Cerca del 75 por ciento del plástico generado por la emergencia sanitaria, representado en mascarillas, guantes y botellas de desinfectante para manos se convertirá en desechos que terminarán en los vertederos y mares, con un grave costo para el medio ambiente y la economía. Así lo advirtió la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), que si bien reconoció que las medidas de confinamiento han generado una reducción de 5 por ciento en las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento de los materiales de plástico que ya se registran en las calles, las playas y los océanos genera un impacto negativo en la naturaleza. "La contaminación por plásticos ya era una de las más grandes amenazas a nuestro planeta antes del coronavirus. El rápido aumento en el uso de ciertos productos que ayudan a proteger a las personas y a detener la propagación del virus está empeorando las cosas", manifestó Pamela Coke-Hamilton, directora de comercio internacional de la UNCTAD. Le recomendamos: Uso del plástico: el choque entre la salud y ambiente Se pronostica, por ejemplo, que las ventas globales de mascarillas desechables pasen de 800 millones de dólares en 2019 a 166.000 millones de dólares en el presente año, tomando en cuenta estimaciones de la empresa de consultoría Grand View Research. Sin embargo, la problemática no para ahí y la preocupación de la la agencia de la Organización de Naciones Unidas, va más allá. El distanciamiento social también ha motivado el incremento de las compras por internet y los domicilios lo que ocasiona que el volumen de desechos plásticos sea enorme. Refiere el caso de Singapur, que durante el confinamiento de ocho semanas registró 1.470 toneladas adicionales de envases de plástico de comida pedida a domicilio, de acuerdo con una encuesta citada por el periódico Los Angeles Times.
La contaminación por desechos plásticos en los océanos ha ido en aumento. Foto: Greenpeace Colombia Falta de políticas internacionales Para la ONU, la problemática del plástico es mucho más compleja y va más allá que los efectos generados por la pandemia, pues se trata de un componente que está presente en millones de productos que se importan y exportan. Lo preocupante, es que de acuerdo con el organismo multilateral no existe una política internacional coordinada que permita hacer frente y tener un buen manejo de estos materiales, según informó ONU Noticias. "La producción y el consumo de plástico son parte de un sistema global que tiene muchas dimensiones comerciales. Sin embargo, el papel importante que las políticas comerciales mundiales podrían tener en la lucha contra la contaminación por plásticos no ha tenido la atención que se merece", dijo Coke-Hamilton. Le sugerimos: 433 millones de bolsas plásticas fueron utilizadas en Colombia en 2019 A su juicio, la forma en que los países han usado las políticas comerciales para combatir la contaminación por plásticos ha sido descoordinada, lo cual ha limitado la efectivad de los esfuerzos. Coke-Hamilton recalcó que las 164 economías que hacen parte de la Organización tienen la capacidad de redactar normas comerciales multilaterales que podrían abordar de forma más eficiente los problemas fundamentales relacionados con la producción y el consumo mundial de plásticos. Por esta razón, instó a los gobiernos y a las empresas a identificar sustitutos del plástico que no sean producidos a partir de combustibles fósiles. La lista de materiales no tóxicos, biodegradables o fácilmente reciclables que podrían sustituir el plástico incluye vidrio, cerámica, fibras naturales, papel, cartón, cáscara de arroz, caucho natural y proteínas animales. Si los gobiernos adoptaran este tipo de políticas, muchos países podrían verse beneficiados. Por ejemplo, las naciones en desarrollo son proveedoras importantes de muchos de estos materiales, por lo que una mayor demanda mundial podría ofrecerles nuevas oportunidades comerciales y de inversión en sectores más ecológicos.
Miles de especies terminan afectadas por los desechos que terminan depositados en las playas. Foto: Greenpeace Colombia Los países en desarrollo son muy activos en la economía mundial del plástico. Su participación en la producción global aumentó de 43,5 por ciento en 2009 a 58 por ciento en 2018. Además, estas naciones albergan dos de cada tres empleos en las industrias de fabricación de plásticos. "Puesto que muchos materiales que podrían sustituir el plástico requieren una mano de obra importante, los cambios en los patrones de producción y consumo podrían crear nuevos empleos", concluyó la experta.