Convertir la fauna silvestre en mascotas, además de ser un delito, es un atentado contra el equilibrio de los ecosistemas, ya que cada especie, por pequeña que sea, cumple una función única. En eso han hecho énfasis las autoridades ambientales durante todo el año; sin embargo, pese al reiterado llamado a no contribuir con su compra o tenencia al tráfico ilegal de animales, este es un flagelo que pareciera nunca acabar. Una muestra de la falta de consciencia en torno a este tema encontraron recientemente los funcionarios de la Corporación Autónoma Regional de Boyacá (Corpoboyacá) durante un operativo adelantado, junto Policía Ambiental y Ecológica, en una casa ubicada en el sector rural del municipio de Sáchica (Boyacá). Le sugerimos: ¿El venado de cola blanca está en peligro de extinción? Las autoridades se vieron sorprendidas al encontrar en el patio de la residencia, cuatro ejemplares vivos de fauna silvestre en regular estado de salud y un alto grado de improntación y amansamiento. Se trataba de un venado cola blanca (Odocoileus virginianius), un celote (Leopardus pardalis) y dos guacamayas (Ara ararauna). Tras realizarles una revisión rápida, los animales fueron decomisados y trasladados al hogar de paso de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos, institución con la que la corporación tiene convenio, para efectuarles allí una valoración médico-veterinaria y biológica minuciosa, además de brindarles seguridad y custodia transitoria.
Las dos guacamayas decomisadas registraban un alto grado de domesticación. Foto: Corpoboyacá. Germán Aponte, médico - veterinario y zootecnista, resaltó que el transporte y tenencia de fauna silvestre requiere de permisos especiales, los cuales son otorgados por la autoridad ambiental. "De lo contrario, se constituirá como un delito e infracción ambiental”, explicó. Le recomendamos: Rescatan en Tolima a un ocelote bebé que confundieron con un gato Se refiere a que el Código Penal establece penas de entre 32 y 90 meses de cárcel, así como multas de hasta 15.000 salarios mínimos a quienes incurran en el delito de tráfico ilegal de animales silvestres.
Los ocelotes tienen una longitud promedio de cabeza y cuerpo de 70 a 90 entímetros y un peso de 11 kilogramos, aproximadamente. Foto: Corpoboyacá. Entre tanto, desde la corporación hicieron un llamado a la comunidad para que comprenda la importancia de que la fauna silvestre debe estar en su hábitat natural, debido a los múltiples servicios ecosistémicos que brinda. De igual forma, instaron a la ciudadanía a denunciar el tráfico y tenencia ilegal de animales silvestres en la línea amiga de la fauna: 3124336800