Los bosques, selvas, humedales, sabanas, ríos y océanos son visitados por ciertos ciudadanos con el único propósito de capturar a la fauna silvestre. Los animales son transportados por todo el país hasta llegar a las principales urbes, donde los venden en sitios como plazas de mercado o por medio de las redes sociales. La mayoría de aves, mamíferos, anfibios y reptiles pasa a habitar en las viviendas, donde los animales pierden sus instintos y se convierten en mascotas. Los más llamativos, como tortugas mata mata, cecilias y felinos, son comercializados a nivel internacional, donde pagan altos precios para exhibirlos. Le puede interesar: Casi la mitad de los ecosistemas en Colombia está en riesgo: Instituto Humboldt En 2019, las autoridades incautaron más de 18.409 animales silvestres en diversos operativos y controles en departamentos como Amazonas, Bolívar, Cesar, Córdoba, Magdalena y Putumayo. Este año, según la Asociación de Corporaciones Autónomas Regionales (Asocars), cerca de 12.000 animales han sido atendidos por las corporaciones autónomas, alcaldías o la Policía Ambiental.

Muchos animales no pueden regresar a su hábitat natural y quedan condenados a vivir en cautiverio. Foto: Área Metropolitana. El tráfico de fauna silvestre, catalogado como el tercer negocio ilegal más rentable en el mundo, después de la droga y armas, tiene en peligro a la biodiversidad colombiana. Por esta razón, las autoridades tratan de frenarlo y sensibilizar a la ciudadanía para que no haga parte de esta macabra cadena. Le puede interesar: Casi 12.000 animales silvestres encontraron una segunda oportunidad en 2020 En Yondó, municipio del departamento de Antioquia, recuperaron 24 animales silvestres que permanecían en cautiverio en varias viviendas de las zonas urbanas y rurales: 22 aves, un mono cariblanco y una tortuga morrocoy, recibían trato de mascotas. Los animales silvestres son atendidos por el equipo de fauna del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Corantioquia y Precoodes en el hogar de paso que tiene la corporación autónoma en el municipio de San Jerónimo. 

Los captores le cortan las plumas de las alas a las aves para que no puedan escapar. Foto: Área Metropolitana. “Entre las aves que fueron rescatadas están siete canarios silvestres, nueve semilleros del género Sporophila, un sinsonte, dos pericos reales, una lora barbiamarilla, una lora frentiamarilla y una lora cabeciazul”, dijo el Área Metropolitana. Veterinarios, biólogos, zootecnistas y cuidadores adelantan un proceso de rehabilitación con estos animales, que incluye la atención en salud, evaluación del comportamiento y modificación de las dietas alimenticias. El objetivo es poderlos liberar en su hábitat natural, para lo cual es necesario que aprendan nuevamente las conductas necesarias para sobrevivir. 

El encierro causa secuelas irrecuperables para muchos animales silvestres. Foto: Área Metropolitana. “Cuando los animales tienen un alto grado de afectación en sus conductas y amansamiento por los humanos, es imposible su rehabilitación. En estos casos, el equipo de fauna busca lugares con colecciones vivas y licencia de las autoridades ambientales, donde la fauna tiene la oportunidad de interactuar con individuos semejantes, monitoreo y atención especializada permanentes para garantizar su buen estado de salud”, anotó el Área Metropolitana. Le puede interesar: Los llaneros que no cambiaron el medioambiente ni por bolsas de dinero Las autoridades ambientales reiteran que la fauna silvestre debe permanecer en libertad. “El tráfico y tenencia ilegal implican maltrato y son perjudiciales para los animales y los ecosistemas, conductas que están constituidas como delitos ambientales. El llamado es a tomar conciencia y denunciar a los traficantes y personas que los tienen en cautiverio, denuncias que pueden ser anónimas”.

Los animales silvestres deben permanecer en su hábitat natural. Foto: Área Metropolitana.