José Lapeira se enfrentó a un dilema en marzo de 2020, cuando todos los restaurantes de Barranquilla empezaron a cerrar. En 2018 él le había dado vida a su negocio de cocinas ocultas, Tigre Comida China, y la pandemia lo encontró bien establecido. Sin embargo, sus empleados tenían miedo y faltó poco para dejar de operar. “Yo veía la situación como una gran oportunidad. Les dije, no sé qué va a pasar, pero esto va a durar mucho tiempo y en un mes uno se gasta los ahorros y la liquidación. Más bien veamos qué hacer para protegernos y que puedan trabajar. Entonces les pusimos un transporte personal para llevarlos y les dimos todos los implementos de bioseguridad. Seguimos trabajando”, cuenta el barranquillero.
Comenzaron a vender de una manera inesperada, se convirtieron en los únicos compradores de sus proveedores de pollo. “La gente se aburrió de cocinar en casa”, apunta Lapeira. La reactivación empezó con nuevas aperturas. Ampliaron su presencia en Bogotá y abrieron en Medellín y México. La empresa familiar que inició con cinco personas hoy tiene 300 empleados. “En cada sede a la que llegamos la gente nos acoge. Con la reactivación estamos sintiendo un incremento en las ventas del 50 por ciento”. De la mano de sus hijos, José Carlos y Valentina, quienes están a cargo del negocio, planea abrir 50 cocinas en México y de ahí extenderse a Estados Unidos. “Estamos buscando aliados en todos los países bajo un modelo similar a una franquicia”, puntualiza.
Para Nancy Saavedra, gerente de Espectrum, la reactivación avanza lentamente. A la compañía que dirige se le conoce en Cartagena como “los médicos de la industria”, pues su modelo de negocio está basado en realizar diagnósticos y monitoreos de maquinaria especializada. Su servicio se limita a detectar qué está fallando para que otro lo repare y entre sus clientes hay empresas del sector naviero, residencial, hospitalario, portuario, petrolero y cementero, entre otros. El covid-19 los golpeó y su trabajo se vio disminuido. Para sostenerse, enviaron a vacaciones a sus empleados, redujeron los salarios y debieron recurrir a préstamos financieros y auxilios del Gobierno. “Las industrias pararon y nos llamaron solo para emergencias, por lo que el trabajo se redujo bastante. Entre agosto y septiembre de 2020 empezó más o menos una reactivación y empresas muy leales con nosotros contrataron nuestros servicios bajo condiciones de bioseguridad”.
Hoy día Espectrum no hace monitoreos de 20 o 30 equipos, sino de 15 o de 10. “La pandemia afectó a todo el mundo y los recursos de las empresas ya no son los mismos de ayer, porque reportaron baja producción y disminución de personal. Esto ha perjudicado a las pequeñas industrias como la nuestra”, manifiesta Saavedra.
Sin embargo, la compañía está buscando nuevos horizontes. Además de Colombia, el socio fundador Alonso Gaviria lidera la operación desde hace diez años en Angola, donde la empresa presta servicios a la cementera Cimangola. Para 2022 proyectan conquistar nuevos clientes en Centroamérica, específicamente en Panamá, y también en América del Sur, en Ecuador y Bolivia.
Señales de recuperación
De acuerdo con Manuel Fernández Ariza, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Barranquilla, los sectores económicos clave en el departamento del Atlántico como el industrial y el comercio minorista parecen haber recuperado sus niveles prepandemia. “Según los reportes más recientes del Dane, la industria en Atlántico mostró una producción real en julio de 2021 (dato más reciente) superior un 77 por ciento a la del mes de abril de 2020 (mes de cuarentena estricta) y mayor un 8,2 por ciento a la de julio de 2019. Así mismo, las ventas reales del comercio minorista en Atlántico durante julio de 2021 resultaron un 91 por ciento superiores a las de abril de 2020 y un 13,6 por ciento mayores a las de julio de 2019″, destaca.
Igualmente, la Encuesta Ritmo Empresarial muestra que la percepción de los empresarios del Atlántico ha venido mejorando en aspectos como ventas, contratación de personal e inversiones. “Aunque aún hay por recuperar en varios frentes, el empresariado atlanticense se muestra optimista frente al futuro próximo, pues el 77 por ciento del total de los encuestados reveló tener expectativas de un mejor entorno económico local para lo que resta del año. La recuperación total del territorio dependerá en gran parte del ritmo con el que se avance en la vacunación”, concluye Ariza.
Por su parte, Juan Pablo Vélez, presidente de la Cámara de Comercio de Cartagena, señala que en la actualidad los empresarios les han manifestado que están en los mismos niveles de venta previos a la pandemia. Tras el cierre del primer semestre del año, la entidad ha identificado una notable mejora, ya que el número de empresas activas aumentó 77 por ciento frente al mismo periodo del año anterior, aunque sigue siendo inferior en 6 por ciento al stock reportado en el primer semestre de 2019. “Por supuesto, el proceso de recuperación en Cartagena y la región sigue siendo heterogéneo por sectores y las perspectivas en el corto y mediano plazo dependen, en gran medida, de los avances en el proceso de la reactivación económica de nuestro Caribe”, concluye Vélez.
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