obstáculo significativo en nuestro camino hacia la consecución de nuestros objetivos. Estas observaciones fueron compartidas por Fatih Birol durante su intervención ante un distinguido público compuesto por aproximadamente cuarenta ministros y altos funcionarios de los sectores energético y medioambiental.
La fragmentación geopolítica del mundo se presenta como un complejo y profundo desafío que requiere la atención y el esfuerzo conjunto de la comunidad internacional, ya que impacta directamente en nuestras capacidades para abordar temas cruciales como la transición hacia energías más sostenibles y la mitigación del cambio climático.
Actualmente, las inversiones “en el ámbito tecnológico y de las energías limpias” son “muy fuertes” pero “la falta de cooperación internacional es un problema grave. Hay que encontrar la manera de aislar estas tensiones geopolíticas”, abundó.
“Un problema global requiere una respuesta global”, dijo de su lado la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, pidiendo más “multilateralismo” ante los “retos actuales”.
En los últimos meses, hemos sido testigos de un aumento significativo en las tensiones a nivel internacional, marcado en gran parte por eventos como la invasión rusa en Ucrania y el crecimiento de la rivalidad entre dos superpotencias, Estados Unidos y China.
Estas tensiones geopolíticas han generado una creciente preocupación en la comunidad global, ya que existe el temor de que la cuestión del cambio climático, que es esencial para el futuro de nuestro planeta, pueda quedar relegada a un segundo plano debido a la priorización de agendas políticas y conflictos internacionales.
En medio de este escenario delicado, la Conferencia de las Partes número 28 (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que está programada para llevarse a cabo en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, del 30 de noviembre al 12 de diciembre, se convierte en un evento de vital importancia.
Bajo el paraguas de las Naciones Unidas, esta conferencia tiene el propósito de ser un catalizador para que la comunidad internacional avance de manera efectiva en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles.
Además de su función prospectiva, la COP28 también desempeñará un papel fundamental en la evaluación de los compromisos asumidos por los países en el marco del Acuerdo de París.
Este acuerdo histórico busca limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y si es posible, mantenerlo por debajo de 1,5 °C. Sin embargo, a medida que observamos las tendencias actuales, este objetivo parece cada vez más difícil de alcanzar.
Es importante destacar que durante los meses de julio y agosto, experimentamos quizás los períodos más calurosos jamás registrados en la historia, y lamentablemente, el año 2023 parece encaminarse hacia el récord de ser el más cálido de todos.
Este hecho alarmante es un recordatorio constante de las consecuencias del cambio climático, que se manifiestan a través de eventos climáticos extremos como olas de calor, inundaciones e incendios forestales que afectan a todos los continentes.
Es por ello, que la COP28 se presenta como una oportunidad crítica para abordar los desafíos del cambio climático en un contexto global de tensiones geopolíticas. Se espera que la comunidad internacional se una para tomar medidas concretas y cumplir con los compromisos del Acuerdo de París pactado.
La inacción ante esta problemática cobra un precio cada vez más elevado, a medida que somos testigos de la proliferación de eventos climáticos extremos y el constante ascenso de las temperaturas globales, lo que subraya la urgencia de la situación y la necesidad de tomar medidas decisivas en Dubái.
*Con información de AFP