Sobre las aguas del río Caquetá se observa circular una espesa nata negra. Es una mancha de petróleo que se extiende por un tramo largo del cauce. En un video de solo 13 segundos es posible percatarse de la magnitud de la emergencia. En el material audiovisual publicado a través de las redes de la Coordinadora Departamental de Organizaciones Sociales, Ambientales y Campesinas del Caquetá (Coordosac), una mujer señala: "Que lastima. Como que día no creían. El de la compañía nos dijo que no", refiriéndose a la denuncia que venía efectuando la comunidad desde hacía varios días y que hasta ayer no había sido atendida. Le sugerimos: Voladuras, una dura arma de guerra El video fue grabado en el corregimiento de Yapurá en el municipio de Curillo, Caquetá. Frente a esta emergencia ambiental, Coordosac hizo un urgente llamado a las autoridades para que atiendan cuanto antes esta situación. "Desde hace meses las comunidades se han opuesto a estas nefastas actividades y han sido señaladas, perseguidas y estigmatizadas por defender la Amazonia y buscar la construccion de paz", señaló la organización a través de Twitter. La Coordinadora Departamental advirtió sobre los efectos nocivos para las fuentes hídricas, la fauna, la flora y la comunidad de ese territorio que este hecho puede acarrear debido a la contaminación generada por el crudo.
Sobre este suceso también se pronunció el docente universitario y abogado Marlon Monsalve, quien sostuvo que pronto interpondría acciones judiciales para la protección jurídica y defensa de los ríos de ese departamento, pero en especial del río Caquetá. ¿Qué pasó realmente? Sobre el particular, desde la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia (Corpoamazonia) señalaron que la emergencia ambiental se generó por la perforación de una línea de conducción de petróleo, en la zona baja del Putumayo. Mario Ángel Barón, el director territorial de Corpoamazonia, indicó que en la madrugada de este lunes se conoció sobre el origen del derrame. Según el funcionario éste se produjo en una tubería de la petrolera Gran Tierra en el municipio de Puerto Guzmán. "El crudo cayó a un brazo del río Mocoa y luego al río Caquetá, por lo que de inmediato se aplicó un plan de contingencia por parte de la petrolera y Corpoamazonia”, aseguró el funcionario. Le recomendamos: Derrame de petróleo genera tragedia ambiental y social en Tibú Barón afirmó que luego de percatarse de lo ocurrido se procedió a declarar la emergencia para que no se continuara con la captación de agua para los acueductos de los municipios de Curillo, Solita y Solano. "Se hizo monitoreo desde donde ocurrió el derrame hasta el sitio conocido como La Tagua y, al parecer, la mancha está sustancialmente diluida, pero no deja de ser una situación grave porque se ha vuelto reiterativa”, apuntó Barón. Las autoridades trabajan, además, en una estrategia para poder brindar mayor seguridad en la zona, ya que todo parece indicar que estos daños son causados por personas que buscan extraer de manera ilegal el petróleo, a partir de la perforación de las tuberías. Los impactos ambientales Los derrames de crudo producen en la vegetación una reducción en los procesos de transpiración, respiración, fotosíntesis y reproducción, al igual que graves impactos a los animales. A las aves que son alcanzadas por el hidrocarburo, por ejemplo, se les pega el crudo en las alas y no pueden volar. Esto conlleva a que no puedan conseguir alimento ni abrigo, por lo que sus vidas se ponen en riesgo. De otro lado, a los mamíferos, el petróleo se les pega en la piel y puede llegar a su sistema circulatorio, a través de las mucosas, lo que les genera daños irreversibles. Sin embargo, estas afecciones también las pueden adquirir al ingerir alimento contaminado. A los peces, el crudo les cubre la piel y las branquias, razón por la cual pueden morir por asfixia. De igual forma, en el agua el petróleo obstaculiza el paso de la luz solar necesaria para las cadenas de la fotosíntesis por parte del fitoplancton, y reduce la calidad físico-química del afluente al disminuir su nivel de oxígeno. Este último factor representa un riesgo para algunas especies presentes en el cuerpo de agua.