Científicos descubrieron una nueva especie marina en lo más profundo del océano y eligieron su nombre en "homenaje" al plástico que se ha encontrado en su organismo. Así que lo llamaron Eurythenes plasticus, como una forma de llamar la atención sobre el impacto de la contaminación por plástico que afecta a miles de especies marinas, incluso aquellas que viven siete kilómetros bajo el nivel del mar, como en el caso de esta. La especie en cuestión es un anfípodo parecido a un camarón de aproximadamente cinco centímetros de largo que fue capturado en la fosa de las Marianas, entre Japón y Filipinas, uno de los lugares más profundos del océano Pacífico. El hallazgo fue posible gracias al trabajo de un equipo de investigadores de la Universidad de Newcastle (Reino Unido). Según la investigación, apoyada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y publicada en la revista científica Zootaxa, el anfípodo estaba contaminado con partículas de plástico tipo PET (polietileno tereftalato), utilizado comúnmente en botellas de agua, ropa y artículos domésticos. Debe leer: Cada semana los humanos ingieren el plástico equivalente a una tarjeta de crédito "La especie recién descubierta nos muestra las consecuencias de nuestro manejo inadecuado de los residuos plásticos. Hay especies que aún no conocemos, que habitan en los lugares más profundos y remotos del planeta y ya están contaminadas con este material", dijo Heike Vesper, directora del Programa Marino de WWF Alemania. "Los plásticos están en el aire que respiramos, en el agua que bebemos y ahora también en los animales que viven lejos de la civilización humana", agregó. WWF subraya que cada minuto, el equivalente a un camión lleno de residuos plásticos, es arrojado a los océanos.
El eurythenes plasticus mide aproximadamente cinco centímetros de largo. Foto: WWF vía BBC. 8 millones de toneladas de plástico en los océanos El jefe de la investigación, Alan Jamieson, explicó que, con ese nombre, su equipo busca "resaltar el hecho de que hay que tomar medidas inmediatas para detener la contaminación masiva con plásticos en los océanos". "Lamentablemente es una de las cosas más llamativas que encontramos en la nueva especie y creo que tenemos que anotarlo en el registro taxonómico", agregó. El científico lamentó el hecho de que se encuentre una nueva especie en un hábitat inexplorado "y que ya está contaminada con plástico". Para sensibilizar a las personas sobre esta problemática y contarles qué pueden hacer, WWF lanzó la campaña "Tu dieta plástica" y una petición -que ya ha sido firmada por más de un millón y medio de personas- dirigida a los gobiernos de todo el mundo para pedir un acuerdo legalmente vinculante que frene la contaminación por plástico. Le sugerimos: El paraíso turístico en el que hay 7 veces más plástico que peces El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente alerta que cada año más de ocho millones de toneladas de plástico terminan en los océanos. Igualmente, advierte que la contaminación por plástico está presente en todas partes, desde las playas de Bali hasta en el Polo Norte, y se espera que para 2050 haya más plásticos que peces en los océanos.
Según la ONU, cada año más de 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos. Foto: GETTY IMAGES vía BBC. "Un desastre global" Katinka Day, gerente de políticas del proyecto "Sin plástico en la naturaleza" del brazo australiano de WWF, dijo que el hecho de que los plásticos estén dentro de animales que viven en uno de los lugares más remotos de la Tierra es un "desastre global". Day hizo un llamado a las naciones de todo el mundo a que tomen medidas colectivas "tanto a escala nacional como internacional". Les recomendamos: Contaminación por plástico: la ciudad asolada por 17.000 toneladas de basura que llega de todo el mundo No es la primera vez que los científicos hacen este tipo de descubrimientos a tales profundidades. En febrero de 2019, un estudio publicado en la revista Royal Society Open Science anunció el hallazgo de microplásticos en las entrañas de 65 especies de minicrustáceos que viven a 11 kilómetros de profundidad, una prueba más de que ningún animal ni ecosistema marino se salva de la contaminación.