En Colombia se estima que el 30 por ciento de los jóvenes fuman. Solo en Bogotá, por ejemplo, 943.000 personas son fumadores activos, situación que se constituye en una amenaza medioambiental por cuenta de la mala disposición de las colillas, las cuales representan entre el 30 y 40 por ciento de los objetos recogidos en las actividades de limpieza costera y urbana. Un estudio adelantado por la Universidad Piloto así lo revela. De hecho, agrega un dato aún más preocupante: al menos 94,9 millones de colillas de cigarrillo, con un peso aproximado de 16 toneladas, son arrojadas anualmente sobre el espacio público circundante a las principales zonas de bares y discotecas de Bogotá. Le sugerimos: Buscan poner en cintura las colillas de cigarrillo en Colombia A esta cifra se suman las 324 toneladas de colillas que se recogen anualmente de las calles bogotanas, según la Alcaldía, lo que indica que al día los ciudadanos arrojan más de 5 millones de estos desechos al suelo. Lo angustiante es que esos residuos ingresan al sistema de alcantarillado de la ciudad en la época de lluvias y luego de viaje por 10.600 kilómetros de tuberías terminan contaminando el río Bogotá, que desemboca en el río Magdalena y llega al océano Atlántico, causando un alto impacto en la fauna, pues los peces y las aves las confunden con alimento.
Cada colilla puede tardar en descomponerse hasta 25 años. Foto: Pixabay. Si a estas estadísticas se les agrega que cada año al suelo son arrojadas un promedio de 45 billones de colillas de cigarrillo en el mundo, cada una de las cuales puede tardar hasta 25 años en degradarse, el problema alcanza una dimensión aún mayor. Ante este panorama, Luis Miguel Acosta, estudiante del programa de Administración Ambiental de la Universidad Piloto de Colombia, decidió elaborar un proyecto que permitiría transformar las colillas de cigarrillo en papel. La iniciativa comenzó con la recolección y disposición adecuada de colillas en las zonas cercanas a la universidad, con un resultado de 1.680 recogidas. Le puede interesar: La ruta tóxica de las colillas de cigarrillo en Bogotá “Con este proyecto se aprovechan alrededor de 50 colillas de cigarrillo para la elaboración de cada hoja de papel tamaño carta que se elabora. A estas hojas se les realizaron pruebas de textura, consistencia, aspecto y usabilidad, obteniendo resultados satisfactorios, incluso en el aroma del papel, el cual prácticamente es imperceptible”, comentó Acosta. La transformación de este material incluye procesos artesanales de pulido, hidratación, descontaminación, blanqueamiento, aromatizado, licuado, filtrado, moldeado y secado. Los vertimientos y residuos sólidos que se generan son reutilizados, logrando un proceso óptimo y limpio.
Muchas aves y peces confunden las colillas con alimento y mueren tras consumirlas o darles a crías. Foto: Pixabay. "También se revisaron las alternativas en la descomposición anaerobia, degradación celular, blanqueamiento e impregnación de esencias y aromas, al igual que se manejó la mejora en la realización del papel como forma, prensado, volumen y secado, optimizando así el proceso para darle unas propiedades físico-químicas diferentes y que al final de la transformación, los resultados fueran más susceptibles a calidad y a diversos usos", comentó el investigador. Acosta considera que la transformación de las colillas en papel se constituye en el inicio de un proceso de economía circular en torno a la producción del cigarrillo. “Es un gran avance pensar en que un residuo tan voluminoso y desagradable pueda ser empleado en una solución verdaderamente positiva y asertiva en la transformación de su cuerpo maligno, frente a una contaminación masiva de importantes cuencas hídricas y ecosistémicas del país y el mundo", sostuvo. Le recomendamos: La alarmante imagen de un ave alimentando a su polluelo con una colilla de cigarrillo El estudiante resaltó el hecho de que esa transformación permite dar diferentes usos a este tipo de papel como brillar, limpiar o asear el piso, utilizarlo como protector de superficies al momento de pintar paredes, elaborar de pancartas o letreros de calle o interiores, creación de esculturas de papel, entre otros, generando innovación y nuevos desarrollos en pro del medioambiente, pues una sola colilla puede contaminar 50 litros de agua dulce y 10 litros de agua salada. Entre tanto, un proyecto de ley impulsado por 30 representantes a la Cámara y la ONG No más colillas Colombia, hace trámite en Congreso y busca establecer un manejo posconsumo para estos residuos de la industria del tabaco. El objeto es que los productores e importadores de tabaco, cigarrillos y cigarrillos electrónicos realicen el tratamiento posconsumo de los chicotes y sus derivados bajo el principio de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que incluye el establecimiento de acciones para garantizar un manejo ambientalmente responsable de los desechos y fomentar la reutilización y reciclaje.