De las más de 300 especies de colibríes registradas en el mundo, 165 habitan los ecosistemas del territorio nacional, número que lo convierte en el país con la mayor riqueza de especies de esta familia en todo el planeta. Uno de los más emblemáticos para la población raizal de Providencia es el colibrí mango pechiverde (Anthracothorax prevostii). Solía aparecer con frecuencia tanto en las zonas de borde de bosque más conservados, como en las áreas urbanas con relictos de vegetación, es decir, en casas con jardines o donde las flores abundaban. Le sugerimos: Huracán Iota afectó el 90% del bosque seco tropical de Providencia No obstante, luego del paso arrollador del huracán Iota por Providencia, con vientos superiores a los 200 kilómetros por hora, este colibrí fue, al parecer, una de las especies más afectadas, pues desde entonces no se le ha vuelto a ver constantemente. “Antes del huracán, este colibrí era frecuentemente observado en zonas de jardines y casas, y en las localidades asociadas a las áreas arbustivas. Lamentablemente, en la expedición solo logramos registrar un individuo”, informó Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt, entidad que hizo arte de la expedición Cangrejo Negro, en la que cerca de 30 investigadores del Sistema Nacional Ambiental recorrieron la isla para hacer el diagnóstico sobre el estado de la biodiversidad.
Durante los siete días de la expedición Cangrejo Negro, los investigadores recorrieron la isla para hacer el diagnóstico sobre el estado de las aves. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt). Desde es institución informaron que tras los siete días que duró la expedición, el colibrí mango pechiverde brilló por su ausencia. Ante este panorama, García aseguró sentirse bastante preocupado por la falta de registros de este colibrí en Providencia. “Con nuestro ornitólogo David Ocampo recorrimos todas las localidades donde las comunidades lo habían observado con frecuencia antes del huracán”, manifestó. Le recomendamos: Corales, manglares y pastos marinos, las otras víctimas del huracán Iota Ocampo, quien lideró los recorridos en Providencia para avistar las aves, también indagó con varios pobladores de la isla sobre la presencia de este colibrí. “Mediante una observación solo pudimos avistar un individuo, y la comunidad nos informó haber observado no más de dos individuos en los pasados días. Esto nos sugiere que el tamaño poblacional ahora podría ser bastante bajo, producto del paso del huracán", expresó.
Varios ecosistemas de Providencia quedaron seriamente afectados por el paso del huracán Iota. Foto: Ruby Marcela Pérez (Instituto Humboldt). Sin embargo, el director del director del Instituto Humboldt sostuvo que se debía hacer una evaluación más a fondo sobre el estado de la población de esta especie, así como definir las medidas de manejo para mejorar la condición y salud del hábitat para volver a recuperarlo. Opinión que comparte Ocampo, quien tiene proyectado estudiar con más detalle el estado de la población de esta especie de colibrí en Providencia. “Esto nos permitirá plantear estrategias que ayuden a esta ave, y a otras, a ir recuperando sus tamaños poblacionales, lo que, además, contribuiría a la recuperación de la diversidad funcional dentro del ecosistema”, explicó. Le puede interesar: ¿Tragedia en Providencia por el paso del huracán Iota pudo haberse evitado? El colibrí mango pechiverde cuenta con tamaños que oscilan entre los 10 y 12 centímetros. Su plumaje es de color verde brillante, con tonos negros en pecho, blancos en los muslos y vinotintos en las alas. Cuenta con una amplia distribución principalmente en zonas costeras en el continente americano, como en los bosques, sabanas, pastizales y manglares de varias islas del Caribe, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, México, Perú y Venezuela.