Cada año entre los meses de julio y noviembre las ballenas jorobadas o yubartas (Megaptera Novaeangliae) llegan al Pacífico colombiano para aparearse y dar a luz a su ballenatos, un espectáculo único del que disfrutan cientos de turistas que tienen la oportunidad de hacer estos avistamientos. Sin embargo, este año se anticiparon y ya comienzan a verse las primeras. Pescadores y habitantes de la región dijeron haber visto ya los primeros grupos de estos ejemplares cerca de Buenaventura, iniciando su recorrido hacia el norte, un acontecimiento que normalmente se da después de mitad de año.  La majestuosidad de estos mamíferos resalta entre el hermoso paisaje que adorna las costas y diferentes áreas donde se hospedan cada año estos cetáceos, tras haber recorrido cerca de 8.000 kilómetros desde la Antártida.

Cada año, entre los meses de julio y noviembre, miles de estos mamíferos se dejan observar en distintas áreas del Pacífico colombiano. Foto: PNN. Son aproximadamente 3.000 los mamíferos que en el segundo semestre de cada año llegan a esta región del país.  La mayoría de animales de esta especie se pueden avistar en Nuquí y Bahía Solano, en Chocó; Buenaventura, en Valle del Cauca; Tumaco, en Nariño, y Guapi, en Cauca, además de los Parques Nacionales Naturales de Uramba Bahía Málaga, Gorgona y Utría.  En estos paradisiacos parajes es posible escuchar los particulares cantos de las ballenas para llamar la atención o seducir a la hembra, cantos con ecos que pueden durar hasta 50 minutos y alcanzar una distancia de 25 kilómetros bajo el agua. 

Le recomendamos: Ballenas jorobadas atraen a turistas en su paso por el Pacífico El avistamiento de ballenas se ha convertido con el paso de los años en uno de los atractivos turísticos más importantes del Pacífico colombiano. El año pasado este espectáculo pudo ser observado por aproximadamente 30.000 turistas, quienes en la región pueden hacer ecoturismo apoyados en los consejos comunitarios afrodescendientes que habitan en la zona. 

Los ejemplares que visitan Colombia llegan desde la Antártida. Foto: PNN Los mejores meses para observar este tipo de cetáceos son julio, agosto y septiembre, ya que en octubre y noviembre las opciones de verlas se reducen. Observar sus cortejos y juegos, hacen parte del espectáculo que año a año birndan estos cetáceos.  Sin embargo, aún no hay claridad de cuál puede será la situación este año dada las condiciones particulares que enfrenta el país por cuenta de la pandemia, que tiene a los lugares turísticos vacíos y enfrentando dificultades económicas dada la ausencia de visitantes.