India vive la peor invasión de langostas en tres décadas. Se estima que desde su llegada en abril al estado de Rasjastán (oeste), procedentes de Pakistán, han destruido cerca de 50.000 hectáreas de cultivos.   "De ocho a diez enjambres, que miden cada uno en torno a un kilómetro cuadrado, están activos en bolsones en Rajastán y Madhya Pradesh", declaró K.L. Gurjar, director adjunto de la Locust Warning Organisation (LWO), un departamento del ministerio indio de Agricultura que se ocupa de las langostas. Le sugerimos: Langostas y covid-19: la doble crisis de África y Asia Otras nubes de estos insectos, más pequeñas, también están activas en los Estados de Maharastra, Gujarat, Punjab y Uttar Pradesh y amenazan numerosos cultivos, agravando la situación de los agricultores ya fragilizados por el confinamiento decretado para luchar contra la pandemia de la covid-19. Un gran enjambre se abatió el martes en los barrios residenciales de Jaipur, la capital de Rajastán, obligando a los sorprendidos habitantes a hacer ruido para impedir que los insectos se acerquen a los árboles y a las viviendas.

Un enjambre de un kilómetro cuadrado contiene en torno a 40 millones de langostas. Foto: FAO Estos grillos peregrinos destruyen casi cada año cultivos en Rajastán cerca de la frontera paquistaní, pero es poco habitual que lleguen al interior del Estado, según la LWO. India no conocía este tipo de plaga desde 1993. Originaria de África oriental, esta invasión se ha visto favorecida por las inusuales lluvias caídas en el periodo de marzo a mayo. Le sugerimos: Langostas amenazan con matar de hambre a 12 millones de personas "Este año, las langostas se reproducen 400 veces más de lo normal debido a las condiciones climáticas favorables creadas por las lluvias inusuales y a una actividad ciclónica creciente", explicó Devinder Sharma, analista especializado en agricultura.

"Las langostas peregrinas destruyen más que la sequía, no solo cultivos. Los árboles también se quiebran por el peso del enjambre", asegura. Un enjambre de un kilómetro cuadrado contiene en torno a 40 millones de langostas, que consumen en un día tanto alimento como 35.000 personas. Las autoridades indias recurren a drones, tractores y autos para perseguir los enjambres y rociarlos con insecticidas. Una amenaza latente El Programa Mundial de Alimentos de la ONU, describe esta epidemia como la plaga migratoria más peligrosa del mundo. El repunte actual, que comenzó en 2019, es el peor de los últimos 25 años en Etiopía y Somalia, y el peor de los últimos 70 años en Kenya. La producción de las cosechas de junio en algunas partes de Kenya, Etiopía y Somalia peligra ante las nuevas oleadas de enjambres de langostas del desierto, una situación que amenaza la alimentación de los pequeños agricultores y sus familias. La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ya advirtió el pasado mes de febrero que los enjambres de langostas se estaban extendiendo a una amplia zona que en la actualidad comprende a Eritrea, Etiopía, Kenya, Somalia, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda. De acuerdo con la FAO más de 13 millones de personas en el este de África sufren una carestía de alimentos, y no todas se encuentran en la ruta de los enjambres. Se estima que podrían verse afectadas unos 9,7 millones de personas en Kenya, Etiopía y Somalia y 3,2 millones en Uganda y Sudán del Sur. El Banco Mundial anunció un aporte de 500 millones de dólares para combatir la plaga que ya ha infestado 23 países de África oriental, Oriente Medio y Asia meridional, poniendo en peligro la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de millones de personas.