El dilema en torno a cuál debe ser la decisión que más le conviene al oso Chucho para su futuro, está sobre la mesa. En momentos en que la Corte Constitucional debe fallar si le otorga a este mamífero el habeas corpus que le daría su libertad, las posiciones son encontradas, pues hay quienes piensan que debe mantenerse en el Zoológico de Barranquilla, en donde vive desde junio de 2017, y otros que se inclinan porque el mamífero debe ser trasladado a otro lugar que se ajuste más a su hábitat natural. Este es precisamente el dilema al que se enfrentan hoy los magistrados de la Corte Constitucional, quienes deben fallar sobre la libertad y por consiguiente el futuro de Chucho, animal que, en caso de ser recibir el habeas corpus, se convertiría en el primero en el país en ser sujeto de derechos constitucionales, un debate que comenzó a darse desde el mismo momento en que el abogado Luis Domingo Gómez, defensor de Chucho, decidió interponer el recurso de habeas corpus para lograr su libertad.  Los expertos han dividido opiniones no solo frente a la posibilidad de trasladar a Chucho a un lugar similar a su hábitat natural, es decir, bosques húmedos andinos situados entre los 800 y 3.800 metros sobre el nivel del mar, cuyas temperaturas oscilan entre 6 y 24 grados centígrados, sino en torno a la posibilidad de otorgarle personalidad jurídica y algunos derechos fundamentales, exclusivos hasta ahora de los humanos.  Para algunos especialistas, lo mejor es que la Corte no conceda el habeas corpus y que Chucho se mantenga en el zoológico, pues temen que por su avanzada edad (26 años) y el hecho de nunca haber vivido libre, pues nació en semicautiverio a mediados de los noventa en la reserva natural La Planada, en Ricaurte, Nariño, no logre adaptarse a su nuevo espacio y condiciones de vida y muera rápidamente.  Nunca ha sido completamente libre Este oso de anteojos nunca ha sido completamente libre. Cuando apenas tenía cuatro años, en 1998, fue donado, junto con su hermana Clarita, a la Reserva Ecológica Río Blanco, en Manizales, para iniciar un programa de repoblamiento del oso andino y luego de allí fue enviado al zoológico de Barranquilla, por lo que no ha desarrollado la capacidad de buscar su propio alimento. Al respecto, Javier González, profesor del Instituto de Bioética de la Universidad Javeriana y miembro del Observatorio Animal de esta misma institución, considera que si bien Chucho es un animal que por las condiciones en las que le ha tocado vivir se volvió dependiente, debería tener la oportunidad de no vivir en cautiverio, pero más allá de si está en el zoológico o en una reserva natural, lo importante es que se le brinde la protección y el trato adecuados. Para el biólogo de la Javeriana, si era necesario que el proceso de este oso de anteojos llegara hasta la Corte Constitucional porque se requiere otorgarles a los animales derechos que permitan su protección, al tratarse de seres que sienten y es probable que las leyes que hay en este momento en el país no sean suficientes para cumplir con este objetivo.  

Chucho permanece en el Zoológico de Barranquilla desde el año 2017. Foto: Archivo/Semana.  Le sugerimos: Animales ya no serían "conejillo de indias" en la industria cosmética en Colombia En medio de la discusión, el Zoológico de Barranquilla considera que en este momento este lugar es la mejor opción para el animal, pues le brinda unas condiciones adecuadas. A esto se suma, dicen, que el mamífero puede soportar la intensidad de la temperatura en el Caribe y el hábitat fue diseñado especialmente para él. Adicionalmente, por medio de un comunicado la entidad informó que la adapatación del animal desde su llegada estuvo monitoreada por veterinarios, zootecnistas y biólogos, y fue bastante rápida. "Desde el primer día tuvo acercamientos con la hembra que habita en el Zoológico desde 1999, con la que comparte el hábitat diseñado para esta especie. El animal llegó con sobrepeso al Zoológico y, a partir de una dieta diseñada especialmente para él, que incluye frutas, verduras y proteínas, y que tiene en cuenta su avanzada edad, ahora se encuentra en un peso ideal", indica la comunicación.  Agrega el Zoológico que cuenta con un programa de medicina preventiva, que incluye revisiones médicas, odontológicas y nutricionales periódicas para todos los animales, y advierte que "durante su estadía en Manizales, el animal no contaba con cuidados veterinarios especializados ni permanentes". Chucho no tiene hijos y solamente comparte su vida con la compañera de la misma especie con la que ha vivido en los últimos tres años.  El ejemplo en otros países El caso de este mamífero no es el único. Ha habido pleitos legales en países como Brasil y Argentina para darle a los animales derechos que antes estaban reservados para los humanos. Esas experiencias llevaron a Luis Domingo Gómez a acudir al mecanismo de habeas corpus para lograr la libertad del oso Chucho, referido al derecho de estar en su hábitat natural. Le sugerimos: ¿Recursos jurídicos de los humanos también para los animales? Sandra, una orangutana de 33 años, fue el primer animal en ser declarado sujeto de derechos en el mundo. Luego de vivir durante 24 años en cautiverio en un zoológico de Buenos Aires, Argentina, la justicia de ese país la declaró "persona no humana", otorgándole derechos fundamentales como el de la vida y la libertad, así como el compromiso de no afectarla física o psicológicamente. Recientemente fue trasladada a una reserva natural en Estados Unidos en donde recibe todos los cuidados requeridos y vive en su hábitat.  Un caso similar es el de Cecilia, una chimpancé que luego de haber obtenido un habeas corpus hoy habita en el santuario Protección a los Grandes Primarios (GAP) en la provincia de São Paulo, en Brasil, luego de que fuera declarada sujeto de derechos.  Cecilia vivía en un zoológico de Mendoza hasta que la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada) se fijó en su situación: estaba sola y muy triste desde que murieron sus compañeros de jaula Charly y Xuxa. Entonces iniciaron una batalla judicial de la que han salido victoriosos para trasladar a Cecilia al centro de primates brasileño, donde pasará supuestamente feliz, el resto de sus días. El abogado Luis Domingo Gómez es optimista de que la Alta Corporación fallará en favor de Chucho. Para el jurista, el mamífero puede ir a una reserva natural y tener un acompañamiento humano. Considera que la Corte tiene un campo de acción amplio y que se han vendio dando los pasos en el camino de otorgarle derechos a los animales. Recordó el fallo en torno a la caza deportiva, en el cual la propia Corporación prohibió esta práctica en el país.  A esto se suma la Ley 1774 de 2016, mediante la cual se le otorga a los animales estatus de seres sintientes, que merecen buen trato y atención y que el maltrato puede ser penalizado por la ley colombiana. Por eso se les debe brindar protección, que es lo que no ha tenido a lo largo de la vida el oso Chucho, quien desde pequeño se ha enfrentado a decisiones equivocadas por parte de sus tenedores y que son precisamente las que han llevado su caso al punto en el que hoy se encuentra. "La Corte tiene la oportunidad de recoger todos los elementos que ha venido sembrando con una decisión a favor de la libertad de Chucho", dice Gómez, para quien es el momento de llamar la atención en torno al cuidado y protección de este mamífero.  A su juicio, se debe acabar con el cautiverio.