Aunque parezca increíble, en varias regiones del país la caza deportiva continúa desarrollándose. Factores culturales, sociales y económicos influyen en su práctica. De acuerdo con la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), aves como torcaza, tórtola, paloma collajera, perdiz y el pisingo son las especies que resultan más afectadas en su jurisdicción, aunque en épocas de migración también se ven damnificadas las águilas cuaresmeras, la ardilla de cola roja y el conejo. Le sugerimos: Buscan prohibir la caza deportiva en Colombia Por eso para esa corporación la entrada en vigor de la norma que prohíbe la caza deportiva en Colombia marca un importante precedente frente a la protección de la fauna silvestre. "Desde ahora, la caza deportiva en cualquiera de sus modalidades será ilegal en nuestro país, y quien intente hacerlo, tendrá que responder penalmente", resaltó la CAR. En febrero de 2019 la Corte Constitucional profirió la sentencia C-045 en la que prohibió esta práctica en todo el país, debido al daño y maltrato al que eran sometidas las especies.
“La caza deportiva no es expresión de la libertad religiosa, no tiene como objetivo la alimentación, ni la experimentación médica o científica; tampoco el control de las especies; ni se trata de una manifestación cultural arraigada”, indicó el alto tribunal, para el que el sacrificio de la vida de un ser vivo por el hombre es una forma extrema de maltrato en cuanto elimina su existencia misma y es un acto de aniquilamiento. "Cuando es injustificada, la muerte de un animal es un acto de crueldad pues supone entender que el animal es exclusivamente un recurso disponible para el ser humano. La caza deportiva es un acto dañino en cuanto está dirigida a la captura de animales silvestres, ya sea dándoles muerte, mutilándolos o atrapándolos vivos”, señala la sentencia.
La caza deportiva fue calificada por la Corte Constitucional como un acto de cueldad contra los animales. Foto: Getty Images. La Corte había establecido un plazo de un año para que quienes resultaran afectados pudieran adecuarse a la nueva situación. El plazo terminó, por lo que a partir del pasado 21 de agosto quedó vigente la sentencia y, en conseuencia, se procederá a sancionar penalmente la caza de animales silvestres, salvajes y sus excepciones. Según AnimaNaturalis, organización que apoyó la demanda presentada por la abogada Laura Santacoloma Méndez, dentro de las especies más afectadas por esta práctica en Colombia se encontraban el jaguar y la danta, el ciervo, el armadillo, el pecarí y los primates, al igual que aves como el paujul, gualilo, pava, torcaza y tórtola, y especies menores como guguas, liebres, picures y conejos. Le puede interesar: ¿Podría ser la caza deportiva una alternativa económica y de conservación de especies? Desde la Corporación Autónoma Regional de Boyacá (Corpoboyacá) se ofició a los alcaldes de los 87 municipios de la jurisdicción para que socialicen y hagan control al cumplimiento de esta medida. “Es importante que se efectúe la divulgación de la decisión por medio de campañas de tipo educativo, para lo cual los alcaldes podrán contar con el apoyo de la Oficina de Participación y Cultura Ambiental de Corpoboyacá”, señaló Herman Amaya, director de Corpoboyacá. El funcionario celebró el establecimiento de esta nueva normatividad, pues considera que favorecerá la conservación de la biodiversidad en los territorios. Le recomendamos: Fulminante fallo acaba con la caza deportiva en Colombia “La caza deportiva, en cualquiera de sus modalidades, será ilegal en todo el territorio nacional, bajo el entendido que la muerte de un animal es un acto de crueldad, pues supone entender que el animal es exclusivamente un recurso disponible para el ser humano”, explicó Amaya. De esta manera, el país sigue avanzando en materia legal en pro de la protección animal.