Este 2020 será recordado por ser el año que rompió récords en materia de ciclones tropicales. En total se registraron 30 fenómenos de esta índole durante la temporada que oficialmente termina este lunes 30 de noviembre. Hasta ahora, 2005 era la referencia, pues ese año se presentaron 28. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos supo que algo extraordinario ocurriría cuando a mediados de septiembre se vio obligado a recurrir al alfabeto griego en vista de que los nombres que habían sido designados para este año ya se habían agotado. Esta fue la segunda vez en la historia que los meteorólogos tuvieron que hacer uso de la lista de nombres de respaldo, situación que da cuenta de la magnitud de la temporada. En mayo un primer informe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y de la Universidad de Colorado advertía que se podrían registrar entre 13 y 19 ciclones tropicales. En agosto dicha proyección fue ajustada por la entidad señalando que podría haber entre 19 y 25 eventos. Le sugerimos: Vendrán más huracanes: ¿En Colombia estamos preparados para enfrentarlos? No obstante, al final se registraron 30 ciclones tropicales, de los cuales dos golpearon fuertemente el territorio colombiano: la tormenta tropical Eta y el huracán Iota. Ambas tormentas provocaron inundaciones y pérdida de infraestructuras a gran escala. “El mapa de seguimiento de 2020 es una locura cuando lo miras; el Caribe y el Golfo estaban simplemente cubiertos de tormentas”, señaló Phil Klotzbach, meteorólogo de la Universidad Estatal de Colorado en una entrevista al periódico Miami Herald.
Iota develó la falta de preparación del país para contrarrestar ciclones de alta categoría. Foto: archivo / Semana. El experto sostuvo que "afortunadamente, dada la cantidad de tormentas y la cantidad de toques de tierra que hubo, Florida salió bastante bien". Y es que, en esa región de Estados Unidos, este año solo el huracán Sally, de categoría 2, que golpeó el Panhandle occidental en septiembre, y la tormenta tropical Eta, afectaron esa región. Le recomendamos: Corales, manglares y pastos marinos, las otras víctimas del huracán Iota Entre tanto, otros estados de la Costa del Golfo no contaron con tanta suerte, pues fueron azotados por varios ciclones. Louisiana, por ejemplo, fue golpeado por cinco tormentas con nombre, incluidos dos huracanes: Laura, de categoría 4, y Delta, de categoría 2, los cuales estuvieron separados por menos de 15 millas. Centroamérica, por su parte, sufrió la devastación consecutiva de los huracanes Eta e Iota que dejaron cerca de 200 personas muertas y millonarios estragos en infraestructura.
Los huracanes, además de daños a la infraestructura, provocan impactos sociales de compleja resolución. Foto: Efraín Herrera, Presidencia vía AP. Sin embargo, aunque la temporada oficialmente termina este lunes, las amenazas aún persisten. Dos sistemas se encuentran en la actualidad deambulando inofensivamente en el Atlántico abierto y aún pueden ganar fuerza. Omar Franco, exdirector del Ideam, indicó que es posible que este tipo de fenómenos se extienda más allá del cierre normal de la temporada, pues este año se han registrado condiciones fuera de lo común. Los análisis - según Franco - indican que la temperatura del Caribe está más cálida de lo normal. “Las ondas vienen haciendo tránsito de oriente a occidente y se encuentran con temperaturas más cálidas y esto puede influir; sin embargo, no se puede asegurar que este fenómeno esté directamente relacionado con el cambio climático, pues los científicos no lo han afirmado de manera explícita”, manifiesta. ¿Lo ocurrido hasta ahora es un indició lo que sucederá? La comunidad científica señala que hasta ahora no existen suficientes cambios en los patrones históricos para pensar que esto seguirá sucediendo y que el monitoreo satelital más sofisticado de sistemas lejanos tampoco ha podido explicar parte del aumento de los conteos en las últimas décadas. Le puede interesar: céanos calientes, el combustible para los huracanes No obstante, la ciencia coincide en que el cambio climático probablemente impacte las tormentas futuras de muchas formas. Se prevé, de hecho, que cada vez sean más frecuentes e intensas, pero para los expertos todavía no existe la suficiente evidencia para determinar que un mundo más caliente implique una serie de años récord en el futuro.
La ciencia señala que por cuenta del cambio climático los huracanes cada vez seran más frecuentes e intensos. Foto: NASA. Frente a la ocurrencia de una situación similar en el 2021, los científicos sostienen que aún es muy pronto para indicar lo que puede pasar, pero consideran que el patrón climático de La Niña, que ayudó a empujar al 2020 a un estado "hiperactivo", no se mantendrá el próximo año. “Las probabilidades de que sea La Niña el próximo año son bastante bajas, pero también las probabilidades de un El Niño fuerte son bajas. Si el Atlántico se mantuviera más cálido de lo normal, podríamos ver otra temporada superior a la activa", puntualizó Klotzbach.