El mar la llamaba. Al sentir la arena, comenzó a mover rápidamente sus aletas hacia la línea imaginaria que divide la playa con el océano. Al llegar allí, justo a ese punto, se detuvo. Miró al frente, luego a los lados y agachó la cabeza. La fuerza de las olas golpearon su pico y en ese instante la tortuga verde (Chelonia mydas) supo que era libre. Entonces comenzó a nadar hasta perderse en la inmensidad.
Este fue una de los cinco ejemplares adultos de esta especie que regresaron a su hábitat naural tras haber sido rescatadas y recuperadas por el equipo de expertos del Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina (CAVR), que funciona a partir de la alianza entre la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) y el Acuario Rodadero. Le sugerimos: EN VIDEO: Encuentran una rara tortuga amarilla en India A este grupo se sumaron 100 tortuguitas caguama (Caretta caretta) y una tortuga carey (Eretmochelys imbricata) adulta, que luego de cumplir con el proceso de levante y rehabilitación, regresaron al mar en la playa Inca Inca de Santa Marta. "Varias de estas totugas fueron entregadas por un pescador el año pasado y otras rescatadas de redes de pesca. Fueron liberadas tras haber alcanzado la talla y el peso para ser introducidas al mar", indicaron desde el Acuario.
Seis tortugas adultas, de las especies carey y verde, fueron liberadas. Foto: Acuario Rodadero. La liberación contó con el apoyo de la Armada Nacional, a través de la Capitanía de Puerto y la Estación de Guardacostas en Santa Marta, la Alcaldía de Santa Marta, la Secretaría de Cultura y Turismo, y la Policía Nacional. El resultado de las acciones de manejo y conservación de estas entidades contribuyen a la protección y reintroducción de especies que actualmente se encuentran en un estado de conservación Vulnerable (VU) y en peligro (EN) de acuerdo con la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza-UICN. Le recomendamos: Del cautiverio al bosque: enorme tortuga fue rescatada en Armenia Las tortugas fueron devueltas al mar portando una distintiva marca numerada en sus aletas para su reconocimiento durante el proceso de monitoreo, lo que permite que, si la tortuga es capturada en las redes de pesca, los pescadores puedan reportarlas y entregar a disposición de la autoridad ambiental.
La liberación contó con el apoyo de varias entidades y autoridades de la región. Foto: Corpamag. Desde el 2016, Corpamag y el Acuario Rodadero han puesto en marcha acciones para la conservación de las especies de tortuga que habitan las aguas oceánicas y playas del departamento del Magdalena. Estas acciones incluyen el funcionamiento del Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina, donde se emplean dos estrategias para salvaguardarlas: el rescate in situ de individuos adultos que usualmente quedan enredadas en redes de pesca o llegan heridas, y la recuperación de las nidadas, posterior al rescate y búsqueda de nidos en las playas que se incuban en condiciones controladas en las instalaciones del CAVR. Le puede interesar: EN IMÁGENES: Datos curiosos que no sabía sobre las tortugas En dicho centro se han rescatado y atendido más de 90 tortugas adultas, que quedan, en la mayoría de los casos, atrapadas en artes de pesca. Otras han sido encontradas con enfermedades como fibropapiloma, que invade su cuerpo y les causan una muerte lenta. Por fortuna, gracias a la atención veterinaria especializada, tratamiento y cuidado oportuno, todas han podido regresar de nuevo al mar. Para esa Corporación es fundamental la alianza y articulación interinstitucional para continuar protegiendo las tortugas marinas que no conocen de barreras geográficas y que siempre regresarán a colocar sus huevos en las playas magdalenenses donde nacieron: un privilegio para los habitantes de ese departamento y para Colombia.
Las tortugas fueron rehabilitadas en el Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina. Foto: Acuario Rodadero. Las amenazas Las tortugas marinas son reptiles longevos de crecimiento lento. Las hembras pueden comenzar a poner huevos a la edad de 20 años y demoran 90 días en nacer. Estos huevos, ricos en nutrientes, son buscados por los cazadores para venderlos en el mercado ilegal de especies silvestres a compradores que buscan en estos propiedades afrodisiacas. No obstante, estos huevos ricos en colesterol y no proporcionan ningún bienestar a la salud humana.
La cacería es la principal amenaza a la que se enfrentan las tortugas en Colombia. Foto: Corpamag. Por oto lado, las tortugas pequeñas y los huevos tienen muchos depredadores naturales, al punto que se calcula que la tasa de supervivencia es de un individuo por cada 1.000 que mueren. Del bajo número que sobreviven se sabe que las hembras siempre regresan a las playas donde nacieron a poner sus huevos, por tal motivo cuando una nidada entera es sustraída para su venta, se compromete el potencial reproductivo de la especie y se causa un daño ambiental severo, ya que las tortugas de mar son consideradas como las protectoras de los arrecifes de coral y controladoras naturales de las agua malas y fragatas portuguesas que pueden afectar a los bañistas. Entre tanto, la tortuga carey y la verde son altamente afectadas por su captura para el consumo de su carne, uso de su caparazón y robo de nidadas en todas las playas del departamento del Magdalena. Las construcciones en zonas costeras son otra de sus amenazas.