Cincuenta y un partidos en 12 países, lo que se traduce en miles de kilómetros de avión: La Eurocopa 2020 de fútbol y su formato inédito provocará una explosión en las emisiones de carbono del torneo, a pesar de las promesas de responsabilidad ecológica por parte de la organización. El formato, tan innovador como contaminante, provoca mucha controversia por las distancias a recorrer. Por ejemplo, un aficionado polaco que quiera ver todos los partidos de grupo de su seleccion en junio deberá recorrer al menos 6.000 kilómetros en diez días; de Polonia a Bilbao (España) pasando por Dublín (Irlanda). A continuación, un potencial octavos de final en Budapest (Hungría) y un cuartos en Bakú (Azerbaiyán), a 4.000 kilómetros de Londres, donde se disputarán las semifinales y la final. Cuatro años antes, en la Eurocopa de Francia 2016, en la mayor parte de los casos el medio de transporte fue el tren, para unir las diez ciudades que organizaron la competición. "Esto es un contrasentido medioambiental total", señala a la AFP Karima Delli, eurodiputada ecologista, presidenta de la comisión de transportes del Parlamento Europeo. Le recomendamos: Así era la Tierra cuando había tanto CO2 como ahora en la atmósfera "Se dice que queremos mostrar la unidad de Europa con esta novedad, pero se olvida que hay una urgencia climática", añade. La UEFA, organizadora de la competición (12 junio - 12 julio), responde prometiendo que la Eurocopa-2020 será "el torneo más respetuoso con el medio ambiente" de su historia. La UEFA se defiende La confederación europea ofrece sus argumentos. El primero, las grandes naciones del fútbol (España, Inglaterra, Holanda, Italia y Alemania), cuyos aficionados se desplazan "por decenas de miles", jugarán sus tres partidos de grupo en casa "lo que reduce significativamente los desplazamientos", señaló la UEFA a la AFP. Además, "muy pocas infraestructuras han sido construidas", evitando según la UEFA "un inmenso coste medioambiental". El único recinto levantado de los 12 en los que se disputará el torneo es el de Budapest. Para Andrew Welfle, investigador del Tyndall Centre for Climate Change Research de la Universidad de Manchester, la construcción es, en efecto, "el primer sector contaminante" en una gran competición. La Eurocopa 2020 tendrá además "una diferencia gigantesca" en término de emisión de gases con respecto a otros torneos, como el Mundial de Catar 2022, donde todos los estadios han sido construidos o modernizados para la ocasión. En cuanto a las emisiones por el traslado de aficionados, "es lo más difícil de calcular, las estimaciones se basarán en muchas hipótesis, suposiciones... que serán más o menos realistas", añade el investigador, prudente a la hora de establecer comparaciones con ediciones pasadas. La UEFA sí entra al juego de la estimación. Según su hipótesis, 425.000 toneladas de CO2 serán emitidas por los aficionados y los equipos en sus desplazamientos durante toda la competición. Este total se elevó a 517.000 para la Eurocopa 2016 y a 1.5 millones en el Mundial de Rusia 2018, organizado en once ciudades de un gigante como Rusia -con 32 países de todo el mundo, en lugar de 24 europeos-, según los informes posteriores a las competiciones. Compensación y medidas Para acompañar sus promesas, la UEFA se compromete a "compensar" estas 425.000 toneladas de carbono a través de la inversión en proyectos certificados para reducir las emisiones, anunciando además su intención de plantar 50.000 árboles en cada uno de los países anfitriones, para simbolizar la "herencia" medioambiental del torneo. Le sugerimos: Siete millones de personas mueren cada año en el mundo por la contaminación del aire "Plantar árboles no es reducir el problema, al final no modificará la cantidad de emisiones producidas durante el torneo", señala Welfle. La UEFA además ha adoptado medidas, como un "ticket combinado" que supone la gratuidad de los transportes públicos en la ciudad organizadora a los aficionados que cuenten con una entrada para alguno de los partidos. De esta forma se busca reducir el número de coches que se desplacen a los recintos y "promover el transporte público", añade la UEFA. La institución también espera "hacerlo mejor" en términos de reciclaje que en la Eurocopa 2016, cuando se reciclaron el 38% de los residuos producidos en los estadios. Contaminar mucho De manera más global está la cuestión del crecimiento del número de equipos en las grandes competiciones deportivas; la Eurocopa ha pasado de 16 a 24 selecciones y la FIFA quiere contar con 48 en la Copa del Mundo. "Hay diferentes maneras de organizar estas competiciones ¿Por qué no basar la elección del país anfitrión en el transporte? Reducir el número de partidos dejaría más tiempo a los espectadores para acudir", dice Welfle. El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, reconoció en septiembre que el mundo del fútbol "no hace mucho por el medioambiente" y que la Eurocopa 2020 va a "contaminar mucho". La competición en 12 países, creada para conmemorar los 60 años de la Eurocopa, no tendrá continuidad. En 2024 tomará el testigo como anfitrión Alemania ¿Con una primera edición verdaderamente ecorresponsable?