Solo 73 ballenas orcas sobrevivían en el mundo hasta finales del año pasado. La presión humana las ha llevado al borde de la extinción.  Por esa razón, la noticia sobre el embarazo de varios de estos cetáceos, residentes del sur en el noroeste del Pacífico, se convierte en una luz de esperanza. Las fotos publicadas por investigadores de Southall Environmental Associates (SEA) y SR3, dos grupos ambientalistas centrados en la vida marina, corroboraron la información.  Le sugerimos: Encuentran orcas que podrían pertenecer a una nueva especie marina El extraordinario suceso ha cobrado aún más relevancia debido a que en elgrupo de próximas madres se encuentra Tahlequah, una orca de 22 años, formalmente conocida como J35, que se hizo popular porque en 2018 perdió a su ballenato y durante 17 días estuvo empujando con la cabeza a su cría muerta. De hecho, nadó junto a su hijo por más de 1.600 kilómetros. Su triste historia conmovió al mundo entero y su comportamiento desconcertó a muchos científicos, que vieron en esta conducta una señal de duelo.  Ahora, Tahlequah, vuelve a acaparar todas las miradas, pero esta vez en medio del júbilo. Habrá que esperar un año y medio para ver a su nueva cría, pues ese es el periodo promedio que dura la gestación de las orcas, un tiempo que para muchos expertos es demasiado prolongado, lo que dificulta aún más el aumento sustancial de la población. Le recomendamos: El enigma de los tiburones que aparecieron sin sus hígados, extraídos con "precisión casi quirúrgica" A esto hay que sumarle que los nacimientos recientes de muchas orcas residentes del sur tampoco han tenido éxito debido a la desnutrición y la falta de alimentos. Y es que esa especie de cetáceos comen exclusivamente salmón chinook, otro pez que también está en peligro y cuyo declive ha propiciado a la hambruna de las ballenas e incidido en la mortandad de varios de sus bebés.   "La mala gestión de la pesca y la destrucción del hábitat están amenazando a los peces", indicó Deborah Giles, bióloga investigadora del Centro de Biología de la Conservación de la Universidad de Washington al sitio web Earther Gizmodo.  La experta aseguró tener un "optimismo cauteloso", pues afirmó que estos embarazos pueden terminar siendo un montón de pérdidas dolorosas para la población. "Es fácil celebrar un embarazo, pero el hecho es que es muy posible que esto no resulte en un parto vivo y saludable", manifestó. 

La orca bebé se convierte en una compañera de toda la vida para el grupo. Foto: Jean Pierre Sylvestre vía Mongabay.  Sin embargo, tiene esperanza con lo que pueda ocurrir con J35, aunque explicó que la salud de las ballenas está ligada a su crecimiento. Por esa razón, los científicos de SEA y SR3 están utilizando drones para fotografiar y estudiar las orcas, un método de observación que también es menos molesto que los demás.  El análisis de los resultados les ha permitido reconocer que están embarazadas, a partir de los cambios en el tamaño del cuerpo de algunas de las hembras que han identificado.   Le puede interesar: Murió Tilikum, la ballena orca que mató a su entrenadora Entre tanto, algunos defensores ambientales han solicitado a los gobiernos estatales y federales que restauren el salmón al río Snake en el noroeste del Pacífico para ayudar a dar a las orcas los nutrientes que necesitan, pues los científicos sospechan que el cambio climático puede estar contribuyendo a la disminución de esta clase de salmón y, por ende, también a la disminución de las orcas.  El ruido de embarcaciones y los contaminantes tóxicos también son una amenza para la supervivencia de las orcas del sur.